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domingo, 25 de marzo de 2012

El valencia se va a pique y sin frenos


El Valencia está hundido. Es un equipo sin alma, sin ambición, débil de mente y está inmerso en un camino muy peligroso. No sólo ya la tercera plaza peligra de verdad, sino que incluso la cuarta. Una victoria del Levante y el Málaga dejaría a los de Emery en el alambre. Indolencia y apatía de un conjunto que vuelve a decepcionar.
Los blanquinegros se vinieron abajo en sólo 20 minutos con una defensa de papel y regalaron tres puntos de oro al Getafe por su falta de intensidad. Una vez más al Valencia le remontan un marcador a favor sin que se note una mínima capacidad de reacción, una muestra más de la debilidad del equipo. Imagen muy triste de un conjunto que en esta segunda parte ha dilapidado su ventaja en la zona Champions y que afronta la recta final de la temporada en su peor momento y con la responsabilidad de sacar adelante el objetivo.
En el comienzo del partido nada hacía presagiar el batacazo del Valencia, y menos tra el gol de Soldado, que marcó en el primer balón que tocó. Aunque el Getafe empezó pisando el área, una buena jugada de Jonas entre líneas acabó en asistencia al valenciano, que sin pensarlo envió un fuerte disparo a la escuadra para adelantar a los blanquinegros.
Pero cuando el encuentro parecía encarrilado, llegó la empanada defensiva. 19 minutos de desastre en la zaga valieron para que el Getafe remontara y dejara tocados a los valencianistas. Primero Pedro Ríos, tras una jugada de Diego Castro, que envió un balón a la carrera de Gavilán, y el centro medido de éste lo convirtió el interior derecho en el empate.
Jarro de agua fría y nervios en el área de Guaita. Tanto que, con los mismos protagonistas pero cambiados en sus funciones, a centro de Pedro Ríos y remate de Gavilán, Miku metió la cabeza para remontar el partido y dejar tocados a los de Emery.
Aunque aún faltaba el golpe más duro, el gol en propia puerta que abría una importante diferencia en el resultado. De nuevo Gavilán sirvió una pelota lateral, rebotó en Bruno, que estaba en el área pequeña, e hizo una vaselina sobre Guaita para anotar el tercero. Momento muy duro para el Valencia.
Quizá todo hubiera cambiado si Soldado hubiera marcado una ocasión casi idéntica a la del gol cuando iban empate a uno. Jonas copió prácticamente su gran asistencia anterior y el valenciano se libró del defensor con un bonito sombrero, pero cuando intentaba batir a Moyá el portero se adelantó para despejar. Si el valenciano hubiera marcado el 1-2 las cosas habrían sido diferentes.
El Valencia no despertó después de los tres goles, seguía en estado de shock. Ganó algo de profundidad con Jordi Alba por la izquierda, pero nunca tuvo presencia en el área. Tras los goles, las ocasiones blanquinegras desaparecieron.
El equipo blanquinegro ha caído en la indolencia, en la apatía y en la falta de ambición, y así no hay manera. Consiguió que el Getafe se sintiera cómodo, porque apenas le apretaban, no creaban problemas, y eso hacía vivir tranquilos a los de Luis García, que acarician la permanencia y no pierden la estela de la Europa League.
Dolorosa derrota de un Valencia que se complica innecesariamente la vida y que la semana que viene en el derbi puede ver cómo el Levante le supera en la clasificación. Emery está en el momento más delicado de su etapa en el club y ahora mismo nadie garantiza incluso que acabe la temporada.

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