Unai Emery sabe que hoy puede acabar la temporada. Si el Valencia gana en Cornellà, será matemáticamente tercero. Objetivo cumplido. Y a pensar en la siguiente temporada. Pero hasta ese momento, el equipo «se tiene que dejar a piel», apuntaba ayer el técnico que, con su habitual discurso, apostaba por ser ambiciosos y ganar «los nueve puntos que hay en juego». Obvio.
Sin embargo, el enemigo de hoy se llama relajación —el Espanyol quema su último cartucho para clasificarse para Europa—, ya que el Valencia «tiende» a pisar el freno cuando cree que la meta está cerca. Y así lo advertía Emery: «Pensar que todo está hecho es un error. Tras el tortazo contra el Villarreal, el barco se paró y nos tocó volver a remar a contra corriente. El reto es ganar porque un profesional nunca se puede cansar de ganar y jugar bien». Eso es lo que intentará el Valencia: sumar los tres puntos, jugar bien y demostrar por qué es tercero. No lo tendrá fácil.
El Espanyol es, según Emery, un espejo del Valencia, un equipo que practica un juego que «se le puede atragantar» al suyo. «El estilo del Espanyol es muy parejo al nuestro. Realizan mucha presión y juegan con posesiones largas de balón, iniciadas desde atrás», desglosaba, por eso espera «un partido muy competido y con muchos duelos». «Ellos morderán y nosotros también. Y tendremos que ser capaces, para ganar, imponernos en lo individual para ganar en lo colectivo. Sobre el campo, ya veremos quién es más eficaz», apuntaba Emery.
«Confio en mi gente y en la elección de los que disputarán el partido. Todos sabemos que no nos podemos relajar», sostenía. Así, el técnico avanzó que realizará cambios en el once porque «hay que buscar el máximo rendimiento con los futbolistas disponibles». Confesó que confeccionará la alineación teniendo en cuenta el cansancio del partido contra el Real Sociedad y el hecho de que el domingo el Valencia juega un derbi contra el Levante en el que será el último partido de la temporada en Mestalla.
«Con ello, iremos dibujando el once de cada partido tratando de sacar un equipo competitivo con la idea de ganar el partido, jugar con mucha personalidad y que salgan nuestras virtudes en el terreno de juego», señalaba.
Dándole vueltas al futuro
En el once no estará ni Guaita, con gripe, ni Pablo lesionado, por lo que todo indica que César regresará a la portería. La defensa, la línea que más variaciones está sufriendo a lo largo de la temporada, estará compuesta por Miguel o Bruno por la derecha con Mathieu por la izquierda con Navarro y Dealbert de centrales. En el centro del campo, Emery ha ensayado con Topal y Banega, con Joaquín por la derecha y Mata por la izquierda. Jonás jugaría de enganche y Soldado en el ataque.
Emery no quiso hacer valoraciones sobre su continuidad porque, indicó, «no hay debate». «Estamos hablando de hipótesis. Yo siempre he dicho lo mismo, que hasta el final no se sabrá nada», dijo. Y recordó que «el hablar lo marcará el club y hasta que el presidente no de el paso, no hay nada. Todo está totalmente abierto», apuntaba. También es una incógnita quién descenderá. Emery, mirándose el escudo dijo: «No me gusta que haya descendido el Almería y me gustaría que se mantuviera la Real Sociedad. Cada uno tiene sus afinidades y, es raro, pero los últimos partidos van a ser durísimos porque los nervios pueden jugar malas pasadas».
Sin embargo, el enemigo de hoy se llama relajación —el Espanyol quema su último cartucho para clasificarse para Europa—, ya que el Valencia «tiende» a pisar el freno cuando cree que la meta está cerca. Y así lo advertía Emery: «Pensar que todo está hecho es un error. Tras el tortazo contra el Villarreal, el barco se paró y nos tocó volver a remar a contra corriente. El reto es ganar porque un profesional nunca se puede cansar de ganar y jugar bien». Eso es lo que intentará el Valencia: sumar los tres puntos, jugar bien y demostrar por qué es tercero. No lo tendrá fácil.
El Espanyol es, según Emery, un espejo del Valencia, un equipo que practica un juego que «se le puede atragantar» al suyo. «El estilo del Espanyol es muy parejo al nuestro. Realizan mucha presión y juegan con posesiones largas de balón, iniciadas desde atrás», desglosaba, por eso espera «un partido muy competido y con muchos duelos». «Ellos morderán y nosotros también. Y tendremos que ser capaces, para ganar, imponernos en lo individual para ganar en lo colectivo. Sobre el campo, ya veremos quién es más eficaz», apuntaba Emery.
«Confio en mi gente y en la elección de los que disputarán el partido. Todos sabemos que no nos podemos relajar», sostenía. Así, el técnico avanzó que realizará cambios en el once porque «hay que buscar el máximo rendimiento con los futbolistas disponibles». Confesó que confeccionará la alineación teniendo en cuenta el cansancio del partido contra el Real Sociedad y el hecho de que el domingo el Valencia juega un derbi contra el Levante en el que será el último partido de la temporada en Mestalla.
«Con ello, iremos dibujando el once de cada partido tratando de sacar un equipo competitivo con la idea de ganar el partido, jugar con mucha personalidad y que salgan nuestras virtudes en el terreno de juego», señalaba.
Dándole vueltas al futuro
En el once no estará ni Guaita, con gripe, ni Pablo lesionado, por lo que todo indica que César regresará a la portería. La defensa, la línea que más variaciones está sufriendo a lo largo de la temporada, estará compuesta por Miguel o Bruno por la derecha con Mathieu por la izquierda con Navarro y Dealbert de centrales. En el centro del campo, Emery ha ensayado con Topal y Banega, con Joaquín por la derecha y Mata por la izquierda. Jonás jugaría de enganche y Soldado en el ataque.
Emery no quiso hacer valoraciones sobre su continuidad porque, indicó, «no hay debate». «Estamos hablando de hipótesis. Yo siempre he dicho lo mismo, que hasta el final no se sabrá nada», dijo. Y recordó que «el hablar lo marcará el club y hasta que el presidente no de el paso, no hay nada. Todo está totalmente abierto», apuntaba. También es una incógnita quién descenderá. Emery, mirándose el escudo dijo: «No me gusta que haya descendido el Almería y me gustaría que se mantuviera la Real Sociedad. Cada uno tiene sus afinidades y, es raro, pero los últimos partidos van a ser durísimos porque los nervios pueden jugar malas pasadas».
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