VICENT CHILET Al Valencia le espera un desafío mayúsculo en el Camp Nou esta noche si quiere clasificarse para la final de la Copa del Rey. Superar al Barcelona en su feudo es una misión casi utópica, con las arrolladoras estadísticas que el conjunto de Pep Guardiola encadena como local. Con dudas a domicilio, ante su afición los azulgrana son implacables. Solo el Real Madrid ha logrado un marcador que le valdría a los blanquinegros, con el 2-2 del encuentro de vuelta de los cuartos de final. Ni el trabajado 0-0 que el Sevilla pescó en Liga, con Javi Varas de héroe parándole un penalti a Leo Messi en el último minuto, sería suficiente para los de Unai Emery.
Los blanquinegros buscan argumentos para un optimismo realista. El equipo es ajeno al clima de creciente euforia en su entorno -un centenar de aficionados despidió a la plantilla en Manises-. Un ambiente que ya se manifestó como contraproducente en la Liga de Campeones contra el Chelsea (una eliminatoria que no era tan desigual). Aislado de esa movilización, y de los mil espectadores que hoy viajarán a Barcelona en día laborable, el Valencia tiene confianza en su pegada y se ve capaz de marcar al menos un gol. En contados encuentros el Valencia se ha quedado seco, lejos de Mestalla: Genk, Sevilla, Chelsea, Cádiz y Atlético. El Valencia está obligado a marcar pero no buscará de manera alocada la portería de Pinto.
En ese sentido, el Valencia dispondrá de su cuarteto atacante más habitual en las últimas jornadas, en el que recupera a Jonas en la mediapunta, a quien Unai dio descanso ante el Atlético. La mayor sorpresa en la convocatoria es la ausencia de Pablo Hernández, castigado por su mal encuentro en el Manzanares, donde reaparecía de una lesión. Tampoco viajaron a Barcelona Barragán (titular en ausencia de Miguel), Dealbert (Ricardo Costa se consolida como tercer central), y Topal, que cada vez inspira menos confianza a Emery como competencia. Además de la faceta ofensiva, la otra clave se intuye en la intensidad que el Valencia le meta al partido. Emery anunciaba ayer una noble agresividad para presionar la circulación de pelota, que será barcelonista.
La capacidad defensiva, mejorada notablemente en la última jornada, será otro de los factores importantes para evitar que el Barça marque pronto y alargar la emoción de las semifinales. En la hoja de ruta valencianista, en el partido anhelado, se confía que, si el partido avanza con el marcador igualado, que el Barça acuse cierta ansiedad ante su público. En su contra, el rival arrastra el costoso peaje de las lesiones. Especialmente significativas son las de Busquets y Villa. Con suerte, Iniesta y Pedro podrían entrar en la lista. El gran alivio puede ser el regreso de su referente, Xavi, con molestias en las últimas jornadas. Con esas bajas en ataque, Guardiola puede recurrir de nuevo en los extremos a los canteranos Cuenca y Tello. Esas son las claves. El resto, sencillamente, es suerte.
Los blanquinegros buscan argumentos para un optimismo realista. El equipo es ajeno al clima de creciente euforia en su entorno -un centenar de aficionados despidió a la plantilla en Manises-. Un ambiente que ya se manifestó como contraproducente en la Liga de Campeones contra el Chelsea (una eliminatoria que no era tan desigual). Aislado de esa movilización, y de los mil espectadores que hoy viajarán a Barcelona en día laborable, el Valencia tiene confianza en su pegada y se ve capaz de marcar al menos un gol. En contados encuentros el Valencia se ha quedado seco, lejos de Mestalla: Genk, Sevilla, Chelsea, Cádiz y Atlético. El Valencia está obligado a marcar pero no buscará de manera alocada la portería de Pinto.
En ese sentido, el Valencia dispondrá de su cuarteto atacante más habitual en las últimas jornadas, en el que recupera a Jonas en la mediapunta, a quien Unai dio descanso ante el Atlético. La mayor sorpresa en la convocatoria es la ausencia de Pablo Hernández, castigado por su mal encuentro en el Manzanares, donde reaparecía de una lesión. Tampoco viajaron a Barcelona Barragán (titular en ausencia de Miguel), Dealbert (Ricardo Costa se consolida como tercer central), y Topal, que cada vez inspira menos confianza a Emery como competencia. Además de la faceta ofensiva, la otra clave se intuye en la intensidad que el Valencia le meta al partido. Emery anunciaba ayer una noble agresividad para presionar la circulación de pelota, que será barcelonista.
La capacidad defensiva, mejorada notablemente en la última jornada, será otro de los factores importantes para evitar que el Barça marque pronto y alargar la emoción de las semifinales. En la hoja de ruta valencianista, en el partido anhelado, se confía que, si el partido avanza con el marcador igualado, que el Barça acuse cierta ansiedad ante su público. En su contra, el rival arrastra el costoso peaje de las lesiones. Especialmente significativas son las de Busquets y Villa. Con suerte, Iniesta y Pedro podrían entrar en la lista. El gran alivio puede ser el regreso de su referente, Xavi, con molestias en las últimas jornadas. Con esas bajas en ataque, Guardiola puede recurrir de nuevo en los extremos a los canteranos Cuenca y Tello. Esas son las claves. El resto, sencillamente, es suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario