Unai Emery tendrá que continuar esperando a que Manuel Llorente considere que ha llegado el momento de sentarse frente a frente y hablar de un futuro que empieza a ser presente. El Valencia ha asegurado la tercera posición en la Liga, la que tanto deseaba porque otorga el acceso directo a la próxima edición de la Champions, a pesar de lo cual el presidente todavía no ha levantado el teléfono para llamar a su entrenador y citarle en su despacho.
Se había especulado con la posibilidad de que ayer mismo se convocara reunión del consejo de administración para abordar el asunto, lo que tampoco sucedió. Hay que seguir esperando, sin que se descarte que la demora se prolongue hasta la semana próxima, cuando, tras el partido de La Coruña, se baje el telón de la Liga.
El primer paso es la confección del informe técnico que debe presentar al consejo el coordinador de la secretaría técnica, Braulio Vázquez, que ya está preparado. La intención del presidente -será el primero en conocerlo- es que el responsable técnico comparezca en la reunión del grupo rector para que argumente los motivos por los que considera que se debe apostar por la continuidad de Unai Emery o, por el contrario, aconsejar el cambio del inquilino del banquillo.
La corriente que impera en estos momentos entre los componentes del consejo de administración del Valencia es que Emery debe ser renovado y continuar al frente de la plantilla la próxima temporada. Esta es la opinión mayoritaria, casi unánime entre los dirigentes, quienes valoran el trabajo del entrenador y muestran como argumento de peso el hecho de que haya dejado al equipo en tercera posición, es decir, que «ha cumplido con el objetivo». Ayer coincidían varios consejeros al pronunciar esta frase.
Otros responsables del Valencia se inclinan por dejar trabajar a Unai Emery, pero realizan una matización importante. Habría que ofrecerle un mayor respaldo ante la plantilla de futbolistas y fortalecer la figura del entrenador. Al mismo tiempo, hacen hincapié en que lo que corresponde llevar a cabo con urgencia es una limpieza a fondo en el vestuario, empezando obviamente por los jugadores más problemáticos e indisciplinados. Sin embargo, no se trata de una tarea sencilla, ya que algunos de los profesionales a los que se censura su línea de actuación tienen todavía contrato en vigor. Habría que traspasarlos o llegar a un acuerdo para rescindir sus compromisos, con una pérdida económica que podría ser importante, además de que posteriormente se debería fichar a otros futbolistas para ocupar las plazas vacantes.
El debate sobre el entrenador lleva implícito en la opinión de algunos consejeros una interrogante que dejan sobre la mesa: «¿A quién traemos?», se preguntan, en el caso de que se decidiera dar por finalizada la relación contractual con Unai Emery. La respuesta no es sencilla.
Este es el sentir generalizado entre los miembros del consejo de administración valencianista. La opinión del presidente se desconoce por completo. Manuel Llorente no suelta prenda respecto al tema del entrenador. Ni los más allegados se atreven a emitir un pronóstico. El dirigente se muestra totalmente hermético y ni siquiera sus más allegados y directos colaboradores han podido adivinarle una sola mueca, un solo gesto, que pueda dejar entrever el desenlace, pues al fin y a la postre se va a imponer lo que diga el máximo responsable. El silencio que mantiene es significativo, más de lo que muchos puedan llegar a imaginar. Denota dudas. Las tiene y muchas. De lo contrario habría salido a la palestra hace tiempo, cosa que no ha hecho. Y si a 17 de mayo del tercer año de Unai Emery en el banquillo blanquinegro todavía está dudando...
A todo esto, falta conocer el informe que presente Braulio Vázquez. El responsable de la secretaría técnica se lo entregará a Manuel Llorente y el presidente lo trasladará después al consejo. A lo largo de la temporada, Braulio se ha manifestado favorable a la continuidad de Emery, siempre y cuando cumpliera el objetivo trazado, ser tercero, e incluso habló en alguna oportunidad de prorrogar el compromiso entre ambas partes si el equipo terminaba en cuarto lugar, que también da acceso a la Champions aunque disputando la eliminatoria previa.
Todo lo expuesto es lo que hace referencia a una de las partes. Al Valencia. La otra, la de Unai Emery, se mantiene a la espera de la llamada del club para conocer sus intenciones. Pero sin inquietud. La tranquilidad es total, por la sencilla razón de que hay equipos interesados en contratar al entrenador vasco. Y no sólo se trata de clubes españoles. También hay varios de fuera de nuestro país que han preguntado por la situación de Emery y por su disposición de cara a la próxima temporada.
El interés que ha despertado el todavía técnico valencianista en otros equipos hace que en su entorno exista el convencimiento de que se le valora más lejos de Valencia de lo que lo hace su propio club. Es otro de los motivos por los que en los últimos tiempos Unai Emery no se muestra preocupado por su futuro ni por una hipotética ruptura de su relación profesional con el Valencia. Su discurso ha cambiado. Ahora ya se atreve a cuestionar a Llorente y a admitir que tal vez sea él quien no siga. Siente que el mundo no se acaba en Valencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario