GAYÀ ES LA EXCEPCIÓN QUE CONFIRMA LA REGLA
Andres Pérez es un valencianista de esos que toda la vida han recorrido los 60 kilómetros que separan su querida Antella del Cap i Casal para acudir a Mestalla. Ahora mismo, Andrés está postrado en una cama recuperándose de un aparatoso accidente que le ha dejado varias costillas perforándole el pulmón; una pierna rota, un brazo dislocado, diversas heridas en la cara y en la barriga. Andrés está estable, pero su con respiración asistida y su recuperación será larga y costosa. Imagínense si va para largo que, de momento, su única reacción esta semana se produjo cuando le comunicaron que el Valencia jugaba al mediodía en Getafe.
Un leve movimiento de pies fue su única respuesta. Apenas un flojo zarandeo para emoción de su mujer Ana y de sus hijos Héctor y Borja; "Pero al menos reaccionó", como dicen sus buenos amigos los quintos de Antella.
El caso es que Andrés, que tiene treinta y muchos, seguro que idolatraba a Kempes. De hecho, todos los de su generación crecimos soñando ser como él; con un escudo del Valencia bordado por nuestras madres en una camiseta blanca; inventando slaloms imposibles y haciendo partiditos en la calle. Ya de mayores todos alucinamos cuando Kempes reapareció en la candidatura de Paco Roig y, finalmente, aplaudimos que el Valencia con Amadeo Salvo lo recuperara como embajador del club. Creo que Andrés no escuchó a Kempes esta semana diciendo que "Gayà se iba a ir al Madrid", pero seguro que si lo hizo, se le habría caído el alma a los pies. A mí me pasó. Estaba escuchando a Javi Lázaro entrevistándolo en Radio Marca y no dábamos crédito ni él, ni yo.
Con el paso de las horas intenté justificarlo. Soy consciente, a mí me pasa, que con la edad extremamos más nuestros rasgos de carácter. Por ejemplo, mi padre cada vez es más generoso; a mi madre cada vez le gusta más cuidar de sus hijos y su nieto; y Kempes cada vez es más ingenuo y más metepatas. Porque no es más. Quién conozca a Mario, sabe que si algo ama más que a su propia vida es el Valencia. Y sólo por eso, se le perdonan deslices más propios de la edad, del desfase horario y, ¿por qué no?, del desconocimiento.
Veteranos a escena
La semana desde luego iba de veteranos y, un servidor, que ha sido educado en el respeto hacia los mayores, cuando éstos hablan, cuando éstos juegan, calla. Así, un partido raro como el del Getafe, que dejó al descubierto la inexperiencia de Nuno con los cambios y el planteamiento, no se resolvió hasta que el 'abuelo' Negredo se inventó un penalti. Lo escribía Manu Gimeno y razón no le falta. Cuando el veterano aparece, el Valencia es otra cosa. 3 goles son pocos, pero han supuesto 7 puntos.
No hay duda de que con la edad ganamos experiencia y sabiduría. Y, aunque de eso Quique Sánchez Flores va sobrado, siempre es reconfortante escuchar sus reflexiones futbolísticas y más cuando, siendo el técnico rival, asegura que el Valencia estará en Champions el año que viene. Quique sabe de lo que habla, tiene el culo pelado, conoce bien la Liga y el club; así que a mi su opinión me basta y estoy seguro que a Andrés también, que aunque se va a pasar una temporadita sin poder ver a su Valencia en directo, cuando vuelva a estar operativo, seguro que está loco por bajar miércoles y domingo para disfrutar de la Liga y de la Champions.
Por cierto, antes de ir a contarle a Andrés que su Valencia es el mejor local de la competición, como la experiencia es un grado y el que firma ya ha visto muchas de éstas batallas, antes de acabar me mojo: Gayà va a renovar. Por cierto, el de Pedreguer es la excepción que confirma la regla: A pesar de tener sólo 19 años demuestra tener las tablas de un experto. Feliz semana.
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