Con los malos resultados, Emery vuelve a convertirse en la diana de las críticas - En una carta a la afición, el técnico pide "serenidad, unión y un sentimiento positivo" para enderezar la situación
AMPARO BARBETA VALENCIA La historia se repite. O continua, con los mismos parámetros que la anterior. El Valencia es tercero, no convence, y el club, en vez de zanjarlo, alienta el debate sobre el grado de culpabilidad de Unai Emery en el mal momento del equipo. Unai vuelve a convertirse en el epicentro de la actualidad y con ello minimiza el grado de responsabilidad de los jugadores en la minicrisis en la que el equipo está inmerso desde que arrancó el año 2012. "Ser tercero no acaba de ilusionar. La gente tiene razón", afirmaba ayer el consejero Fernando Giner. Y claro, las cábalas sobre el futuro del técnico no se han hecho esperar.
A falta de dos meses de competición, la continuidad del técnico al frente del equipo, vuelve a estar en entredicho. Y con ello el debate sobre el perfil de cómo deber ser el nuevo entrenador. Quien está en el mercado, quién gusta, quien no... Discusión. Y es el tercer año que así ocurre. En estas mismas fechas -el 25 de febrero-, Manuel Llorente abría el año pasado el culebrón al afirmar, en una entrevista a Radio Nou, que el tercer puesto no garantizaba la renovación del técnico. "Ser tercero no será suficiente", advertía.
Curiosamente, casi todo lo que entonces argumentó el presidente para posponer la decisión sobre el futuro de Emery, se podría aplicar a la actualidad.
El presidente, entonces, interesada o desinteresadamente, dejó que el debate sobre la continuidad del técnico se mantuviera activo hasta el 17 de mayo cuando anunció, por sorpresa, que le iba a proponer la renovación por una temporada. Pero la figura de Emery ya estaba debilitada de cara a la afición y a los jugadores. Llorente, quien no compartió honores con el técnico el día que se escenificó la renovación, justificó que a Unai se le había propuesto continuar "tras una cena" y ya entonces avisó que "ser tercero es un objetivo necesario, pero no suficiente".Esta temporada, y con los malos resultados, Emery vuelve a exponerse y a convertirse en la diana de todas las críticas. El domingo, y tras la derrota contra el Sevilla, Mestalla se giró al palco para exhibir su malestar con el juego del equipo. Y el técnico fue el único que tuvo, por obligación, que dar la cara.
Ayer, y en una carta con cierto halo de justificación, Emery, pedía posponer las valoraciones "a final de temporada" para "ser más exactos y objetivos", pero avisaba que "hay que prepararse para los momentos en los que aparezcan los obstáculos". Tras disculpar las derrotas por la acumulación de partidos -dieciséis en dos meses- y las lesiones, Unai proclamaba su "confianza y motivación" para enderezar el rumbo.
El vasco, que apela al optimismo, al sentimiento positivo, la exigencia y la unión, pide "serenidad" para "seguir trabajando en estos momentos clave", así como que "todos los que estamos por la labor de ayudar no seamos molestados por los que no quieren hacerlo".
El consejero Fernando Giner, a los micrófonos de Radio Marca, quiso, en un gesto de generosidad, distribuir la responsabilidad. "Unai no gusta a gran parte de la afición, pero si queremos exigir, debemos exigirnos todos. Traer mejores jugadores conlleva un mayor presupuesto", comentó. De momento, y para la próxima campaña, las cuentas para el capítulo de gastos de plantilla están congeladas.
A falta de dos meses de competición, la continuidad del técnico al frente del equipo, vuelve a estar en entredicho. Y con ello el debate sobre el perfil de cómo deber ser el nuevo entrenador. Quien está en el mercado, quién gusta, quien no... Discusión. Y es el tercer año que así ocurre. En estas mismas fechas -el 25 de febrero-, Manuel Llorente abría el año pasado el culebrón al afirmar, en una entrevista a Radio Nou, que el tercer puesto no garantizaba la renovación del técnico. "Ser tercero no será suficiente", advertía.
Curiosamente, casi todo lo que entonces argumentó el presidente para posponer la decisión sobre el futuro de Emery, se podría aplicar a la actualidad.
El presidente, entonces, interesada o desinteresadamente, dejó que el debate sobre la continuidad del técnico se mantuviera activo hasta el 17 de mayo cuando anunció, por sorpresa, que le iba a proponer la renovación por una temporada. Pero la figura de Emery ya estaba debilitada de cara a la afición y a los jugadores. Llorente, quien no compartió honores con el técnico el día que se escenificó la renovación, justificó que a Unai se le había propuesto continuar "tras una cena" y ya entonces avisó que "ser tercero es un objetivo necesario, pero no suficiente".Esta temporada, y con los malos resultados, Emery vuelve a exponerse y a convertirse en la diana de todas las críticas. El domingo, y tras la derrota contra el Sevilla, Mestalla se giró al palco para exhibir su malestar con el juego del equipo. Y el técnico fue el único que tuvo, por obligación, que dar la cara.
Ayer, y en una carta con cierto halo de justificación, Emery, pedía posponer las valoraciones "a final de temporada" para "ser más exactos y objetivos", pero avisaba que "hay que prepararse para los momentos en los que aparezcan los obstáculos". Tras disculpar las derrotas por la acumulación de partidos -dieciséis en dos meses- y las lesiones, Unai proclamaba su "confianza y motivación" para enderezar el rumbo.
El vasco, que apela al optimismo, al sentimiento positivo, la exigencia y la unión, pide "serenidad" para "seguir trabajando en estos momentos clave", así como que "todos los que estamos por la labor de ayudar no seamos molestados por los que no quieren hacerlo".
El consejero Fernando Giner, a los micrófonos de Radio Marca, quiso, en un gesto de generosidad, distribuir la responsabilidad. "Unai no gusta a gran parte de la afición, pero si queremos exigir, debemos exigirnos todos. Traer mejores jugadores conlleva un mayor presupuesto", comentó. De momento, y para la próxima campaña, las cuentas para el capítulo de gastos de plantilla están congeladas.