J. V. ALEIXANDRE
Otra deplorable maniobra defensiva del Valencia la cabra siempre tira al monte a la que le puso la guinda Guaita con un tímido rechace, facilitó el gol con el que Osasuna encaró un partido que, a la vista de su desarrollo, no mereció empatar. Tampoco el VCF acumuló muchos méritos para romper esa pobre igualada. El resultado final, ni libera de sus angustias al más apurado de los contendientes, ni le sirve al otro para redimir sus penas. Al contrario: los respectivos rivales de ambos, tanto por arriba es un decir en el caso del VCFcomo por abajo, deben estar frotándose las manos, ya que, de los tres puntos en juego, valencianistas y navarros sólo suman uno por barba, y dejan escapar dos cada uno, que se van al limbo, o sea a beneficio de inventario.
Al VCF, ese miserable punto sumado en Pamplona, le deja prácticamente sin opciones de acceder la próxima temporada a la competición continental por la vía directa. De manera que el equipo se ve obligado a ganar la Liga Europa como única opción para poder concursar en el concierto futbolístico internacional.
Un objetivo el de llegar a la final de Turín y ganarla que, si tomamos como referencia el partido de ayer, se antoja complicado. En El Sadar, Pizzi no se guardó nada y puso sobre el terreno de juego todo su arsenal. Sin embargo, ese amplio despliegue armamentístico dejó bastante que desear y no invita precisamente al optimismo. La vulgaridad fue ayer tarde la tónica del juego valencianista. Pese a controlar el partido, al equipo se le vio incapaz de desplegarse con claridad de ideas. Sus reiteradas acciones atacantes fueron de una vulgaridad desesperante: apertura a las bandas sobre los extremos, que se limitaban a largar centros hacia el lado opuesto, sin temple ni miramiento. Allá se las compongan, si es que hay alguien en esa zona. Y como posible alternativa, no se puso en práctica fútbol interior de combinaciones.
Así se explica que, ante un Osasuna muy flojo y poco reconocible que apenas dio una mala patada, el VCF fuera incapaz de resolver a su favor un partido que tuvo controlado. Pero le faltó juego y no le puso alma. De manera que se despide de la liga con más pena que gloria. El último, que no se olvide de apagar la luz. No vaya a ser que un mes de estos regrese Manolo Llorente y se ponga a pasar lista de los traidores a la causa y a pedir cuentas a los manirrotos. Pero antes de que eso ocurra, todavía ha de llover...
http://www.levante-emv.com/deportes/2014/04/20/apaga-vamonos-sea-vuelva-llorente/1102522.html
Otra deplorable maniobra defensiva del Valencia la cabra siempre tira al monte a la que le puso la guinda Guaita con un tímido rechace, facilitó el gol con el que Osasuna encaró un partido que, a la vista de su desarrollo, no mereció empatar. Tampoco el VCF acumuló muchos méritos para romper esa pobre igualada. El resultado final, ni libera de sus angustias al más apurado de los contendientes, ni le sirve al otro para redimir sus penas. Al contrario: los respectivos rivales de ambos, tanto por arriba es un decir en el caso del VCFcomo por abajo, deben estar frotándose las manos, ya que, de los tres puntos en juego, valencianistas y navarros sólo suman uno por barba, y dejan escapar dos cada uno, que se van al limbo, o sea a beneficio de inventario.
Al VCF, ese miserable punto sumado en Pamplona, le deja prácticamente sin opciones de acceder la próxima temporada a la competición continental por la vía directa. De manera que el equipo se ve obligado a ganar la Liga Europa como única opción para poder concursar en el concierto futbolístico internacional.
Un objetivo el de llegar a la final de Turín y ganarla que, si tomamos como referencia el partido de ayer, se antoja complicado. En El Sadar, Pizzi no se guardó nada y puso sobre el terreno de juego todo su arsenal. Sin embargo, ese amplio despliegue armamentístico dejó bastante que desear y no invita precisamente al optimismo. La vulgaridad fue ayer tarde la tónica del juego valencianista. Pese a controlar el partido, al equipo se le vio incapaz de desplegarse con claridad de ideas. Sus reiteradas acciones atacantes fueron de una vulgaridad desesperante: apertura a las bandas sobre los extremos, que se limitaban a largar centros hacia el lado opuesto, sin temple ni miramiento. Allá se las compongan, si es que hay alguien en esa zona. Y como posible alternativa, no se puso en práctica fútbol interior de combinaciones.
Así se explica que, ante un Osasuna muy flojo y poco reconocible que apenas dio una mala patada, el VCF fuera incapaz de resolver a su favor un partido que tuvo controlado. Pero le faltó juego y no le puso alma. De manera que se despide de la liga con más pena que gloria. El último, que no se olvide de apagar la luz. No vaya a ser que un mes de estos regrese Manolo Llorente y se ponga a pasar lista de los traidores a la causa y a pedir cuentas a los manirrotos. Pero antes de que eso ocurra, todavía ha de llover...
http://www.levante-emv.com/deportes/2014/04/20/apaga-vamonos-sea-vuelva-llorente/1102522.html
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