La temporada 2011-12 comenzará el próximo lunes. O al menos en las oficinas del Valencia se confía en que así sea. Los gestores de la entidad dan por hecho que tras el derbi contra el Levante -y cuando sólo quedará una jornada para terminar el campeonato- el Valencia habrá cumplido con el objetivo de ser matemáticamente tercero y llegará entonces la hora de tratar varios asuntos pendientes respecto a la planificación deportiva que tienen Manuel Llorente y Braulio Vázquez sobre la mesa, en especial uno que copará la actualidad ché durante las próximas semanas: la renovación (o no) de Unai Emery. De hecho, éste será el primer tema a tratar, dado que entorno a él girará el resto del proyecto (aunque los fichajes se estén haciendo a criterio de la secretaría técnica).
A siete días vista de tratar los asuntos pendientes, nadie en el club puede asegurar que el técnico de Hondarribia vaya a continuar. Ni menos lo contrario. La posición en la tabla juega a favor del técnico, pero lo que era una máxima (si quedaba tercero se le presentaría una oferta), pudo haberlo dejado de ser tras el ridículo ante el Real Madrid y el pinchazo en Pamplona (amén de las innumerables discrepancias habidas entre presidente y entrenador). La continuidad de Unai sigue siendo la opción mejor colocada en la mente de varios de los consejeros, aunque se espera a que Braulio presente su informe técnico a final de curso para tomar una decisión.
De hecho, ayer por la tarde hubo una reunión del Consejo de Administración en la que no se abordó nada sobre el futuro de Unai. Fue una cita informativa del presidente con sus consejeros, en la que trataron temas económicos.
La euforia de Unai Emery
Los estados de ánimo de Unai Emery en las últimas semanas suben y bajan como los de los corredores de bolsa, según los mercados, en su caso, los resultados. A día de hoy, el técnico de Hondarribia está eufórico. "Que somos terceros y vamos a ser terceros" es una cantinela que tras el traspiés en Pamplona se ha escuchado en el vestuario blanquinegro en boca del entrenador en infinidad de ocasiones. Más aún tras el pasado fin de semana. Porque ganó el Valencia son solvencia a la Real Sociedad y se reencontró tres semanas después con la victoria; como también porque el empate del Villarreal en Mallorca le deja a tiro de piedra a los ché lo de ser tercero. Tan eufórico está Unai que incluso tras el triunfo ante los donostiarras le dijo a Manuel Llorente en persona lo que manifestó el viernes en sala de prensa: que se había equivocado y lanzado un discurso erróneo cuando el presidente dijo en los micrófonos de Canal+ que la temporada se le estaba haciendo demasiado larga al Valencia y a él. Tienen la sensación de puertas hacia dentro del vestuario que a Unai a día de hoy lo que menos le quita el sueño es si Llorente le ofrecerá o no la renovación. Es una decisión en la que ni tiene voz ni voto (0sí luego para aceptarla o rechazarla si es que se la presentarán). Lo único que le importa a día de hoy a Emery es que el Valencia logre cuanto antes el objetivo de ser tercero. A fin de cuentas, es su cometido y, de paso, encalará la pelota en el tejado de Llorente.
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