El campo de Mestalla pasa desde hoy por su particular quirófano y siempre quedará la duda de si esta operación, que ya estaba prevista aprovechando el parón de la Liga por los compromisos de selecciones, se ha acelerado debido a las tres lesiones de rodilla producidas en el plazo de diez días (Sergio Canales, Carlos Gurpegi y Ever Banega) con el denominador común de que ninguna de ellas se produjo por entrada de un rival, sino a raíz de malos apoyos o malos giros de los futbolistas, en un partido con un césped blando tras las recientes lluvias.
El propio martes se produjo a pie de campo una conversación entre Llorente, Braulio y Jordi Candel donde uno de los temas fue, precisamente, el mal estado del campo. Hoy comenzará a levantarse ese tapiz venido a menos y se insertará los primeros tepes. La resiembra se acometerá por fases y afectará a toda la superficie. Recordemos que no es la primera vez que el estado del césped da dolores de cabeza al club que preside Manuel Llorente. La última resiembra se produjo en septiembre de 2009 con rollos de treinta metros que cubrieron los 9.000 metros cuadrados de terreno de juego y que se asentó en unas tres semanas aprovechando la ausencia de partidos del equipo como local (los últimos problemas aparecieron el pasado diciembre y se solucionaron con grandes paneles de calor y hasta con halcones peruanos que ahuyentaron a los pájaros que se comían las semillas).
El Valencia dispone de dos semanas para realizar la nueva siembra, ya que el próximo partido programado en Mestalla será el sábado 19 de noviembre frente al Real Madrid a las 22 horas y que, cuatro días después, se disputará el decisivo encuentro frente al Genk. Ese día el césped no puede ser un enemigo.
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