La Edad de Oro del Valencia tiene en David Albelda a su único superviviente. En la actual plantilla, sólo el veterano centrocampista de La Pobla Llarga vivió en primera persona el doblete de 2004, cuando Rafa Benítez gobernaba con mano de hierro el banquillo blanquinegro y sumaba una Liga y una Copa de la UEFA, hito que redondearía meses después Claudio Ranieri con la conquista de la Supercopa de Europa y que tendría su guinda en diciembre, al llegar aquella inolvidable distinción como mejor equipo del mundo. Desde entonces, el Valencia no ha vuelto a levantar el título de Liga, coto privado de Madrid y Barça, y el único trofeo conquistado, la Copa de Koeman, ni siquiera se celebró.
Este año los dos grandes del fútbol español caminan con paso firme hacia una nueva conquista, pero el Valencia está cerca, más cerca que nunca en las siete últimas temporadas, para intentar dar la campanada. Con 16 partidos jugados, el equipo de Emery es tercero, a siete puntos del Real Madrid y a cuatro del Barcelona. En el último año de Benítez en Mestalla, a estas alturas de campeonato, el Valencia estaba a tan sólo dos puntos de distancia del líder. Acabó ganando la Liga.
El vestuario y su técnico han dado el paso adelante que exigió Manuel Llorente justo cuando anunció la renovación del vasco el pasado verano. Dijo el presidente que el tercer puesto en Liga era un objetivo necesario, pero no suficiente. Luego matizó en LAS PROVINCIAS sus controvertidas palabras: «Yo solamente he pedido que cada año subamos un peldaño respecto al anterior. Esta temporada nos gustaría alcanzar al menos los cuartos de la Champions y las semifinales de la Copa. En definitiva, seguir creciendo».
La primera, en la frente. La temprana eliminación en el máximo torneo continental supone un paso atrás respecto al año pasado, cuando el Valencia alcanzó los octavos de final. La Copa y la Europa League aparecen ahora como salvavidas en las competiciones por eliminatorias.
Sin embargo, donde el equipo se ciñe a las expectativas del presidente es en la Liga. Con la irregularidad mostrada por Atlético, Villarreal o Sevilla, el conjunto de Emery parece tener asegurada esa posición, que en estos momentos y sorprendentemente sólo amenaza el Levante.
Pero lo que necesitaba Emery, y por fin está consiguiendo, no es consolidar una tercera plaza con aroma a rutina, sino acortar la distancia con los dos transatlánticos. Los siete puntos que alejan al Valencia del Real Madrid distan mucho de los 15 del año pasado a estas alturas de competición. E incluso la desventaja blanquinegra sería menor si el equipo hubiera gozado de mayor fortuna en los enfrentamientos directos con los dos grandes.
Ante los blancos perdió dos puntos por un clamoroso error arbitral y anteriormente tuvo atenazado al Barça en Mestalla. En total, volaron cuatro puntos que auparían al Valencia a la segunda plaza, empatado con el Barça y a tan sólo dos del Madrid.
Pese a esos dos encuentros, este arranque de temporada es el mejor protagonizado por Emery desde que es técnico del Valencia. En el año de su debut, el conjunto blanquinegro tenía ahora 30 puntos (tres menos) y estaba a once del líder. Mejoró en su segunda temporada en Mestalla y en el parón invernal sólo ocho puntos le distanciaban de la cabeza de la clasificación. Se encontraba ya abonado al tercer puesto, que no perdería al final del campeonato.
El año pasado la distancia volvió a crecer, entre otras cosas por la marcha triunfal del Barça de Guardiola. Los catalanes sacaban 15 puntos al Valencia en la jornada 16. Un mundo.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2011-12-27/valencia-competitivo-desde-benitez-20111227.html
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