HÉCTOR GÓMEZ. HOY El plan para ellos era perfecto. Acaban el nuevo estadio. Tenían una deuda aplazada a quince años. El Gobierno valenciano pagaba los 100 millones de euros que debía la Fundación y ellos mantenían el poder
VALENCIA.
Leer toda la porquería que ha salido en los últimos días sobre el caso Newcoval y pensar que el presidente de entonces, Manuel Llorente, no sabía nada es de ser demasiado primavera. En ningún caso le acuso porque no tengo ninguna prueba y estoy convencido de que el señor Llorente siempre hizo lo mejor para los intereses del Valencia CF. Pensar que trabajaba para el banco no es acertado, sabiendo la gran rebaja de deuda que hizo en el club. Fue tal que dejó la deuda con la entidad financiera muy reducida. O bueno no fue así, pero lo pareció por lo buen gestor que nos dijeron que era.
La operación que tramó Rodrigo Rato, junto con el valenciano José Granell para dejar al Valencia CF sin ningún activo y con alrededor de 400 millones de deuda -porque los 100 de la Fundación algunos sénecas no los cuentan- es tan vergonzosa hoy como el día que se parió. El problema es que ahora ha quedado demostrado que se preparó a conciencia para que unos pocos se llenaran los bolsillos.
Y que quieren que les diga. A mí, me cuesta mucho creerme que el entonces presidente del Valencia CF, Manuel Llorente, no supiera nada. Es muy complicado de creer cuando de aquella operación Manolo nunca informó a nadie de lo que negociaba con el banco cada vez que se levantaba de madrugada para subirse en el AVE y acudir a la Castellana a negociar con la entidad financiera. A su consejo de administración, el oficial, jamás le dio ni un breve apunte más allá de asegurar que la operación era muy buena y que acababan el campo. A los accionistas no les explicó jamás nada. Nunca. Ni un detalle.
El plan para ellos era perfecto. Acaban el nuevo estadio. Tenían una deuda aplazada a quince años. El Gobierno valenciano pagaba los 100 millones de euros que debía la Fundación y ellos mantenían el poder. Y el chiringuito continuaba. Con ello condenaban al club a la mediocridad deportiva. Porque una vez vendido todo el patrimonio a ver de donde se sacaban todos los años los millones para amortizar la deuda. No olviden que Llorente vendió a todas las estrellas sin rebajar ni un céntimo la deuda bancaria. Es decir, estaban dispuestos a ahogar al club con tal de mantener su chiringuito. No les importaba dejar a la entidad sin activos con tal de seguir mandando ellos.
Ahora se empiezan a conocer las piezas del puzzle y van encajando. Yo antes de que se les vea los caretos les aseguro que Manuel Llorente estaba al tanto de todo. Que sabía sobradamente quien estaba detrás de toda la historia y que intentó bombardear la operación Lim hasta el último segundo. Por eso se reunió con Granell muchas veces durante el proceso de venta, porque sabía perfectamente lo que habían tramado en su día. Lo intentaron vender como algo histórico y contaron con el altavoz de una cadena nacional que miente descaradamente en beneficio de uno y en contra de la propia cadena. Por suerte todos ellos han perdido y su plan falló. Ahora es más fácil explicar porque están tan rabiosos y me da la sensación que no es por haber perdido las butacas presidenciales y los favores en forma de exclusivas y trato de favor sobre el resto.
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