A Emery le viene al pelo el traje de superviviente. Él mismo ha reconocido que es un adjetivo idóneo para definirle. De jugador fue «cagón», según sus propias palabras, pero supo reinventarse para jugar más de 200 partidos en Segunda División. Ya como jefe en los banquillos, principalmente en el Valencia, ha ido quemando vidas en semanas negras que lo colocaron en la cuerda floja, pero siempre se salvó. De entre todas esas situaciones angustiosas, ninguna fue tan grave como la que padece desde hace quince días, con el vestuario hundido psicológicamente y la tercera plaza liguera al alcance de perseguidores que hasta hace nada miraban al Valencia desde una distancia sideral.
Ser un optimista impenitente le ayudó a sobrellevar las críticas y ahora confía ciegamente en que vuelva a suceder. El entusiasmo del vasco sorprende incluso a Manuel Llorente, que ayer cerró filas en torno a su entrenador después de la humillación ante el Getafe. Los pañuelos han acompañado al presidente en los últimos cuatro partidos en Mestalla, incluida la dolorosa derrota ante el colista. Un peaje que ha hecho tambalear los cimientos deportivos del Valencia, principal motor para entender que Unai esté más cerca que nunca de abandonar el club este verano.
El ingrato recuerdo de Llorente del postpartido ante el Zaragoza, soportando estoico los pañuelos que se dirigían hacia el palco, tuvo su continuación a la llegada a Getafe. En el Coliseum, antes del encuentro, Llorente pudo comprobar in situ la indignación de los aficionados con Emery. El vasco pidió en una rueda de prensa desbordante que el público de Mestalla sumara más en favor de los jugadores. Una salida de tono que el sábado, en la rueda de prensa posterior al duelo ante el Getafe, se encargó de matizar asegurando que no buscaba provocar a la afición, sino hacer un llamamiento para aunar esfuerzos y cumplir con los objetivos.
Y aunque la procesión va por dentro y los ánimos están calientes -son ya cuatro gabinetes de crisis consecutivos tras los encuentros- la plana mayor del Valencia está por la labor de dejar hacer a Emery porque no sólo se juega el pan de la presente temporada. Alcanzar la tercera posición y acceder a la Champions es vital para la economía blanquinegra. Y Llorente, a pesar de que acabó decepcionado en Getafe por la actitud defensiva del equipo, apuesta por la tranquilidad ahora que el Málaga ha cazado al Valencia en la tabla.
El presidente está convencido de que Mestalla es la llave para salvar el año y tomar posición para el siguiente. Son siete partidos en casa, siete finales en un calendario de infarto, ya que el Valencia jugará seis partidos en los próximos veinte días. El convencimiento de los altos cargos blanquinegros es que si Mestalla se transforma en un fortín, el equipo acabará tercero y llegará a la final de la Europa League.
«El valencianismo unido es muy grande. Vamos a salir de ésta», explicó Soldado, uno de los futbolistas más afectados tras caer en Getafe. El valenciano fue de los pocos que se salvaron en el Coliseum. Carcedo, segundo de Unai, estaba expulsado viendo el partido en la grada. Y no podía reprimirse ante los errores en el pase de Rami o la falta de empuje de Piatti. Braulio Vázquez y Damià Vidagany se miraban contrariados en el palco; Llorente resoplaba una vez más. Son conscientes de que el Valencia ha tocado fondo, pero confían en una enésima resurrección.
Más allá de los números, preocupan las sensaciones del Valencia, que no encadena dos victorias seguidas.
La planificación de la plantilla, que ha ido rejuveneciéndose paulatinamente en los últimos años y abaratándose su coste,es otra de las causas potenciales de esta crisis. El equipo rebosa jugadores con proyección y futuro, como es el caso de Rami o Jordi Alba por citar algunos, pero carece de veterania necesaria para gestionar el vestuario y el terreno de juego. y no venirse abajo en momentos puntuales como los de ahora.
De echo la no continuidad del palmero com diu el meu germa,hace prever una descomposición del equipo en verano una vez mas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario