El extremo diestro del filial asombra en Segunda B, pero acaba contrato en junio y puede volar.
El año pasado Nando estaba jugando en Tercera división. La llamada tumba de los filiales se cernía sobre él tras ser descartado por el filial del Valencia. Pero las cosas han cambiado. El chico, nacido en Paterna, a poca distancia de la Ciudad Deportiva en la que se crió como futbolista, ha explotado. Tras un año en Tercera, los ojeadores de la escuela decidieron repescarlo para su segundo año de filial. Y el chaval no ha defraudado. Ahora mismo, con Curro Torres en el banquillo, es titularísimo en este arranque de temporada y ha dejado a todos con la boca abierta.
Nando es un extremo veloz y con una calidad técnica de esas por las que vale la pena pagar una entrada. Hace muy poco el propio club colgó en su televisión oficial uno de sus regates preferidos. Una cola de vaca a un central al que sentó en el suelo que ha dado que hablar en la categoría. El valenciano hace cosas con la pelota difíciles de creer. Arrastres, rabonas, bicicletas, una serie de recursos que le convierten en el más vertical del equipo.
Su calidad ha cuajado, pero al Valencia le puede pillar el toro. El chico acaba contrato en junio y no ha recibido llamada alguna de la Dirección Deportiva. Su nivel crece en cada partido y al despacho de sus agentes ya han llegado varias ofertas para fichar. En concreto hay dos llamadas de equipos de Primera división y una del extranjero. El chico se ha criado en la ciudad deportiva desde los benjamines, pero quedar libre con 20 años y con opciones de ir a Primera división parece un bocado bastante apetecible.
El club debe reaccionar rápido o Nando acabará jugando en otro equipo. Por lo visto en el filial, futuro tiene y calidad le sobra. Rufete debe tomar una decisión en breve o el chico volará. Está en su mano.
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