Los dos últimos tropiezos del Valencia han afectado a Unai Emery más que a ninguna otra persona. El futuro del técnico vuelve a estar en el aire cuando hace menos de un mes se daba por seguro que le ofrecerían seguir en el banquillo de Mestalla por cuarta temporada. Pero la goleada sufrida ante el Real Madrid y la derrota con mala imagen en Pamplona han frenado esa idea y han devuelto las dudas a la cúpula ché, que se encuentra ahora con un problema inesperado.
Esto no quiere decir que el preparador vasco no vaya a seguir, pero sí que esto se decidirá en los próximos cuatro partidos de Liga. Si el Valencia obtiene buenos resultados y vuelve a recuperar las sensaciones positivas que dejó en sus goleadas a Getafe o Villarreal, lo normal es que le pongan sobre la mesa una oferta de renovación. Hace un par de meses era seguro que si los blanquinegros acababan en tercera posición Emery seguiría. Incluso, cuando la pelea con el Submarino amarillo era reñida no se descartaba que la cuarta plaza también le supusiera a Unai tener una propuesta de renovación. Ahora, si el equipo cae a la zona que obliga a jugar la previa de Champions en agosto, las opciones de Emery prácticamente desaparecerían y, siendo terceros, estaría por ver cómo acaban los blanquinegros en estos cuatro partidos que restan.
Además de las dos derrotas, al presidente y al secretario técnico ché, las dos personas que tendrán que decidir sobre el futuro de Unai, no les ha gustado la actitud del equipo, la falta de reacción en Pamplona, el discurso dado por el técnico y algunas decisiones que, en privado, han hablado con Emery. La semana pasada sentó mal que, tras el ridículo ante el Real Madrid, el entrenador no quisiera cambiar la decisión de darle dos días libres al plantel. En esa línea, el vasco volvió a decirle el domingo a los suyos que no pasaba nada por perder ante Osasuna. Y sí pasa, al menos eso piensan los rectores blanquinegros a los que la posibilidad de perder la tercera posición les aterra.
Nada decidido. Con muchas dudas sobre la mesa, el deseo de Llorente y Braulio es el de que se ganen los cuatro partidos restantes, las aguas vuelvan a su cauce y se retome la idea de que Emery siga. Pero a ello debe contribuir el propio entrenador y están dispuestos a arroparle y a trasladar una imagen de unidad que se corresponde con la realidad. El objetivo está cerca y lo único importante es conseguirlo.
Una vez acabe la Liga, presidente y director deportivo se sentarán a la mesa y decidirán, pero lo que sí se afirma con rotundidad es que no se ha hablado con ningún otro entrenador y que no existen contactos con nadie porque la prioridad es Unai... siempre que el panorama cambie.
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