Vicente Guaita ha recibido un golpe muy duro. No habrá una derrota ni un gol encajado peor que la pérdida de un padre, pero va a levantarse. El guardameta está en estado de shock, pero él es un campeón y poco a poco va a recuperarse para que su padre Paco siga disfrutando con él desde el cielo. Era su consejero más fiel, pero lo seguirá siendo, porque sus paradas van a tener una dedicatoria especial. ¿Cómo se levanta un campeón tras un palo tan gordo? SUPER ha consultado la opinión de una especialista, Magdalena Cubel, psicóloga clínica y directora del Centro Psicológico MCA.
Cada persona es distinta, pero el primer mensaje de la psicóloga es claro: «Lo ideal es que cuanto antes vuelva a la rutina. En cuanto sea posible que haga actividades normales sabiendo de antemano que el rendimiento va a ser menor, pero la rutina te distrae y eso es bueno». ¿Su rendimiento se va a ver afectado? La respuesta de Magda es sí: «Ahora su concentración no es la misma y, por tanto, su rendimiento tampoco». El cuerpo de Guaita está en estado de shock, ya que la pérdida era inesperada, pero el ejercicio físico le va a venir fenomenal. Eso sí, siempre dejándole que vaya a su ritmo, sin que se le pueda exigir lo mismo que hace unos días o a un compañero: «Hay que dejarle a su ritmo, seguir con las pautas de trabajo, que sea él quien marque su ritmo de trabajo». Sin valorar el caso puntual de Guaita, el procedimiento habitual en casos como éste precisa de tres o cuatro semanas para digerir la situación. «Físicamente puedes ver a la persona, pero mentalmente no está, y necesitas un mínimo de 15 días para despejar la cabeza», apunta Magda, antes de estirar el tiempo a los seis meses o al año del suceso, «que es cuando realmente se dan cuenta de lo que ha sucedido porque ahora están en una burbuja».
Cuando regrese al vestuario sus compañeros deben hacerle partícipe de las cosas, permitiéndole a la vez un espacio de intimidad siempre y cuando no sea mucho. Igual de importante también es aguantar su silencio y tener claro que un gesto de cariño con él puede favorecer más que cualquier palabra. «Recordarle la situación no es bueno, porque así no termina de pasar página. Los hay con más confianza y son más emotivos. Si le preguntas cómo estás, qué te va a decir: ´Pues jodido´». Para pasar el duelo hay varios rituales según la psicóloga Cubel; de despedida, bien escribiendo alguna carta escribiendo lo que te hubiera gustado decirle y no has podido, recopilar recuerdos en una caja o hacer un álbum de fotos… Esto si no se trata de un duelo patológico, porque de serlo deben retirarlo todo porque sufren mucho.
Poco a poco, Vicente Guaita va a regresar al lugar del que no debió salir. Siempre ha demostrado ser un chico fuerte mentalmente, un campeón dentro y fuera del campo que ahora va a superar el peor momento de su vida.
Cada persona es distinta, pero el primer mensaje de la psicóloga es claro: «Lo ideal es que cuanto antes vuelva a la rutina. En cuanto sea posible que haga actividades normales sabiendo de antemano que el rendimiento va a ser menor, pero la rutina te distrae y eso es bueno». ¿Su rendimiento se va a ver afectado? La respuesta de Magda es sí: «Ahora su concentración no es la misma y, por tanto, su rendimiento tampoco». El cuerpo de Guaita está en estado de shock, ya que la pérdida era inesperada, pero el ejercicio físico le va a venir fenomenal. Eso sí, siempre dejándole que vaya a su ritmo, sin que se le pueda exigir lo mismo que hace unos días o a un compañero: «Hay que dejarle a su ritmo, seguir con las pautas de trabajo, que sea él quien marque su ritmo de trabajo». Sin valorar el caso puntual de Guaita, el procedimiento habitual en casos como éste precisa de tres o cuatro semanas para digerir la situación. «Físicamente puedes ver a la persona, pero mentalmente no está, y necesitas un mínimo de 15 días para despejar la cabeza», apunta Magda, antes de estirar el tiempo a los seis meses o al año del suceso, «que es cuando realmente se dan cuenta de lo que ha sucedido porque ahora están en una burbuja».
Cuando regrese al vestuario sus compañeros deben hacerle partícipe de las cosas, permitiéndole a la vez un espacio de intimidad siempre y cuando no sea mucho. Igual de importante también es aguantar su silencio y tener claro que un gesto de cariño con él puede favorecer más que cualquier palabra. «Recordarle la situación no es bueno, porque así no termina de pasar página. Los hay con más confianza y son más emotivos. Si le preguntas cómo estás, qué te va a decir: ´Pues jodido´». Para pasar el duelo hay varios rituales según la psicóloga Cubel; de despedida, bien escribiendo alguna carta escribiendo lo que te hubiera gustado decirle y no has podido, recopilar recuerdos en una caja o hacer un álbum de fotos… Esto si no se trata de un duelo patológico, porque de serlo deben retirarlo todo porque sufren mucho.
Poco a poco, Vicente Guaita va a regresar al lugar del que no debió salir. Siempre ha demostrado ser un chico fuerte mentalmente, un campeón dentro y fuera del campo que ahora va a superar el peor momento de su vida.
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