Si en algo ha querido siempre esforzarse Unai Emery desde que es entrenador del Valencia es en reforzar su faceta como motivador de grupo. Falta le va a hacer al equipo si quiere borrar este miércoles esa negra estadística que dice que en los últimos 40 años, el Valencia sólo ha sido capaz de ganar una sola vez en terreno alemán (en la Champions de la 2007-2008 al Schalke 04 con gol David Villa).
Lo peor que le puede ocurrir al Valencia en Leverkusen pasado mañana es seguir con su fútbol rácano y comodón como el que ha exhibido en las dos últimas citas, tanto en Mestalla frente al Granada como en Palma ante el Mallorca. Nada que ver, por cierto, con la dosis de motivación del día del Barça.
Fue el juego valencianista en campo balear mucho más discreto de lo que cabía esperar en el peor de los casos. Pero, ¿de quién fue la culpa? ¿Fue Unai quien les transmitió la idea de salir tan contemplativos? ¿Fueron los jugadores los que no pusieron la intensidad necesaria que les exigía el técnico?
En este sentido, LAS PROVINCIAS ha contrastado a través de dos fuentes diferentes que el mensaje de Emery en la charla previa al partido -suele durar unos 20 minutos- no tuvo nada que ver con lo que se vio después sobre el terreno de juego. «Queremos ganar y sabemos ganar», les dijo a los futbolistas dentro del vestuario, recordándoles también la importancia de «tener la posesión» siempre bajo el carácter de un equipo como el Valencia: «Hay que ser ganador».
Las palabras no calaron o se las merendaron los futbolistas porque el rendimiento del Valencia sólo dio para un único lanzamiento entre los tres palos en hora y media de juego. El malestar del cuerpo técnico y, sobre todo, de Manuel Llorente tras el encuentro, era más que evidente. En Alemania hace falta mucho más de lo ofrecido para no darse de bruces.
Hay preocupación y la cara en el viaje de regreso del presidente era evidente. Tampoco pasó desapercibido la charla entre Llorente y Unai dentro del avión. EL presidente se fue a buscar al entrenador y en medio del pasillo estuvieron dialogando durante algunos minutos, mientras buena parte del pasaje esperaba el fin del cónclave para poder pasar.
Emery volverá a verse las caras con sus pupilos hoy después del día libre que les concedió ayer. El entrenador, por cierto, aprovechó la tarde para acercarse al Ciutat de Valencia y ver el Levante-Málaga. Dentro de tres semanas habrá derbi entre valencianistas y azulgrana y se espera que para esas fechas el juego haya mejorado. En teoría.
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