La renovación (o no) de Unai Emery está aparcada, como hace un año. Manuel Llorente repetirá con el entrenador la fórmula empleada el pasado curso y la decisión del club respecto al futuro del técnico dependerá de los resultados deportivos. No está el Valencia de momento barajando otros nombres para el banquillo, aunque tampoco puede asegurar a día de hoy nadie entre la cúpula dirigente que le vayan a ofrecer la renovación a Unai aún logrando meter al equipo en Champions. Pero más allá de si el equipo queda tercero, cuarto o quinto, a seis meses vista de que expire el contrato de Unai Emery, el de Hondarríbia se ve más fuera que dentro del proyecto blanquinegro.
Unai asume la política de renovaciones por la que apuesta Llorente, aunque en los últimos dos meses ha habido gestos del presidente y también del coordinador de la secretaría técnica, Braulio Vázquez, que a su entender le llevan a pensar que no se cuenta con su opinión en la planificación deportiva y, por ello, tampoco como inquilino del banquillo de Mestalla en la que sería su cuarta temporada en la entidad. Emery prácticamente se ha enterado por la prensa del fichaje de Adil Rami y también de los contactos habidos para tantear la incorporación de, entre otros, Diego Alves o Kevin Gameiro.
Llorente y Braulio, en este sentido, han optado por un secretismo absoluto en asuntos de fichajes para evitar filtraciones que puedan truncar operaciones de por sí complicadas (como fuera convencer al Lille de que cerrara en diciembre el traspaso por seis millones de Rami, central internacional por Francia). Pero tal forma de actuar propicia sensación de desconfianza en el entrenador y, sobre todo, que su opinión no se tiene en cuenta respecto al perfil de jugadores que necesita el equipo a la hora de reforzar la plantilla en el futuro.
Emery, como también su cuerpo técnico (el único que tiene, todo sea dicho, supeditado su contrato al del entrenador es su segundo Juan Carlos Carcedo, el resto de técnicos lo tienen firmado por su cuenta y con años todavía de vinculación), trabajan con tranquilidad y al margen en la medida de lo posible de la incertidumbre sobre su futuro. Llueve sobre mojado y dicen que la experiencia es un grado. Unai hizo un máster el pasado curso respecto a su renovación y son conscientes que no le queda otra que centrarse en el día a día y cumplir objetivos. Además, la relación con Llorente siempre ha tenido altibajos y tampoco les sorprenden ciertos gestos.
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