A un día de la disputa de la Copa del Rey, el futbolista recuerda de forma agridulce el trofeo que, hace cuatro años ganó con el Valencia, el único título que figura en su currículum como valencianista. Dice, obvio, que quiere ampliar su palmarés
Con puntualidad, Juan Mata llega a la puerta del IVAM. Los viandantes lo observan con asombro. Viste un pantalón vaquero y un suéter granate con mensaje. Entusiasmado, visita la exposición sobre la infancia organizada por Unicef que se muestra en la sala de la Muralla. En una docena de ocasiones, exclama: «Éste es un lugar con mucho encanto».
Un futbolista que elige para hacer una entrevista un museo. Sé que me va a decir que es un chico normal, pero le tengo que confesar que me ha roto los esquemas.
Para nada. Elegí este sitio porque soy amigo de Unicef, vine el otro día a ver la exposición fotográfica de Isabel Muñoz y me gustó mucho. Cuando me dijiste que eligiera un sitio, por muchas cosas, pensé en este por cambiar un poco de ambiente. Es una muestra que refleja la infancia en el mundo y cómo hay niños que viven en peores condiciones que nosotros.
Una exposición sobre la infancia. ¿Cómo fue la suya?
Por suerte, muy diferente a la que refleja la exposición en la que los niños no conocen a sus padres o lo han pasado muy mal. Mi infancia transcurrió toda en Asturias, en Oviedo, y tengo muy buenos recuerdos. Con mi hermana, en el colegio, cuando empecé a jugar a fútbol.... fue maravillosa.
Dígame un recuerdo.
Me acuerdo de las noches de Reyes. Eran muy especiales. Mi hermana y yo nos levantábamos pronto a ver los regalos y mis padres colocaban en la puerta del salón un papel que ponía: «Si abrís, los regalos desaparecerán», y volvíamos a la cama a esperar que fuera de día y se despertaran ellos. Recuerdo una bicicleta, un reloj, un balón. También me acuerdo mucho de Laureano, mi primer entrenador y de mi primer entrenamiento en el Juventud Estadio. Lo de la noche de Reyes me ha venido a la cabeza porque, al ver esta exposición, sé que hay muchos de estos niños que no saben lo que es tener un regalo. Y es una pena.
¿Hay algo que tome o algún olor que le evoque a su infancia?
Las frutas me recuerdan al verano en casa de mis abuelos.
¿Alguna vez pensó, o soñó, ser campeón del mundo?
No.
Suena bien..
Ahora ya me suena más real. Cuando lo conseguimos, creo que ninguno éramos conscientes de lo que habíamos hecho, pero cuando pasa el tiempo te das cuenta de que lo somos.
¿Le hace sentir diferente?
No, pero me considero un privilegiado.
Es que sólo un grupo muy selecto lo consigue.
Ya. En la historia ha habido muchos y muy buenos jugadores en España que han sufrido derrotas en Mundiales y Eurocopas y yo estoy entre veintitrés únicos en la historia que lo han logrado. Qué más te puedo decir, que me siento un privilegiado.
Un campeón del mundo, ¿a qué más puede aspirar?
A muchísimas cosas. Quiero ganar títulos a nivel de club, quiero que la selección vuelva a ser campeona de Europa y estar ahí, quiero... un futbolista nunca debe conformarse.
¿Cómo va de ilusión?
Tengo aún más que antes.
Ser tercero, tras un año considerado de transición, ¿es un éxito?
Viendo cómo está la liga sí, porque por suerte o por desgracia, es a lo máximo que podíamos aspirar. Yo nunca pensé que este fuera a ser un año de impás. Es verdad que queríamos llegar más adelante en Copa y en Champions, pero no pudo ser. A nivel personal, lo que buscaba es continuar creciendo como futbolista.
¿Son los campeones de la otra liga?
Si, pero esto no es un título ni tiene copa. Viendo los puntos que hace Barça y Madrid, es el puesto al que optábamos.
¿Siente curiosidad por probar otras ligas?
De momento, no. En Valencia he jugado cuatro años y me gusta esta liga.
Mañana se juega la Copa del Rey, el único título que ha ganado con el Valencia, ¿cómo recuerda ese momento?
Fue mi primer año y fue una época muy complicada. El año fue extraño, hubo varios entrenadores, directores deportivos, presidentes... ganamos la Copa pero apenas se celebró porque íbamos muy mal en liga. La verdad es que llegar y ganar un título está muy bien, pero fue un año raro, muy raro. Todos los recuerdos que tengo de la Copa son positivos porque jugué y marqué, pero el año fue complicado.
Es curioso, ese título coincide con el año deportivo más convulso de la última década.
Son cosas inexplicables.
Todo aquello, ¿le ayudó a madurar?
Sí, mucho. Fue un master de experiencias. Me sirvió, en primer lugar, para saber en el club en el que estaba y la gente que estaba detrás. Aprendí que, cuando las cosas van mal, hay mucha presión y todo es más difícil.
¿La envidia, deportiva, es buena?
Sí claro. El otro día, sin ir más lejos, sentí envidia de ver al Schalke jugar en el campo del Inter.
Si acaban terceros, el año que viene lo pueden volver a intentar
Sí, pero es que lo tuvimos muy cerca. Cuando nos eliminaron, la intención de todos fue quedar terceros para poder volver a vivir una experiencia así y superarla.
¿Irá a ver la final?
No lo sé todavía. Ver, la veré, pero no sé si iré al campo o la veré por televisión.
¿Sigue siendo madridista, o su amigo Villa lo ha hecho culé?
No me decanto. Lo que me hubiera gustado es que la jugara el Valencia, así que me da igual. Que gane el mejor.
No me creo que sea imparcial.
Veo muchos partidos de fútbol en los que me da igual quien gane.
El sábado contra el Madrid. Partidazo.
Sí, pero lo tenemos que afrontar como un partido más. Nos jugamos los mismos puntos que contra el Almería.
¿Se le está haciendo larga la temporada?
No.
Este verano, ¿descansa?
Iré con la sub21. La vida de un futbolista es corta y hay que aprovechar todas las oportunidades.
Tampoco tanto, mire a César.
Es un ejemplo para todos. Tiene 39 años y una gran ilusión.
¿Qué carga implica ser uno de los estandartes del equipo?
Ninguna. Implica la responsabilidad que uno quiera tener y uno se exija. Yo me exijo mucho a mi mismo e intento rendir en todos los partidos, otra cosa es que me salga mejor o peor. Cargarse de excesiva presión tampoco es positivo. Fuera intento ser normal, soy como me ves.
¿Está en su mejor momento?
Estoy bien, pero cuando me sale un partido menos bueno, no me hundo, ni pierdo confianza. Sé que estoy trabajando bien y me gustaría que todos los partidos fueran como el de Villarreal, pero no siempre salen así.
¿Preparado para, el año que viene, ser uno de los capitanes? El sábado ya portó el brazalete
Para eso aún falta mucho. El tema de la capitanía lo respeto muchísimo.
Dígame el mejor piropo que le han lanzado como futbolista.
Vaya...pues, Mata eres el mejor, eres un crack.
¿Le ruboriza?
Un poco. Me gusta, pero me hace sentir vergüenza.
Piense, ¿a quién ha podido conocer que, si no fuera futbolista, no conocería?
A mucha gente, empezando por los Reyes, los Príncipes, el presidente del Gobierno... En eso estoy en una posición privilegiada.
¿A quién le gustaría conocer?
A Nelson Mandela, lo vi de lejos vi en Sudáfrica y me hubiera encantado. Es un icono mundial.
¿Molesta el estereotipo de jugador sinónimo de inculto?
Cada uno es como es. Hay estereotipos que son verdad y otros que no lo son. Yo soy como mis padres me han criado y con los valores que me han inculcado. Un futbolista, antes que jugador es persona.
¿Y, cómo van sus estudios?
Sigo con INEF y marketing. Espero acabar pronto, pero es que... es difícil centrarse.
Un futbolista que elige para hacer una entrevista un museo. Sé que me va a decir que es un chico normal, pero le tengo que confesar que me ha roto los esquemas.
Para nada. Elegí este sitio porque soy amigo de Unicef, vine el otro día a ver la exposición fotográfica de Isabel Muñoz y me gustó mucho. Cuando me dijiste que eligiera un sitio, por muchas cosas, pensé en este por cambiar un poco de ambiente. Es una muestra que refleja la infancia en el mundo y cómo hay niños que viven en peores condiciones que nosotros.
Una exposición sobre la infancia. ¿Cómo fue la suya?
Por suerte, muy diferente a la que refleja la exposición en la que los niños no conocen a sus padres o lo han pasado muy mal. Mi infancia transcurrió toda en Asturias, en Oviedo, y tengo muy buenos recuerdos. Con mi hermana, en el colegio, cuando empecé a jugar a fútbol.... fue maravillosa.
Dígame un recuerdo.
Me acuerdo de las noches de Reyes. Eran muy especiales. Mi hermana y yo nos levantábamos pronto a ver los regalos y mis padres colocaban en la puerta del salón un papel que ponía: «Si abrís, los regalos desaparecerán», y volvíamos a la cama a esperar que fuera de día y se despertaran ellos. Recuerdo una bicicleta, un reloj, un balón. También me acuerdo mucho de Laureano, mi primer entrenador y de mi primer entrenamiento en el Juventud Estadio. Lo de la noche de Reyes me ha venido a la cabeza porque, al ver esta exposición, sé que hay muchos de estos niños que no saben lo que es tener un regalo. Y es una pena.
¿Hay algo que tome o algún olor que le evoque a su infancia?
Las frutas me recuerdan al verano en casa de mis abuelos.
¿Alguna vez pensó, o soñó, ser campeón del mundo?
No.
Suena bien..
Ahora ya me suena más real. Cuando lo conseguimos, creo que ninguno éramos conscientes de lo que habíamos hecho, pero cuando pasa el tiempo te das cuenta de que lo somos.
¿Le hace sentir diferente?
No, pero me considero un privilegiado.
Es que sólo un grupo muy selecto lo consigue.
Ya. En la historia ha habido muchos y muy buenos jugadores en España que han sufrido derrotas en Mundiales y Eurocopas y yo estoy entre veintitrés únicos en la historia que lo han logrado. Qué más te puedo decir, que me siento un privilegiado.
Un campeón del mundo, ¿a qué más puede aspirar?
A muchísimas cosas. Quiero ganar títulos a nivel de club, quiero que la selección vuelva a ser campeona de Europa y estar ahí, quiero... un futbolista nunca debe conformarse.
¿Cómo va de ilusión?
Tengo aún más que antes.
Ser tercero, tras un año considerado de transición, ¿es un éxito?
Viendo cómo está la liga sí, porque por suerte o por desgracia, es a lo máximo que podíamos aspirar. Yo nunca pensé que este fuera a ser un año de impás. Es verdad que queríamos llegar más adelante en Copa y en Champions, pero no pudo ser. A nivel personal, lo que buscaba es continuar creciendo como futbolista.
¿Son los campeones de la otra liga?
Si, pero esto no es un título ni tiene copa. Viendo los puntos que hace Barça y Madrid, es el puesto al que optábamos.
¿Siente curiosidad por probar otras ligas?
De momento, no. En Valencia he jugado cuatro años y me gusta esta liga.
Mañana se juega la Copa del Rey, el único título que ha ganado con el Valencia, ¿cómo recuerda ese momento?
Fue mi primer año y fue una época muy complicada. El año fue extraño, hubo varios entrenadores, directores deportivos, presidentes... ganamos la Copa pero apenas se celebró porque íbamos muy mal en liga. La verdad es que llegar y ganar un título está muy bien, pero fue un año raro, muy raro. Todos los recuerdos que tengo de la Copa son positivos porque jugué y marqué, pero el año fue complicado.
Es curioso, ese título coincide con el año deportivo más convulso de la última década.
Son cosas inexplicables.
Todo aquello, ¿le ayudó a madurar?
Sí, mucho. Fue un master de experiencias. Me sirvió, en primer lugar, para saber en el club en el que estaba y la gente que estaba detrás. Aprendí que, cuando las cosas van mal, hay mucha presión y todo es más difícil.
¿La envidia, deportiva, es buena?
Sí claro. El otro día, sin ir más lejos, sentí envidia de ver al Schalke jugar en el campo del Inter.
Si acaban terceros, el año que viene lo pueden volver a intentar
Sí, pero es que lo tuvimos muy cerca. Cuando nos eliminaron, la intención de todos fue quedar terceros para poder volver a vivir una experiencia así y superarla.
¿Irá a ver la final?
No lo sé todavía. Ver, la veré, pero no sé si iré al campo o la veré por televisión.
¿Sigue siendo madridista, o su amigo Villa lo ha hecho culé?
No me decanto. Lo que me hubiera gustado es que la jugara el Valencia, así que me da igual. Que gane el mejor.
No me creo que sea imparcial.
Veo muchos partidos de fútbol en los que me da igual quien gane.
El sábado contra el Madrid. Partidazo.
Sí, pero lo tenemos que afrontar como un partido más. Nos jugamos los mismos puntos que contra el Almería.
¿Se le está haciendo larga la temporada?
No.
Este verano, ¿descansa?
Iré con la sub21. La vida de un futbolista es corta y hay que aprovechar todas las oportunidades.
Tampoco tanto, mire a César.
Es un ejemplo para todos. Tiene 39 años y una gran ilusión.
¿Qué carga implica ser uno de los estandartes del equipo?
Ninguna. Implica la responsabilidad que uno quiera tener y uno se exija. Yo me exijo mucho a mi mismo e intento rendir en todos los partidos, otra cosa es que me salga mejor o peor. Cargarse de excesiva presión tampoco es positivo. Fuera intento ser normal, soy como me ves.
¿Está en su mejor momento?
Estoy bien, pero cuando me sale un partido menos bueno, no me hundo, ni pierdo confianza. Sé que estoy trabajando bien y me gustaría que todos los partidos fueran como el de Villarreal, pero no siempre salen así.
¿Preparado para, el año que viene, ser uno de los capitanes? El sábado ya portó el brazalete
Para eso aún falta mucho. El tema de la capitanía lo respeto muchísimo.
Dígame el mejor piropo que le han lanzado como futbolista.
Vaya...pues, Mata eres el mejor, eres un crack.
¿Le ruboriza?
Un poco. Me gusta, pero me hace sentir vergüenza.
Piense, ¿a quién ha podido conocer que, si no fuera futbolista, no conocería?
A mucha gente, empezando por los Reyes, los Príncipes, el presidente del Gobierno... En eso estoy en una posición privilegiada.
¿A quién le gustaría conocer?
A Nelson Mandela, lo vi de lejos vi en Sudáfrica y me hubiera encantado. Es un icono mundial.
¿Molesta el estereotipo de jugador sinónimo de inculto?
Cada uno es como es. Hay estereotipos que son verdad y otros que no lo son. Yo soy como mis padres me han criado y con los valores que me han inculcado. Un futbolista, antes que jugador es persona.
¿Y, cómo van sus estudios?
Sigo con INEF y marketing. Espero acabar pronto, pero es que... es difícil centrarse.
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