Final de curso. Unai Emery, disfrazado de jefe de estudios, fue llamando ayer uno a uno a sus jugadores, a los que entregó las notas en función del rendimiento que cada cual ha ofrecido en la temporada, a la que hoy pone punto final la plantilla con el encuentro amistoso que disputará esta tarde en Alzira. El técnico abrió la puerta del club a los futbolistas con los que no quiere contar la próxima campaña, muchos de los cuales no volverán al tajo el próximo 7 de julio, fecha prevista para incorporarse tras las vacaciones.
Para Braulio Vázquez comienza ahora la tarea más ardua, va a trabajar a destajo, porque sobre la mesa se le amontonan un buen puñado de situaciones particulares que debe resolver con prioridad. Y no son precisamente las de futbolistas que han estado cedidos y vuelven a la disciplina valencianista, las cuales también tendrá que solucionar. Pero, será después de los asuntos que revisten mayor urgencia.
Por ejemplo, los de Moyà, Miguel, Maduro, David Navarro o 'Chori' Domínguez, todos los cuales tienen contrato en vigor y su entrenador no los quiere en el vestuario a la vuelta de las vacaciones. Cada caso es diferente. Hay futbolistas que asumen su descarte y aceptan salir, como Moyà, para jugar. El guardameta reconocía ayer, tras su charla con Emery, que tiene que buscarse la vida lejos del Valencia, al menos para la campaña venidera. Lo asume y está dispuesto a aceptar una cesión y regresar dentro de un año y, si se tercia, un traspaso.
Moyà sabe que tiene a dos compañeros por delante, tres incluso si se quedara César Sánchez, de ahí su elogiable actitud de compartir la decisión del club. Por lo que hace referencia a su colega, el extremeño queda a la espera de acontecimientos. Conocido es el interés de los técnicos en ofrecerle un año más, por su buen rendimiento desde que llegó, pero su futuro inmediato depende de la salida de Moyà. Sin embargo, César no va a aguardar eternamente, de momento se queda en Valencia hasta que sus hijos finalicen el curso escolar, pero el margen de tiempo se puede agotar para el club si demora su decisión, pues hay equipos que se han interesado por el veterano portero.
Lo de 'Chori' Domínguez está muy claro. Se tiene que marchar, no hay vuelta atrás, pues el propio futbolista era consciente de antemano que si renovaba Emery se tenía que ir; el argentino no quiere estar otro año a las órdenes de un técnico con el que sabe que no va a jugar ni un solo minutos.
Más complicado para el club será resolver el tema de David Navarro; al valenciano se le comunicó ayer que le van a buscar destino, algo que ya sabía desde hace un mes, aproximadamente. El problema es que no se quiere ir y su única pretensión es cumplir el año de contrato que le queda.
Como en el caso de César, lo que suceda con el defensa de Puerto de Sagunto puede depender también de otros compañeros. La marcha de Stankevicius le ayudaría, aunque si Braulio contrata un segundo central -ya está firmado Rami-, entonces sería poco menos que imposible su continuidad. Las posturas están encontradas y no se atisba una solución amistosa o, al menos, que satisfaga a las dos partes implicadas.
Siguiendo con la parte central de la zaga, Marius Stankevicius se despidió ayer sin saber si regresará. «Puede ser que no vuelva. En invierno compraron a Rami, sabía cuál era la situación, pero depende de lo que quiera hacer el club para la temporada próxima. Hay que esperar», decía el lituano, cuya opción de compra hasta el día 30 es de 1,5 millones a la Sampdoria. Este plazo, sin embargo, no inquieta al Valencia, que cree que podría ficharlo más adelante por menos dinero tras el descenso del equipo italiano.
El representante del futbolista reconocía ayer a LAS PROVINCIAS que es «muy difícil» que Stankevicius vuelva al Valencia. El defensor está lleno de dudas. «No sé si ha terminado mi etapa en el Valencia, no lo sé... El entrenador está contento con mi trabajo, pero desconozco qué va a pasar», afirmó, consciente de que el club todavía no descarta recuperarlo.
Miguel es otro de los que Emery quiere fuera de la plantilla. Es decir, más trabajo para Braulio pues, como en todos los casos de descartados con contrato en vigor, la necesidad de colocarlos no ayuda a los intereses del Valencia. Como ha venido sucediendo desde hace años, en última instancia habría que ceder a alguno haciéndose cargo de gran parte de las elevadas fichas, que es otro obstáculo.
Miguel, además, lleva varias temporadas con la puerta de salida abierta, sin que la termine cruzando nunca. Salvo cambio radical, Dealbert continuará, al contrario que Nacho González, al que también se busca destino. Del mismo modo, se tratará de colocar a Maduro, aunque por el momento no hay ofertas. Lo único decidido, la marcha de Vicente y el deseo de renovar a Albelda.
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