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lunes, 2 de marzo de 2015

La cafetera Nespresso de Peter Lim




Peter Lim en Mestalla | Getty Images

Es difícil entrar en una universidad u oficina y no encontrar una máquina de café, más cuando es la segunda bebida más consumida en el mundo tras el agua. El café ha sido siempre un elemento socializador habitual en los desayunos y en las sobremesas de los españoles. Sabes por adelantado que el café de esas máquinas no es demasiado bueno, pero hay oficinistas o estudiantes que necesitan el café de las mañanas para activar su metabolismo. Valencia, al fin y al cabo, es una ciudad que en ese sentido no dista mucho de las demás. Y lo mismo que con el café, sucede con el Valencia CF. Cualquier valencianista que se precie de serlo sabe cómo de mal funcionaban las cosas en el club. Los pretéritos tiempos del doblete parecían quedar muy lejanos y los aficionados blanquinegros echaban de menos algún héroe con el que poder identificarse. La carencia de amor propio y sacrificio por el escudo que portan en sus casacas devoraba, inexorablemente, la ilusión del respetable. No obstante, los valencianistas, igual que los adictos a la cafeína, continuaban rascándose el bolsillo para comprar una entrada y asistir a Mestalla. Sin ir más lejos, el año pasado el equipo caminaba desnortado y con una caja fuerte llena de telarañas. El pueblo ché sabía que el equipo no jugaba a nada; aun así, algunos no pueden dejar de tomar café y otros no pueden dejar de ir a ver a su equipo aunque sepan que va a dejar una imagen mustia y bochornosa. Una pasión es una pasión, ni que decir tiene.



Es por ello que en las oficinas de Mestalla, en aras de poner punto y final a la decadencia y mediocridad de cursos anteriores, decidieron buscar soluciones al problema y, aunque al principio todo eran más dudas que certezas, el conjunto blanquinegro decidió comprar una nueva máquina de café. Hubo varias ofertas interesantes, pero finalmente, Amadeo Salvo y su séquito decidieron decantarse por la Nespresso de Peter Lim. Una nueva máquina que selecciona los mejores granos de las mejores cosechas del mundo, los conocidos cafés gourmet, que ofrecen los aromas y sabores más sofisticados. Los nuevos cafés del Valencia se reconocen por la espuma de color avellana y la combinación perfecta entre temperatura, calidad y frescura. Aunque las cosas comenzaron a torcerse y hubo problemas en el envío. Ciertos colectivos se negaban al cambio; otros, preferían una máquina distinta a la que ofrecía el magnate singapurense. Finalmente, y con el beneplácito de la gran mayoría de valencianistas, llegó la Nespresso de Lim a las oficinas de Mestalla. Incluso la cafetera ahora presenta un aspecto mucho más saludable, transmite vitalidad y los valencianistas vuelven a presumir de estadio. Mestalla, con cambio de vestido en forma de una mano de pintura mediante, ha dejado de ser lo más parecido que había al bunker en el que Adolf Hitler pasó sus últimos días cuando Berlín era el frente. El valencia vuelve a vestir con terno de Armani y ha dejado de parecer el camotillo de Tulio Loza.



Con Peter Lim y su máquina de café, llegó Nuno Espirito Santo, su George Clooney particular, para romper con la línea deportiva de temporadas anteriores, esa mediante la cual el técnico elegido era un ex jugador (Pellegrino y Djukic) con elevada dosis de tribunerismo. Aunque más que a George Clooney, el preparador santotomense tiene un cierto parecido a Laurence Fishburne, el actor que interpreta a Morfeo en Matrix. El ex preparador de Rio Ave es el encargado de seleccionar las cápsulas de café. Cada partido es diferente y en función de las necesidades del equipo, Nuno prepara un café u otro. Por eso ahora vemos un Valencia práctico o estético, ordenado o aventurero, pragmático o idealista. Es cierto que las cápsulas de café ahora son más caras, pero la calidad se paga y si ahora el Valencia se gasta 30 millones en Negredo o Enzo es por una sencilla razón: porque puede. Ahora Nuno maneja diferentes opciones de garantías para cada demarcación; un día juega con Alcácer y otro con Rodrigo Moreno, lo mismo sucede con el café de la Nespresso, que un día te tomas un Ristretto y otro día un Arpeggio. Se acabó la época de vacas flacas y los aficionados del Valencia  han dejado de tomar el café amargo y aguado que producía la vetusta máquina.




Tras Nuno llegaron André, un café de personalidad potente, con toques de cacao amargo y cereales torrados que se expresa en una textura sedosa. Sobre el campo, crea una sensación sutil que se revela con un torrado ligero; Enzo Pérez, una perfecta mezcla procedente de América del Sur, con gran cuerpo, una intensidad excepcional y un toque robusto para añadir la energía; Rodrigo Moreno, un grano procedente de Rio de Janeiro, con un perfecto equilibrio entre velocidad, profundidad y regate. Por último, y sobre la bocina, llegó Álvaro Negredo, que representa la cantidad exacta de azúcar que necesita todo buen café. Y si a ese café le sumamos el buen estado de forma de jugadores como Piatti, Gayà o Fuego, el resultado es mirífico.
El equipo ha recuperado los registros del doblete y aunque todo hace indicar que es imposible pelear a corto plazo por un título como la Liga, el Valencia ya no se conforma con las migajas que caen de la mesa de los dos grandes. La nueva máquina de café funciona a la perfección, le pese a quien le pese, y el Valencia ya suma 53 puntos tras 25 jornadas. El mejor Valencia de la historia a estas alturas desde que se instauraron las ligas de tres puntos por victoria. Con Peter Lim el combinado del Turia vive el sueño americano, y para lo que el dinero no puede comprar: la pasión de la grada. Ya lo dijo Amadeo Salvo: “Es muy difícil vencer a alguien que nunca se rinde”.

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