Comparece sin corbata y con una sonrisa de oreja a oreja. Magnífica señal. Desprovisto del estrés, Manuel Llorente es carne de tertulia y en este Valencia hay mucha tela que cortar. Como lo sabe, no tarda en protegerse. «Ni puedo ni debo hablar de temas económicos», arroja como jarro de agua fría. Durante la entrevista en la redacción de LAS PROVINCIAS no mirará una sola vez el reloj, se mostrará cercano e incluso liberará algún chascarrillo. Pero cumplirá a rajatabla la advertencia. Su boca está lacrada para toda pregunta que incluya los términos 'parcelas', 'estadio' o 'Bankia'. Despejará como buen zaguero cualquier aproximación a su territorio y al final se hablará básicamente de fútbol. Ya habrá tiempo para los ladrillos.
-¿Qué le preocupa más en estos momentos, la comparecencia ante los accionistas o la visita del Real Madrid?
-Las dos cosas importan mucho. Los accionistas son los propietarios del club y la asamblea, el acto societario más importante. Pero el partido tiene miga. No pasa nada, primero una cosa y luego la otra.
-Pues comencemos por lo fácil. Imagínese en plena caravana electoral. ¿Cómo pediría el voto valencianista?
-Después de dos años no hablamos de promesas, sino de hechos. Hemos resuelto parte del problema económico del club, pero sobre todo nuestro gran logro ha sido equilibrar la cuenta de resultados, algo imprescindible para que una sociedad exista. Y todo eso con el equipo dos años seguidos en la Champions como tercer clasificado. Se han ido jugadores importantes pero han venido otros que también lo son y que irán a más con el tiempo.
-¿Guarda alguna sorpresa para la junta?
-No, no hay nada previsto.
-El Valencia tiene 180 millones de deuda menos que hace dos años, pero de momento no ha habido otra vía de ingresos que una ampliación de capital y la venta de activos deportivos. ¿Ha llegado la hora de las parcelas?
-Hemos ingresado 150 millones por grandes jugadores, cierto, pero además se mantiene el nivel deportivo. Creo que es muy importante saber vender. Como luego comprar. Ambas cosas se han hecho bien.
-Se me quiere escapar. Le decía que ya tocan las parcelas...
-Llevamos dos años trabajando en ello, porque es crucial para el club dar salida al problema del campo nuevo. No me cabe duda de que conseguiremos solucionarlo. Al menos tengo la esperanza.
-¿Cuánto dinero aspira a obtener por la venta conjunta de las parcelas y la torre de oficinas?
-Uf, trabajamos en un tema global.
-Pero hábleme de mínimos. Hace dos años habría aprobado la operación por unos 320 millones. ¿Y ahora se conforma con...?
-No es cuestión de estimaciones. Dejémoslo en que ahora mismo no hay comprador para las parcelas.
-Ya veía venir yo que por aquí no iba a tener un pase.
-Hemos de trabajar dentro de la realidad, y la realidad es que cuando tengamos las cosas concretas entonces lo diremos. No vamos a contar el cuento de la lechera.
-No me dé nombres, pero al menos dígame si conoce la identidad de los inversores que intenta reclutar Bankia.
-Insisto. El mundo financiero valora mucho la prudencia, la seguridad y la credibilidad de nuestra gestión. Por eso no debo hablar.
-Usted comunicó a las peñas que de un momento a otro comenzarán las obras de Mestalla. Defíname 'de un momento a otro'.
-Evidentemente siempre tenemos que pensar en que en algún momento empezarán las obras. ¿Cuándo? Esto es muy cambiante.
-Pero se siente hoy más optimista que hace un año.
-Soy más optimista respecto a nuestra gestión, porque hemos hecho lo imposible para dar fortaleza económica al club. Y el único camino era vender jugadores.
-¿Qué tendrá y qué no tendrá el nuevo estadio respecto al proyecto inicial?
-Nuestro deseo es respetar el diseño que todos hemos visto, incluyendo la cubierta. Otra cosa es cuánta cubierta habrá, pero incluida está. Aunque digo lo mismo. Una cosa son los deseos y otra la realidad.
-Supongo que si le pregunto por la presión del alcalde de Ribarroja o la recalificación de Paterna seguirá lanzando balones fuera.
-No hay nada decidido.
-A usted nunca le han gustado los focos. Cuando todo esto pase, ¿habrá llegado la hora de ceder el testigo como presidente?
-Es algo en lo que no he pensado, pero lo que sí le digo es que esto no me lo han dejado los Reyes.
-Teniendo en cuenta los desequilibrios económicos, es letal que un club como el Valencia esté sin patrocinador en la camiseta. ¿Sacó algo en claro del reciente encuentro de negocios con los chinos?
-Todos miramos hacia aquel país, y no olvidemos que el Valencia fue el primer club que apostó por viajar a China, en 2002. Somos muy conocidos en todo el mundo, tanto como el Inter o la Juventus en Italia.
-Ya, pero ¿hay algún avance?
-Tenemos gestiones abiertas, si bien no nos podemos permitir las prisas, malvender la camiseta.
-¿Le inquieta el acercamiento de Nou Valencia a Soler y su obsesión por introducir un representante en el consejo de administración?
-A mí Nou Valencia no me inquieta nada. Lo que me inquieta es que podamos seguir gestionando el club como hasta ahora, pagando las nóminas, fichando jugadores importantes, manteniendo el estímulo necesario para dar otra vez el nivel del año pasado; quedar al menos terceros como objetivo asumible y seguir en la Champions. Eso es lo que me inquieta. Aquí no pensamos ni en Nou Valencia ni en Vell Valencia ni en Guapo Valencia. El Valencia guapo lo estamos haciendo nosotros.
-Una última cuestión y cerramos el debate social. ¿Cuándo sacará a la venta la Fundación una nueva partida de acciones?
-Eso hay que preguntárselo a la Fundación. Nosotros somos el Valencia CF.
-Está bien, me rindo. Hablemos de fútbol. Quiero expresarle mi solidaridad. No entiendo los palos que recibió por decir que el Valencia debe aspirar a un título.
-Yo tampoco lo entendí. Por eso ahora digo que el objetivo es mantenernos en Primera División.
-¿Como Mourinho?
-En efecto, para que no me acusen de meter presión. Yo solamente he pedido que cada año subamos un peldaño respecto al anterior. Por eso dije lo de que ser tercero es necesario pero no suficiente. Porque esta temporada nos gustaría alcanzar al menos los cuartos de la Champions y las semifinales de la Copa. En definitiva, seguir creciendo.
-El argumento es sólido. Lo que ocurre es que, si se pone la mano en el corazón, reconocerá que en estos dos años y medio más de una vez ha sido injusto con Emery.
-(Toma la pregunta al pie de la letra y posa la palma de la mano izquierda sobre su pecho) Yo creo que a lo mejor todo eso ha sido positivo, porque está funcionando. En mi relación con el entrenador siempre ha primado el deseo de mejorar. En el ámbito personal yo tengo un buen rollo con Emery, pero en el profesional creo que presionarlo a lo mejor ha tenido que ver para que estemos ahí arriba. Igual que yo aprendo de Unai, también él aprende de mí.
-¿Está ya preparado para el debate de la renovación?
-No seáis tan pesados. Es muy pronto para hablar de eso ya.
-Permítame una maldad. Viendo cómo están Valencia y Getafe, supongo que se alegrará de haber continuado con Unai Emery en lugar de fichar a Luis García.
-Yo me alegro de como está el Valencia. En este club las decisiones las pensamos mucho, las consensuamos, les damos vueltas. No sale uno por la mañana y decide una cosa. Tengo un gran entrenador, una gran plantilla, hay unos grandes ejecutivos y todos influyen en la marcha del Valencia.
-Cuando habla de los beneficios de someter a presión a Emery, ¿también incluye la hostilidad de la grada hacia él?
-La afición es muy respetable y lo que haga hemos de asumirlo. Sólo pido un poco de tranquilidad y apoyo al equipo, porque esa exigencia en el campo cuando las cosas no salen bien hace que los jugadores se puedan poner nerviosos. Pero, insisto, respeto a los aficionados. Todos trabajamos para ellos.
-Ya que hablamos de la grada. ¿Por qué no va la gente a Mestalla?
-La gente va al campo igual que siempre, y vendemos más localidades que antes. Por estadística somos el club en el que menos ha descendido la asistencia de público. Lo que pasa es que ha habido días puntuales climatológicamente malos en los que costaba ir a Mestalla, a mí el primero.
-¿Entrarán el año próximo los partidos de Champions en el abono?
-Estudiamos fórmulas dirigidas a que el socio encuentre más comodidad, que no esté obligado a sacar otras entradas al margen, a pasar por taquilla... Pero que conste que a los partidos de Champions va la misma gente que en otras épocas.
-¿Seguirá Jordi Alba en Valencia?
-Eso quiero, pero no le haremos ninguna oferta que esté fuera de nuestras posibilidades económicas.
-¿Tendrá, como Mata, una doble cláusula de rescisión en función de quién venga a por él?
-No lo sé. Si se hace la renovación, habrá que ver las condiciones. Pero le digo una cosa: Jordi Alba tiene aún año y medio de contrato, un buen sueldo y forma parte de sus obligaciones progresar y jugar tan bien como lo hace. Aclarado esto, es un chaval maravilloso, al que queremos mucho. Ojalá siga aquí.
-Visto lo visto, y dado el socavón económico, ¿pudo el club ahorrarse el fichaje de Parejo?
-Dani es un jugador muy bueno y no me arrepiento de haberlo traído. Si el Valencia quiere estar arriba necesita una plantilla competitiva, que dé soluciones al técnico cuando llegan las lesiones. Es un jugador joven y debe ser paciente, saber que Emery toma la decisión oportuna para cada partido.
-¿Tiene alguna opción de irse en el mercado de invierno?
-Ninguna. Necesitamos futbolistas como Parejo.
-¿Qué nota merece Braulio tras dos años de gestión?
-Por su trabajo, un sobresaliente. Estoy muy contento con él.
-¿Podemos referirnos ya a él como director deportivo?
-Lo de menos es la tarjeta.
-Si le pide un fichaje de invierno, ¿hay dinero para ello?
-Tenemos una plantilla muy completa y, salvo un grave imponderable, no llegarán refuerzos.
-De momento para el año próximo ya está Guardado en el bote.
-No sé nada de Guardado.
-¿Le duele que Soldado no vaya a la selección?
-Me gustaría que fuera, podría hacerlo perfectamente, pero hay que respetar al seleccionador.
-En pretemporada advirtió a la plantilla de que este año no tolerará escándalos extradeportivos. ¿Esperaba que Banega y Miguel lo entendieran tan bien?
-Siempre he dicho que Miguel es un gran tipo y lo de Banega son cosas de la juventud. Porque sean grandes futbolistas no dejan de tener la edad que tienen.
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