La Fundación del Valencia, tal y como está estructurada hoy en día, tiene los días contados. En el momento que Lim oficialice la compra de acciones, la Fundación emprenderá una nueva fase. La vuelta a sus orígenes se podría decir. Teóricamente sin títulos -aunque algunos hablan de que Lim ceda o la compra de un número simbólico-, este organismo sufrirá una profunda reconversión interior. Es esa la intención que se ha planteado ya en diversos momentos.
De hecho, la Fundación ya se ha puesto manos a la obra para ver de qué forme se reestructuran los estatutos. Sin ir más lejos, actualmente el presidente del club, ya sea Amadeo Salvo o quien sea, no puede por estatutos ser presidente de la Fundación. Esa circunstancia, por ejemplo, no ocurre en organismos similares, véase Barça y Real Madrid (el Levante no), donde el presidente de la entidad es al mismo tiempo la máxima representación de la Fundación. Por supuesto, se espera la dimisión de Aurelio Martínez como presidente, una marcha que él mismo siempre ha situado como prioritaria una vez se resolviera la venta. Si decidiera apartarse del todo, con él se marcharían más patronos.
Aurelio Martínez, así lo creen en el Patronato, podría desempeñar un cargo dentro de la Fundación pero ya más apartado de la primera línea de fuego. Aún así, hay patronos que han hablado con él para tratar de convencerle de que se mantenga en el cargo, pero la corriente general es que la Fundación tiene que cambiar de arriba a abajo. Salvo, como presidente del Valencia, cogería la representación del organismo.
Una vez se rubrique la compra-enta, la Fundación y el club anularán el acuerdo de promoción de jugadores de la cantera al primer equipo, por el cual el Valencia inyectaba dinero al Patronato para los intereses. Ya no tiene sentido.
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