Messi quiso dejar su sello en Valencia. El mejor jugador del mundo decantó el partido. Para bien y para mal. Con su fallos, espoleó a un Valencia que creyó que la machada era posible, y con su acierto, hundió a un equipo que, desfondado, se empequeñeció. No pudo ser. El líder, en su versión más liviana, ganó y se acercó un pelín más a su objetivo. El Barça, jugando mejor o peor, sí sabe a lo que juega y lo que lleva entre mano. Y es que, desde la portería al jugador más adelantado es un equipazo sin fisuras. En el que las figuras pierden su halo en pos del colectivo. Sirva un ejemplo, David Villa el epicentro del juego del Valencia en los últimos años, es una mera comparsa en el equipo de Pep. El Guaje, que no cumplió la estadística de marcar a su ex equipo, sufre y juega para el grupo.
La unión hace la fuerza
A veces, las adversidades unen y obligan a apelar al orgullo. Y a este se encomendó anoche el Valencia. Emery tiró de chistera y se inventó un once por el que nadie hubiera dado un duro. Pero es que sus piezas eran escasas. Sin Bruno y Miguel en defensa, el técnico alineó a Stankevicius por la derecha con Alba por la izquierda con Dealbert y Ricardo Costa como centrales ya que se temía que Navarro, tras la persecución a la que ha sido sometido por su entrada a Llorente, fuera excesivamente observado por Iturralde. Sin Topal, Maduro y Albelda en el centro del campo, fueron Banega y Tino Costa los encargados de hacer funcionar el equipo e impedir que la circulación del balón del Barça fuera fluida. Las alas fueron para Joaquín y un reconvertido Mathieu, con Pablo de enganche y Mata como jugador más adelantado. Y el equipo funcionó, porque cuando hay actitud e implicación, todo es más fácil. Solidario y comprometido, el Valencia, consciente de su inferioridad técnica, optó por jugar juntitos e imponer un ritmo frenético para no dejar pensar ni carburar al laureado Barça. Y, en parte, la idea sirvió. Pero cada despiste de la defensa se tradujo en un suspiro de la grada. Y en un agradecimiento. Messi, el que nunca suele fallar, erró tiro, rechace y tiro ante Guaita en el minuto 9 cuando la grada aún estaba acomodándose y, en el minuto 20, sólo ante Guaita, el mejor jugador del mundo quiso gustarse y jugársela en solitario ante la salida del portero. Messi, picó suavecito la pelota y, de forma sorprendente, la mandó a la grada. El Guaje, en el regreso a la que fue su casa en los últimos cinco años, también pudo marcar, pero, San Guaita despejó su tiro. El Valencia, conforme fueron pasando los minutos, fue cediendo la posesión del balón y empequeñeciéndose ante un líder que no lo es por casualidad. No obstante, el arranque pudo ser bien distinto si Iturralde no hubiera dado por fuera de juego un gol de Alba -estaba en línea con Adriano-. Mata le dio un pase al hueco al catalán, muy activo en la izquierda, que se quedó solo ante Pinto y marcó, pero el gol ya estaba anulado. La jugada empequeñeció al Valencia que se vino atrás y dejó que los de Guardiola enlazaran jugadas tras jugadas.
Como una repetición del arranque del partido, el Valencia salió enchufadísimo tratando de imponer un ritmo alto al partido. Emery dejó en el banquillo a Joaquín y salió Soldado, con lo que Mata se escoró y tuvo más movilidad. Y precisamente Soldado, en un tiro raso desde la izquierda, a punto estuvo de abrir el marcador. Y también Pablo, al que la pelota se le fue un palmo en una jugada que se gestó en un robo de Tino en el centro del campo y Mata le sirvió el pase desde la izquierda. Acción que fue contestada por Messi, que volvió a errar.
Guardiola, que apenas se dejó ver de pie, decidió mover el banquillo y espolear a su equipo. Sacó a Pedrito por Mascherano y le devolvió al Barça su fisonomía clásica con Abidal de central, Adriano de lateral, Busquets en el medio con Iniesta y Xavi a izquierda y derecha. Y llegó el gol. Y es que habían sido muchas las ocasiones en las que Messi había fallado y, tanto va el cántaro a la fuente, que al final... Gol. Corría el minuto 77 cuando Adriano, regateó a Stankevicius y le centró a Messi que, esta vez sí, envió la pelota al palo derecho de la portería. Para el Valencia fue un jarro de agua fría. Todo el trabajo hecho, todo el desgaste y el empeño, se echó a la basura. ¡Vaya impotencia! Pocas veces, el Valencia ha estado más cerca de ganar por juego al Barça. Emery, que miraba al banquillo y casi no tenía dónde elegir y prácticamente a la desesperada, sacó del campo a Mathieu para dar entrada a Jonás y a Tino Costa, que había visto una amarilla, por Isco. Se trataba de despertar a un grupo que, al verse por debajo en el marcador, se desfondó.Una vez más, salió a la luz el cansancio, la desconfianza y el desconcierto. El Valencia, que había sabido remontar cuatro partidos y aprovechar como nadie los últimos minutos, se veía impotente. El mejor equipo del mundo, en una versión poco vistosa, salia victorioso de Mestalla y truncaba la racha del Valencia de once partidos imbatido. Guardiola ya puede decir que ha ganado en Mestalla, el único campo de Primera que se le resistía.
El Valencia sigue tercero, pero el Villarreal ya le vuelve a pisar los talones. Sólo un punto separa a los de Garrido de los de Emery y con ello, regresa la intranquilidad. Sin descanso, el viernes el Valencia viaja a Mallorca. Esa, será otra historia. En Son Moix, no habrá ni recuerdos ni homenaje. Ahí es donde el Valencia deberá consolidar su objetivo. Esa sí que es su liga. La de los mortales.
FICHA
Valencia cf. Guaita, Stankevicius, Dealbert, Ricardo Costa, Jordi Alba, Banega, Tino Costa (Isco, m.85), Pablo, Joaquín (Soldado, m.46), Mathieu (Jonas, m.82) y Mata.
FC BARCELONA. Pinto, Alves, Piqué, Busquets, Abidal, Mascherano (Pedro, m.62), Xavi, Iniesta (Keita, m.87), Adriano (Maxwell, m.83), Messi y Villa.
Goles. 0-1, m.72: Messi.
ÁRBITRO: Iturralde González (comité vasco). Amonestó por el Valencia a Jordi Alba, Soldado, Tino Costa y Pablo y por el Barcelona a Messi y Busquets. e Estadio: Partido correspondiente a la vigésima sexta jornada de Primera disputado en el estadio de Mestalla ante 50.800 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.
La unión hace la fuerza
A veces, las adversidades unen y obligan a apelar al orgullo. Y a este se encomendó anoche el Valencia. Emery tiró de chistera y se inventó un once por el que nadie hubiera dado un duro. Pero es que sus piezas eran escasas. Sin Bruno y Miguel en defensa, el técnico alineó a Stankevicius por la derecha con Alba por la izquierda con Dealbert y Ricardo Costa como centrales ya que se temía que Navarro, tras la persecución a la que ha sido sometido por su entrada a Llorente, fuera excesivamente observado por Iturralde. Sin Topal, Maduro y Albelda en el centro del campo, fueron Banega y Tino Costa los encargados de hacer funcionar el equipo e impedir que la circulación del balón del Barça fuera fluida. Las alas fueron para Joaquín y un reconvertido Mathieu, con Pablo de enganche y Mata como jugador más adelantado. Y el equipo funcionó, porque cuando hay actitud e implicación, todo es más fácil. Solidario y comprometido, el Valencia, consciente de su inferioridad técnica, optó por jugar juntitos e imponer un ritmo frenético para no dejar pensar ni carburar al laureado Barça. Y, en parte, la idea sirvió. Pero cada despiste de la defensa se tradujo en un suspiro de la grada. Y en un agradecimiento. Messi, el que nunca suele fallar, erró tiro, rechace y tiro ante Guaita en el minuto 9 cuando la grada aún estaba acomodándose y, en el minuto 20, sólo ante Guaita, el mejor jugador del mundo quiso gustarse y jugársela en solitario ante la salida del portero. Messi, picó suavecito la pelota y, de forma sorprendente, la mandó a la grada. El Guaje, en el regreso a la que fue su casa en los últimos cinco años, también pudo marcar, pero, San Guaita despejó su tiro. El Valencia, conforme fueron pasando los minutos, fue cediendo la posesión del balón y empequeñeciéndose ante un líder que no lo es por casualidad. No obstante, el arranque pudo ser bien distinto si Iturralde no hubiera dado por fuera de juego un gol de Alba -estaba en línea con Adriano-. Mata le dio un pase al hueco al catalán, muy activo en la izquierda, que se quedó solo ante Pinto y marcó, pero el gol ya estaba anulado. La jugada empequeñeció al Valencia que se vino atrás y dejó que los de Guardiola enlazaran jugadas tras jugadas.
Como una repetición del arranque del partido, el Valencia salió enchufadísimo tratando de imponer un ritmo alto al partido. Emery dejó en el banquillo a Joaquín y salió Soldado, con lo que Mata se escoró y tuvo más movilidad. Y precisamente Soldado, en un tiro raso desde la izquierda, a punto estuvo de abrir el marcador. Y también Pablo, al que la pelota se le fue un palmo en una jugada que se gestó en un robo de Tino en el centro del campo y Mata le sirvió el pase desde la izquierda. Acción que fue contestada por Messi, que volvió a errar.
Guardiola, que apenas se dejó ver de pie, decidió mover el banquillo y espolear a su equipo. Sacó a Pedrito por Mascherano y le devolvió al Barça su fisonomía clásica con Abidal de central, Adriano de lateral, Busquets en el medio con Iniesta y Xavi a izquierda y derecha. Y llegó el gol. Y es que habían sido muchas las ocasiones en las que Messi había fallado y, tanto va el cántaro a la fuente, que al final... Gol. Corría el minuto 77 cuando Adriano, regateó a Stankevicius y le centró a Messi que, esta vez sí, envió la pelota al palo derecho de la portería. Para el Valencia fue un jarro de agua fría. Todo el trabajo hecho, todo el desgaste y el empeño, se echó a la basura. ¡Vaya impotencia! Pocas veces, el Valencia ha estado más cerca de ganar por juego al Barça. Emery, que miraba al banquillo y casi no tenía dónde elegir y prácticamente a la desesperada, sacó del campo a Mathieu para dar entrada a Jonás y a Tino Costa, que había visto una amarilla, por Isco. Se trataba de despertar a un grupo que, al verse por debajo en el marcador, se desfondó.Una vez más, salió a la luz el cansancio, la desconfianza y el desconcierto. El Valencia, que había sabido remontar cuatro partidos y aprovechar como nadie los últimos minutos, se veía impotente. El mejor equipo del mundo, en una versión poco vistosa, salia victorioso de Mestalla y truncaba la racha del Valencia de once partidos imbatido. Guardiola ya puede decir que ha ganado en Mestalla, el único campo de Primera que se le resistía.
El Valencia sigue tercero, pero el Villarreal ya le vuelve a pisar los talones. Sólo un punto separa a los de Garrido de los de Emery y con ello, regresa la intranquilidad. Sin descanso, el viernes el Valencia viaja a Mallorca. Esa, será otra historia. En Son Moix, no habrá ni recuerdos ni homenaje. Ahí es donde el Valencia deberá consolidar su objetivo. Esa sí que es su liga. La de los mortales.
FICHA
Valencia cf. Guaita, Stankevicius, Dealbert, Ricardo Costa, Jordi Alba, Banega, Tino Costa (Isco, m.85), Pablo, Joaquín (Soldado, m.46), Mathieu (Jonas, m.82) y Mata.
FC BARCELONA. Pinto, Alves, Piqué, Busquets, Abidal, Mascherano (Pedro, m.62), Xavi, Iniesta (Keita, m.87), Adriano (Maxwell, m.83), Messi y Villa.
Goles. 0-1, m.72: Messi.
ÁRBITRO: Iturralde González (comité vasco). Amonestó por el Valencia a Jordi Alba, Soldado, Tino Costa y Pablo y por el Barcelona a Messi y Busquets. e Estadio: Partido correspondiente a la vigésima sexta jornada de Primera disputado en el estadio de Mestalla ante 50.800 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.
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