La pareja Costa-Parejo careció de movilidad y fluidez y no hubo conexiones claras en la línea de medios
P. CALABUIG / C. IZQUIERDO Lo reconoció Mauricio Pellegrino. «Ganamos sin hacer nuestro mejor fútbol». El Valencia sufrió, pese al triunfo, ante un Celta que le ganó la batalla en la media hasta el ecuador del segundo acto. La diana de Cissokho, la salida del campo de Iago Aspas y los ajustes del técnico argentino provocaron que los blanquinegros ganaran en comodidad de ahí al final, pero lo sucedido ayer es un aviso con vistas al choque del miércoles en el Allianz Arena, donde el Bayern de Múnich podría apostar por una tripleta en el medio „Luiz Gustavo, Kroos y Schweinsteiger„ mucho más temible que la del Celta de Vigo.
Borja Oubiña, flanqueado en los costados por Natxo Insa y Álex López, se erigió en el dueño del centro del campo durante el primer tiempo. El trío de centrocampistas por el que apostó Paco Herrera „dejando sólo en la punta a Iago Aspas„ se impuso claramente a la medular de un Valencia en la que Parejo y Tino Costa no se hicieron con la manija. Los vigueses superaron con facilidad la primera línea de presión, por lo que en el centro dispusieron de superioridad, merced también a los apoyos de los atacantes. «El Celta es un equipo que juega y toca, se juntan muchos en el medio y lo hacen bien», así explicó Viera el mal primer tiempo. Las cifras le dan a razón. Los de Herrera se fueron al descanso en Mestalla con el 55% de la posesión, con el marcador empatado, tras el gol de Cabral, y con la sensación en el ambiente de haber sido mejores.
El Valencia había multiplicado las pérdidas, debido a la falta de fluidez de su principal creador, Dani Parejo, y a la falta de ayudas de un Jonas que vivió uno de sus días más grises como valencianista. En la reanudación el gol de Cissokho cambió el panorama. Los de Pellegrino se concienciaron para no perder el balón tan rápido, mientras Parejo mejoró sus prestaciones. Dos momentos fueron clave: El cambio de Aspas por el coreano Park y la entrada de un correoso Valdez. Los visto ayer sirve para que Pellegrino tome nota y trate de solucionar el miércoles el problema en la media ante un Bayern más agresivo.
El Valencia había multiplicado las pérdidas, debido a la falta de fluidez de su principal creador, Dani Parejo, y a la falta de ayudas de un Jonas que vivió uno de sus días más grises como valencianista. En la reanudación el gol de Cissokho cambió el panorama. Los de Pellegrino se concienciaron para no perder el balón tan rápido, mientras Parejo mejoró sus prestaciones. Dos momentos fueron clave: El cambio de Aspas por el coreano Park y la entrada de un correoso Valdez. Los visto ayer sirve para que Pellegrino tome nota y trate de solucionar el miércoles el problema en la media ante un Bayern más agresivo.
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