0-1
Un calco a la temporada
@pacobartual
La temporada 2015/2016 terminó para el Valencia con once muchachos sobre el césped de Mestalla haciendo lo único que el equipo ha hecho con regularidad e interés en todo el curso: el ridículo. Perdió una última oportunidad, no ya, tal vez, de reconciliarse con la afición, pero sí de no agrandar la herida que lleva profundizando durante todo el año a base de partidos nefastos.
El de anoche entra dentro de la larga lista de encuentros patéticos que se han sucedido este año a las órdenes, ahora de Nuno, ahora de Neville, ahora de Pako Ayestarán. Este último merece, es cierto, más respeto que los otros dos, al menos en cuanto a esta temporada (en cuanto a la anterior, Nuno sí tiene un balance mucho más positivo a su favor); pero es muy triste que hasta la última jornada hayamos tenido que sufrir, los aficionados, la desidia, el meninfotisme, la ausencia de un esfuerzo apreciable. El resultado de la gestión de Ayestarán tampoco ha sido satisfactoria.
La Real Sociedad ganó con un gol en la que fue la última jugada, sin haber hecho unos méritos excesivos, pero habiendo puesto en evidencia la falta de ganas, de recursos, de energía y de inspiración de los del Turia. Un poco de orden, de presión, de medio del campo, y poco más, fueron medios más que suficientes para no sufrir en prácticamente ningún momento del partido.
Hacer un resumen del choque sería como hacer un resumen de un paseo en ascensor: no vale la pena hablar de cosas tan poco estimulantes. Ahora bien, para comentar algo, se puede hablar de la horrible partido de muchos jugadores: Danilo, Barragán, André Gomes, Santos ... Por encima de todos, sin embargo, el argentino Piatti, que después de errar tres o cuatro pases en jugadas de ataque relativamente peligrosas (peligrosísimas, si se tiene en cuenta el global del partido), se lesionó al pasar la media hora y fue sustituido. Que el público murmurara que el argentino estaba "borrando" voluntariamente del partido dice poco del compromiso escaso que tiene el jugador con la escuadra.
Piatti, eso sí, fue sustituido por el valenciano Sito, que con dos regates obtuvo las únicas ovaciones, junto a las que recibió Jaume, de toda la noche. Así pues, sólo dos valencianos hicieron méritos para recibir aplausos. Ahora bien, como ya hemos dicho en otras ocasiones, que el mejor jugador de tu equipo sea el portero no es una buena noticia, sino más bien lo contrario.
La segunda parte fue aún más soporífera que la primera. Bueno, cuesta decantarse por una o la otra, pero es que la cosa estuvo muy competida. Sólo a partir del minuto 70, y después de algunas decisiones arbitrales cuestionadas (la mayoría no eran erróneas, pero el público estaba caliente y buscaba un enemigo nuevo) el Valencia hizo algo. Santi Mina tuvo una ocasión clarísima tras la única buena jugada de André Gomes, y Parejo lanzó desde fuera del área con mucho peligro. Por su parte, Jaume Domènech aprovechó su titularidad para lucirse con varias paradas de diversa dificultad.
El encuentro no habría sido un buen resumen de la temporada del Valencia, pero, si no hubiera entrado Negredo. Y así fue. El vallecano, al que ya se le busca una salida abiertamente, tuvo diez minutos para demostrar que puede ser un jugador del VCF. No lo hizo del todo mal, para lo que ha sido la tónica habitual, e incluso estuvo a punto de marcar. En cualquier caso, y haciendo balance de toda la temporada, se puede concluir que sí es un jugador del nivel de este Valencia, pero no del Valencia que los aficionados queremos.
Después de un posible penalti a Alcácer, sin embargo, llegó el gol de los donostiarras en una jugada con varios rechazos. El público sacó los pañuelos y empezó a sonar con más fuerza que nunca la música de viento de todos los fieles valencianistas que, ayer viernes, prefirieron despedir a su equipo en el estadio, pensando, como nosotros, que verían un espectáculo digno. Cuando Velasco Carballo señaló el final, eguanyarits enmascararon el himno del Valencia, que casi no se sintió.
Un partido espantoso para cerrar una temporada de pesadilla. Desde tiempos de Koeman (con Juan Bautista Soler, un nombre que a quien esto escribe le produce escalofríos, de presidente), no ha sido, el Valencia, sufriendo por el descenso tantas jornadas. El sufrimiento y la vergüenza experimentados por la afición rompen todos los registros (que, no lo olvidemos, ese año el Valencia ganó la Copa del Rey). Ahora, el equipo técnico, esperamos, se replanteará el modelo deportivo que se ha seguido este año. Los aficionados, por nuestra parte, volveremos a mirar la cuenta corriente cuando nos llaman para la renovación. Cada vez, eso sí, cuesta más hacer sacrificios económicos para vivir experiencias como las que hemos vivido este año.
Acta arbitral