JORGE SEGURA. HOY Si tenemos en cuenta que la lógica impera, hay tres plazas que parecen aseguradas. Lo de Barcelona y Real Madrid ni se discute. Lo del Atlético de Madrid parece que tampoco, sea o no campeón de Liga y/o Liga de Campeones...
VALENCIA.
La venta del Valencia sufrió hace unos días un nuevo retraso al respecto de su desenlace final. Hasta el 17 de mayo (teóricamente) el patronato de la fundación valencianista no elegirá al comprador, lo cual deja la resolución definitiva de la transacción para mediados de junio o quizás más tarde, toda vez que se deberá convocar una Junta de accionistas y resolver todo el papeleo. La operación es tan compleja y va a marcar tanto el futuro del club que, por una parte, es comprensible huir de las prisas. Pero el problema es que a base de zancadillas interesadas de unos y otros, el proceso se ha dilatado tanto que está en riesgo la próxima temporada deportiva del equipo o incluso puede que perdida.
Y perder la campaña próxima es más que probable que irremediablemente condicione mucho la siguiente. Por mucho dinero que traiga el nuevo dueño de la mayoría accionarial, en el fútbol hay unos tiempos que manejan los jugadores gracias a sus representantes. Este año, esos tiempos vienen además condicionados por la disputa del Mundial de Brasil. La ecuación es sencilla: si esperas a comprar futbolistas que jueguen el torneo antes de que se celebre, en la mayoría de los casos te arriesgas a pagar mucho más caro. Por mal que le vaya a un jugador ahí, el simple escaparate ya incrementa su valor y la entrada en liza de clubes ingleses, alemanes o italianos, perjudicará cualquier puja del Valencia. El Mundial comienza el 12 de junio, seguramente entonces la entidad aun no tenga oficialmente nuevo dueño.
Más allá de Otamendi o de alguno de los jugadores que están cedidos o con contrato hasta final de temporada(Vargas, Keita...), si el Valencia quiere fichar antes no dispondrá de mucho dinero para hacerlo. Y, además, suena un tanto extraño planificar un equipo para una temporada, con el cuerpo técnico incluido, cuando cabe la posibilidad de que el propietario quiera cambiar hasta los pomos de las puertas. ¿Cuánto costaría en indemnizaciones deshacerse de esos fichajes? Aunque quizás ese sea el problema menos preocupante de todos.
El principal radica en armar una plantilla bajo un reclamo complicado. Ahí entra con trascendencia fundamental la resolución deportiva de la temporada. ¿Qué podrá ofrecerle deportivamente el club a los jugadores que quiera seducir? Para empezar las estrellitas de la Liga de Campeones no lucirán en el cielo valenciano. Lo que equivale a renunciar sistemáticamente a cualquiera de los grandes futbolistas que puedan estar en el mercado. Es más, si no hay dueño confirmado, la opción de convencer a través de chequera (como el Mónaco hizo con Falcao el verano pasado) tampoco estará disponible. Viendo el panorama el clavo ardiendo del Valencia está pues en Turín.
Como si de envolverse en la Sábana Santa se tratara, la presencia del equipo en la final de la Europa League sería dotarlo de un halo de luz que sirviera para atraer a esos jugadores reticentes. Más aún claro está si el Valencia fuera capaz de ganar la competición. De ahí que el partido de esta noche en el Sánchez Pizjuán no sólo tenga la trascendencia de la posibilidad de luchar por un título europeo, hay mucho más en juego.
Al inicio del artículo decía que perder la próxima temporada, puede hacer peligrar la siguiente. La explicación también es clara. No clasificarse una temporada para Liga de Campeones supone un golpe duro económica y deportivamente. No hacerlo dos como va a suceder en este caso es difícilmente asumible. No hacerlo en tres ocasiones consecutivamente ya es un drama.
Si tenemos en cuenta que la lógica impera, hay tres plazas que parecen aseguradas. Lo de Barcelona y Real Madrid ni se discute. Lo del Atlético de Madrid parece que tampoco, sea o no campeón de Liga y/o Liga de Campeones, vuelve a estar en la elite, con buenos jugadores asegurados, contratos publicitarios y los ingresos de la presente y la próxima temporada europea garantizados. Algo que también aseguraran probablemente Sevilla o Athletic Club, que se juegan disputar la previa el próximo domingo en San Mames. Si a ellos añadimos la más que estructura fiable del Villarreal en su segunda temporada en Primera y conociendo la idea de Fernando Roig de devolver al club a la máxima competición, el Valencia partiría en clara desventaja con hasta 7 clubes. Y eso es dar demasiada ventaja.
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