Carlos Bosch.
El jueves, ante el Levante, es el momento idóneo para calibrar la reacción del equipo tras el fiasco ante la Real Sociedad. Se la deben a los aficionados.
Según lo veo yo, y en esto del fútbol cada uno lo puede ver de una manera, la gran diferencia entre el Valencia y los equipos con los que lucha por estar la temporada que viene en la Liga de Campeones está en el banquillo. Aduriz, Parejo, Piatti, Topal o incluso Pablo —por no decir Feghouli, que para el caso es lo mismo— son, sobre el papel, mejores futbolistas que los suplentes del Sevilla, Atlético de Madrid, Málaga o Athletic de Bilbao. Son, sin ir más lejos, futbolistas que tienen que ganarle a la Real Sociedad, sobre todo si la Real hace lo que hizo el pasado sábado en Mestalla; estar ordenadito atrás y tratar de aprovechar las pocas veces que asome al área contraria —dicho por el realista Estrada después del partido—. Tratando de ser menos dogmático diré que son futbolistas de los que esperamos den la talla ante un rival menor, luego, ganar o perder, en esto del fútbol puede ser hasta relativo. Lo escrito anteriormente nos lleva a pensar, de una manera directa y por pura lógica, que estamos ante futbolistas que no tienen nivel para jugar en el Valencia, pero la respuesta es tan evidente que también por pura lógica hemos de buscar algo más. Así que pensando y pensando me doy de bruces con una serie de reflexiones que todas juntas se pueden tomar como una realidad ´cuasicientífica´ y matemática, de esas que no se pueden refutar. Por ejemplo, es una realidad que Topal está a años luz del rendimiento que dio la temporada pasada en la segunda vuelta. Es tan real como decir que llevamos esperando a que Pablo tire ´p´alante´ y no hay manera. Tampoco hay manera de que se arranque Piatti, pero me niego a pensar que es tan mal jugador como parece y casi estoy por decir lo mismo de Parejo a pesar de la tremenda bronca que se llevó de Mestalla el pasado sábado. Ahora, de repente, se nos caen los dos centrales al tiempo que Jordi Alba vuelve a jugar de interior una vez había asumido su rol de lateral. Sé perfectamente que Bruno Saltor no es Daniel Alves, pero chico... El Tino no la huele después de marcar cuatro goles en poco más de cinco partidos y Banega vuelve de la lesión y lo juega todo... ¿No es mucha casualidad que todos se hayan puesto de acuerdo? A Unai no le voy a negar lo que hace bien porque hace muchas cosas bien, pero entre otras, un entrenador debe sacar el máximo rendimiento a los futbolistas que tiene, a los titulares y a los suplentes. Y no parece el caso. Dicho esto, en una cosa tiene razón Emery, al equipo le faltó nervio. Y eso, no necesariamente tiene que ser únicamente culpa suya, algo debe caer en el debe de los que se vistieron de corto. Veremos el jueves...
http://www.superdeporte.es/carlos-bosch/2012/01/18/realidades-cuasicientificas-valencia-emery/150725.html
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