Tras años de intentonas, proyectos que nunca consolidaron y reivindicaciones de todo tipo, el Valencia ya tiene su museo. Aunque susceptible de ser ampliado y mejorado, ya existe. Es una realidad. A partir de ahora, lo que procede es mejorarlo, enriquecerlo y que siga adelante de por vida. Que no desaparezca después de los dos años que va a permanecer, bajo la denominación «Ciencia y Deporte con el Valencia CF», en el marco incomparable del Museo Príncipe Felipe de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde podrá ser visitado por todos los aficionados al fútbol en general y los valencianistas en particular.
Con piezas de momentos memorables, se hace un recorrido por la historia del club, desde todos los ámbitos. Imágenes míticas, prendas de culto, objetos emblemáticos y una larga cronología que arranca en los inicios del pasado siglo y llega hasta nuestros días. Tiene cabida una parte interactiva donde los visitantes podrán disfrutar de experiencias futbolísticas en primera persona con concursos y pruebas comparativas audiovisuales con la referencia de la actual plantilla de futbolistas.
Y fueron estos, los jugadores del Valencia actual, los que alzaron el telón de la presentación de tan emotivo acto. Con el cuadro técnico a la cabeza, llegaron elegantemente vestidos con el traje de calle y, por supuesto, con la corbata correspondiente. Los honores de la ceremonia corrieron a cargo del director general de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, Pedro García Ribot; el presidente de la Fundación del club, Társilo Piles, y el del Valencia, Manuel Llorente.
Pedro García manifestó en su alocución que la Ciudad de las Artes y las Ciencias «apoya al deporte valenciano», asegurando en otro momento de su intervención sentirse «orgulloso de nuestros deportistas». Társilo Piles, por su parte, destacó «la simbiosis que se produce con este evento entre el deporte y la ciencia», celebrando que haya nacido «en el marco más idóneo». Llegado el turno de Manuel Llorente, se congratuló de contar «con uno de los mejores museos dedicados al fútbol que se pueden encontrar», coincidiendo con quienes lo predecieron en el turno de los discursos en que se ha ubicado «en un conjunto arquitectónico sencillamente impresionante».
Llorente, que repasó la historia del Valencia con algunos de los nombres propios de futbolistas que colaboraron a hacerlo cada día más grande, tuvo ayer una jornada completa, casi agotadora. Llegó por la tarde de Madrid, donde había asistido a la reunión de la junta directiva de la Federación Española. Por la noche, tras inaugurar el museo, acudió a la cena-coloquio de la Tertulia Torino.
El presidente del Valencia se encontró en la exposición con dos noticias. Una buena y otra mala. La positiva, el restablecimiento de la relación con Vicente Balanzá, inexistente hasta hace muy poco tiempo. El que fuera empleado del club recibió hace días una invitación personal para el acto de ayer. Agradablemente sorprendido acudió a la inauguración de la exposición y supo corresponder a la mano que se le ha tendido.
Balanzá se dirigió a Llorente, le agradeció el detalle y le comunicó que está dispuesto a donar al club innumerables objetos, prendas y fotografías que salvaguardó al derribo de las antiguas oficinas de la Avenida de Aragón y que conserva con celo en su domicilio.
La cara negativa del acto llegó con el disgusto que embargaba a algunos ex presidentes del Valencia -casos de Jaime Ortí y Ros Casares- y al socio número uno, José Benet, quienes se sintieron desplazados en la ceremonia de inauguración. «Por mí me da lo mismo, pero han dejado aparte al socio número uno, al presidente de la Agrupación de Peñas y a los ex presidentes. Les ha faltado tacto». También estuvo Agustín Morera.
Quien mostró su mejor cara, siempre con la sonrisa dibujada en el rostro fue Amedeo Carboni, orgulloso de haber sido «el primer jugador italiano en la historia del Valencia». Al recordarle los títulos obtenidos, minimizó la gesta en un ejercicio de modestia. «¡Por favor! Cuando he llegado aquí y he visto a Waldo me he sentido muy pequeño», manifestó.
Hecho un chaval, Pepe Vaello, seguidor impenitente del Valencia, se mostró feliz por la aportación a la exposición de diversas fotografías -procedentes del archivo heredado del desaparecido Emilio Viña-, entre las que destaca una en la que aparecen cinco señores llamados Epi, Amadeo, Mundo, Asensi y Gorostiza, que dieron gloria al club.
Como epílogo a tan emotiva inauguración, los jugadores César y David Navarro coincidieron al manifestarse «sorprendidos por todo lo que representa la historia del Valencia, y los valencianistas tienen motivos para sentirse orgullosos.
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