El parón del fútbol en Navidad se implantó durante los años ochenta
El parón del fútbol en Navidad se implantó durante los años ochenta. Se trataba de una reivindicación del sindicato de futbolistas que finalmente fue aceptada por la Liga de Fútbol Profesional. Con anterioridad, el calendario no se detenía y se celebraban los encuentros con absoluta normalidad. Incluso el Valencia solía organizar partidos amistosos en Mestalla con rivales extranjeros coincidiendo con las fechas navideñas. La costumbre se mantuvo hasta principio de los años setenta. El día de Reyes de 1971 se había programado un encuentro contra el Glasgow Rangers que, finalmente, fue suspendido por culpa de la tragedia sucedida en Ibrox Park debido a una tremenda avalancha durante el clásico «Old Firm» contra el Celtic que costó la vida de 66 personas, muchas de ellas niños. Por esa razón, los jugadores valencianistas lucieron brazaletes negros en el choque jugado contra el Real Madrid el 3 de enero. Un gol de Forment dio la victoria a los de Mestalla que se pusieron líderes por vez primera en un ejercicio que acabaron conquistando.
En épocas pasadas, la Liga sólo se paraba en Navidad si el 24 ó 25 de diciembre caía en domingo. En ese caso, se respetaba la festividad y se paralizaba la competición, pero esa excepción no se contemplaba para el segundo día de Navidad. El último precedente en Valencia de un choque disputado en Mestalla el 26 de diciembre se remonta a la campaña 65-66 cuando el Valencia perdió por 1-2 con el Elche. Mejor resultado se produjo en el choque disputado con el Hércules tal día como hoy, 27 de diciembre, en la liga 81-82, cuando los locales se impusieron por 2-0 con goles de Solsona de penalti y de Robert Fernández. Desde entonces, no se ha vuelto a jugar en fechas tan próximas al día de Navidad. Esto significaba que los equipos mantenían la rutina de sus entrenamientos y que los jugadores y los entrenadores no podían desplazarse a sus lugares de origen a pasar las fiestas con sus familias, tal y como sucede en la actualidad.
También era habitual jugar el día de Nochevieja o el de Año Nuevo. El Valencia abrió un año jugando en Mestalla por última vez en la campaña 88-89, la primera de Víctor Espárrago en el banquillo. Aquel 1 de enero, un gol en los instantes finales valió el triunfo ante la poderosa Real Sociedad que dirigía John Benjamin Toshack. El único tanto de la tarde fue obra de Eloy Olaya. Curiosamente, once años antes, se repitió el mismo duelo el primer día de 1978, pero esta vez, con un marcador opuesto: los donostiarras ganaron por 0-1. Aquella derrota rompió una racha de victorias locales consecutivas que todavía se mantiene hoy en día. Los valencianistas vencieron en los primeros siete partidos disputados en casa. Pero sin duda, el mejor inicio de año se produjo en 1967 cuando el Barça cayó por 3-0. Aquel triunfo fue muy celebrado tanto por la entidad del rival que llevaba tres ejercicios consecutivos ganando en Mestalla como por el juego arrollador desplegado por el equipo que dirigía Mundo. Todos los goles llegaron en la segunda parte y fueron conseguidos por Poli, Ansola y Waldo. La grada vivió un inicio de año apoteósico. Ese ejercicio 66-67 culminó con la conquista de la Copa ante el Athletic de Bilbao. En aquellos años se daba una circunstancia muy peculiar: los socios y abonados del Valencia renovaban sus pases en Navidad con el tránsito de un año a otro y no al final de la temporada deportiva, como está regulado en el presente, así que pudieron disfrutar de un estreno inmejorable.
En otras ocasiones, al Valencia le tocó jugar lejos de Mestalla el 31 de diciembre y comerse las uvas fuera de casa. La última vez que compitió en la Liga el día de Nochevieja fue en la temporada 72-73. Los valencianistas visitaron El Molinón y empataron a uno con el Sporting gracias al gol marcado por Lico. Con anterioridad, Quini había adelantado a los gijoneses. En la campaña 78-79, el Valencia debía jugar en Mestalla con el Sevilla el 31 de diciembre, pero la directiva que presidía Ramos Costa decidió que se adelantara en al sábado a las 22:30 horas, sin duda, un horario sorprendente pero tradicional en Mestalla. El encuentro se convirtió en una auténtica fiesta goleadora: triunfo local por 5-2, tantos firmados a pares por Rainer Bonhof y Mario Kempes, y otro de Daniel Solsona. En la recta final fue expulsado el internacional argentino Bertoni que se alineaba con los sevillistas y que había compartido con Kempes la conquista del Mundial celebrado en su país ese mismo año.
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