El histórico gol de Iniesta puso patas arriba la agenda y la vida de Vicente del Bosque. Lunes, homenaje en l'Alcúdia y entrega de premios en Valencia. Martes, reunión con jóvenes palentinos. Miércoles, al fin un respiro para ver las semifinales de la Copa. Jueves, acto benéfico en Madrid y vuelta a Valencia. De postre, ayer se convertía en marqués mientras recitaba otra convocatoria de la roja. Pero el hombre tranquilo ha aprendido a detener el tiempo. Sobrevive así al maremágnum. Y como es generoso, regala a LAS PROVINCIAS uno de esos contados momentos de sosiego para analizar la actualidad de este Valencia que dejó de ser columna vertebral de la selección.
-Partió hacia Sudáfrica como entrenador de fútbol y de la noche a la mañana se ve convertido en figura diplomática y hasta miembro de la nobleza. ¿Qué tal lleva las servidumbres del éxito?
-Tenemos la obligación de corresponder al cariño que nos da la gente, a ese afecto que recibimos desde que ganamos el Mundial.
-A los españoles se nos ha hecho el paladar muy exquisito. ¿Teme las altas expectativas de cara a la Eurocopa?
-Estamos en plena fase de clasificación y sí es verdad que tenemos una obligación añadida. En el terreno deportivo debemos intentar clasificarnos, pero también hay una responsabilidad mayor por lo que respecta al comportamiento.
-Le imagino con el corazón dividido. Como madridista admirará al equipo merengue pero como seleccionador estará más próximo al modelo del Barcelona...
-Nosotros tenemos señas de identidad del Villarreal, del Valencia, del Barcelona, del Madrid, de todos aquellos clubes que nos aportan jugadores, e intentamos adaptarnos a ellos y beneficiarnos de sus mecanismos de juego. Sobre todo de aquellos con mayor representación.
-El reparto televisivo ha desequilibrado el fútbol español. Están Barcelona, Real Madrid y luego el abismo. ¿Beneficiará este fenómeno a la selección si obliga a los clubes a mimar su cantera?
-Está claro que todo club debe tener entre sus objetivos la protección y explotación de la cantera. Hoy es obligado mirar hacia ella y aprovecharla. El que mejor lo haga tendrá mucho ganado en lo económico y también en lo deportivo.
-Sin embargo, el salto es todavía muy complicado para los jóvenes. Le pongo un ejemplo. Mestalla pide a gritos minutos para Isco, pero el chaval sigue en Tercera, sin protagonismo en el Valencia y sin la formación que le brindaría ir cedido a otro equipo.
-El Valencia piensa en sus intereses y probablemente no acaba de encontrar el momento de ponerlo. Pero no olvidemos que Isco ya ha jugado partidos con el primer equipo y estoy seguro de que tienen buenas expectativas referentes a él. Es preferible que actúe todos los domingos y se forme como futbolista a que esté en el primer equipo con dificultades para jugar.
-Se suma usted, por tanto, a la corriente que pide paciencia con el chaval.
-Mire, no cabe duda de que el Valencia está muy pendiente de todos los jugadores que potencialmente pueden serle útiles. Y los aprovechará. No están los tiempos para dilapidar el talento.
-Lejos del alcance de los dos grandes aparece un grupo de satélites entre los que figura el Valencia. ¿Cómo ve en la distancia al equipo de Emery?
-Primero he de decir que tiene un excelente entrenador, que lleva tres años con esta plantilla y realiza un magnífico trabajo. Se está convirtiendo en uno de los mejores de España. De eso no hay duda. El Valencia debe estar contento de tener a Emery. Luego, dentro de sus posibilidades económicas, es un club que ha sacado excelente fruto y ha trabajado muy bien desde dentro. Por ejemplo, ha solventado las bajas de Silva y Villa con acierto, trayendo a jugadores de valía y logrando que casi no se note el cambio.
-¿Cuánto tardarán grandes clubes como Valencia o Sevilla en volver a luchar por los títulos?
-No se sabe, no se sabe. Muchas veces no hacen falta fuertes desembolsos económicos para conformar una plantilla en condiciones de luchar por la Liga. Eso ha pasado en tiempos no muy lejanos. Hemos visto cómo ha sido campeón el Athletic, la Real Sociedad o el Valencia, que tampoco hace tantos años que ganó la Liga. La hegemonía de Madrid y Barcelona no será eterna.
-Se deshace en elogios hacia Emery. Estadística en mano, el entrenador del Valencia es uno de los más grandes en la historia de este club, pero la grada lo cuestiona desde el primer día en una eterna guerra entre números y sensaciones. ¿Me lo explica?
-No creo que sea un problema exclusivo del Valencia, sino la consecuencia de ese mal endémico que demuestra la debilidad de todos los entrenadores actualmente.
-A Emery se le reprocha su indulgencia con los jugadores. Del Bosque tampoco es hombre de gritos. En el manejo de grupos humanos, ¿resulta más fácil crecer desde el diálogo?
-Es en lo que yo creo y no me ha ido mal, aunque admito que con otro estilo también se puede lograr los objetivos. Pero tratamos con personas. Ya pasó la época del 'ordeno y mando' desprovisto de todo tipo de afecto. Para sacar el máximo rendimiento a los jugadores hay que ser exigente, pero al mismo tiempo educado. No está reñida una cosa con la otra.
-Hablaba usted de los necesarios traspasos que desmembraron el Valencia. Al menos se ha quedado Juan Mata, un modelo en lo futbolístico y también en lo humano. ¿Ve en él una buena piedra para afrontar la reconstrucción?
-Es un jugador importante y lo demuestra. Fue mundialista y luego ha tenido el acierto de ayudarnos a la clasificación de la sub-21. Le adornan muchas cualidades y por eso está viniendo con nosotros a la selección. Lo que pasa es que ahora mismo tenemos una competencia grande y es tan importante participar por ejemplo con la absoluta como con los jóvenes.
-Vicente Guaita se ha consolidado contra todo pronóstico en la portería del Valencia. ¿Sería un buen heredero de los guantes de Casillas en la selección?
-Pues es que es uno de los puestos donde tenemos más competencia...
-Sin duda, pero con 23 años... Él puede esperar, ¿eh?
-Sí, claro, además los porteros siempre son más lentos en la formación. Es un puesto que está muy bien cubierto, con muchísimos jugadores de toda España que podrían venir perfectamente. Pero si me pregunta por Guaita le diré que ha demostrado sus facultades. Me gusta la sobriedad que atesora. Seguro que permanecerá muchos años en la portería del Valencia.
-Hábleme de Pablo Hernández. Dio el salto a la selección, pero de nuevo se ha caído y no encuentra el nivel de principio de temporada. ¿Entiende su irregularidad?
-Son jugadores que atraviesan momentos buenos o malos, pero Pablo ha sido habitual con nosotros, vino a la Copa Confederaciones... Siempre ha sido una alternativa cuando lo hemos necesitado.
-El ejemplo contrario es Joaquín. Quedó fuera de la selección antes de que se iniciara el ciclo glorioso y no ha vuelto a ser internacional. Este año su juego ha dado un salto de calidad. ¿Está en el punto de mira de Vicente del Bosque?
-Nosotros no tenemos animosidad contra nadie y siempre nos regimos por la buena intención de traer a los mejores. Ahora mismo no hay jugadores de los que podamos decir: «Este no va a venir porque no nos interesa». Todo el mundo que juega debe sentir el estímulo de que puede venir algún día, y entre ellos está Joaquín.
-La salida de Villa y Silva expandió una ola de pesimismo por Valencia. De sus anteriores palabras deduzco que Aduriz y Soldado han sido la mejor solución.
-Son dos excelentes delanteros. Aduriz ya ha venido con nosotros, incluso debutó, mientras que Soldado está jugando muy bien. Forma parte de ese grupo de chicos que han contraído méritos para venir, como hay otros en el Villarreal, en el Espanyol, en el Athletic... Ahí están los casos de Borja Valero, Cani, Iraola... En cualquier momento pueden estar con nosotros.
-De Soldado se esperaba mucho, pero ha sido Aduriz quien más ha sorprendido por su rendimiento. ¿También a Del Bosque?
-Aduriz ya estaba jugando bien en el Mallorca y por eso el Valencia lo ficha. No podemos olvidar que fue traspasado sucesivamente del Valladolid al Athletic, de ahí al Mallorca y luego al Valencia. Eso indica que es un jugador al que se le ven buenas cualidades, un delantero centro de los que no hay muchos.
-Cuando tanto le han preguntado en Madrid por Raúl, permítame a mí acordarme de Albelda. Aquel tornado llamado Koeman le impidió vivir la edad de oro de la selección. Pese a su veteranía, es un jugador vital para el actual Valencia. ¿Podría aún tener la despedida que merece con España?
-Pues ya le he contestado antes: aquí no hay nadie eliminado por principio. Es el caso de Albelda, como también de Marcos Senna, que para nosotros ha sido un jugador extraordinario y a quien tenemos un aprecio grande. No hay prejuicios.
-Por las aguas del gran negocio del fútbol navega un club como el Levante, ejemplo de humildad extrema. Tiene mérito lo de Luis García, ¿no cree?
-Pues sí señor. Es un hombre formado, con una buena preparación, uno de esos jóvenes entrenadores que lo están haciendo muy bien. Además, el otro día pude saludarlo y estuvo muy cariñoso. Le deseo lo mejor.
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