Crónica del Partido Barcelona Valencia de Emi.
Próxima colaboradora del blog espero.
El Valencia dejó escapar anoche 3 puntos que hubieran servido no sólo para consolidar el liderato en este primer tercio de la temporada, sino para dar un golpe de autoridad sobre la mesa, a la que nos quieren hacer creer que sólo caben 2 para repartirse el botín. Un Valencia arrollador, asfixiando el cerebro del rival, osando abrir líneas y presionar más allá de la línea medular, a uno de los mejores equipos del mundo, en su casa. Un equipo descarado, que en los primeros 45 minutos, sin hacer ruido, fue ganándole terreno a su rival, con peligrosas internadas en ambas bandas, hasta que por fin, una carrera de Mathieu, en banda izquierda sirvió para que Pablo abriera la lata y marcara el primer tanto. Pocos minutos después, llegando al descanso, Soldado puso en los pies de Pablo la oportunidad de silenciar el Nou Camp, enviando Pablo inexplicablemente a las manos de Valdés teniendo toda la portería vacía. (Estas cosas pasan). Ahora empezamos ya con los " y si" y los "quizás"; -y si hubiera entrado el 2º gol de Pablo-, -Y si se hubieran dosificado-....Los partidos, duran 90 minutos, no 45. De nada sirvió el baño que se le dio al Barça en la primera parte si nada más salir en el primer minuto, llega Iniesta y empata el encuentro, en una jugada que nos hemos hartado de ver este mundial, Xavi dándole el pase a Iniesta. A partir de aquí, a debacle valencianista. Un Valencia fundido, evaporado, desaparecido, le dio el balón a su rival y jugó a merced de éste. Que no desaprovechó, como el Valencia, las ocasiones que tuvo, pese a encontrarse con el particular salvavidas del equipo, César Sánchez. Una vez más evitó una derrota escandalosa. La línea de medios, el trivote que plantó cara los primeros 45 minutos, pedía el cambio a gritos. Con los cambios, intentó oxigenar la línea con cambios ofensivos, cambiando a Ever por Mata. Soldado con una amarilla más que protestable, (deberían acabar los partidos con 22 amarillas y 11 rojas si las pitan todas), andaba con unas revoluciones de más por el terreno de juego y le por Aduriz. Nadie iba a pensar que apenas 2 minutos después, un cabezazo de Puyol, marcaría el definitivo 2-1 del encuentro. Con la entrada de Vicente, las fuerzas llegaron en ciertos tramos a equilibrarse. La imagen del filósofo, perdiendo las formas que le caracterizan, instando a los suyos a perder tiempo, y picar al rival, no tiene precio. El partido entró en la fase terminal y llegó el juego sucio, Alves, gran jugador pero provocador donde los haya, hizo caer a Vicente en su trampa, que tendría que haber sido más inteligente y no perder 2 de los 4 minutos de descuento con marrullería barata. Ni euforia desmedida ni pesimismo más absoluto; momento ahora para a quien le corresponda, pararse a pensar y corregir errores, aprender a dosificar las energías durante los 90 minutos que duran los encuentros y no darlo todo en los primeros 45. De nada sirve haber anulado al Barça en la primera parte si en la segunda ya se está cogiendo el tren para volver a casa. Leer más fríamente el planteamiento del rival, no perder el carácter, y no sólo hacer cambios ofensivos, sino también aquellos que en la línea del stopper, se pedían a gritos. Sólo hemos perdido 3 puntos, pero quizás los que nos hagan bajar de las nubes, y mantener la cabeza fría de cara a los siguientes encuentros. Cómo aquel que dice; esto sólo acaba de empezar.
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