Conrado Valle | 21/09/2012
El Valencia es un paradigma de los tiempos que nos han tocado vivir. De los años del lujo sin freno a la crisis de la banca y la del ladrillo. El expresidente Juan Soler presentó en su día un proyecto faraónico de estadio 'cinco estrellas'. Costaría 350 millones y lo pagaría con la venta de Mestalla por "500 millones o más". Como el negocio en su mente era redondo, en 2007 empezaron unas obras que pagaba el club sin pedir financiación (cada mes sacaba de su caja unos 15 millones). Además seguía fichando a tarifa plana de 18 'kilos' (Zigic, Fernandes...). Y zas. La crisis le pilló en fuera de juego. En 2009, con una deuda superior a 550 millones, Vicente Soriano anunció que las obras se paraban.
Manuel Llorente ha reducido la deuda en 190 millones. ¿Cómo? Albiol, Villa, Silva, Mata, Alba... y los 20 millones anuales de la Champions. En diciembre anunció un acuerdo con NewCobal (Bankia mediante y firmado por Rodrigo Rato) para la venta de Mestalla y reanudar la obra del nuevo estadio. Tenía el club que cumplir unos requisitos y en agosto cumplió con su parte. Pero la nacionalización de Bankia lo convierte todo en papel mojado.
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