HÉCTOR GÓMEZ. HOY Es cierto que no está teniendo suerte de cara al gol, pero no es menos cierto que cuando él está en el campo el equipo siempre lo nota...
VALENCIA.
Entiendo a los muchos que empiezan a perder la paciencia y la fe en el delantero Álvaro Negredo. Es difícil tener paciencia con un delantero por el que inviertes unos 28 millones de euros y a falta de seis jornadas para que acabe la liga sólo ha hecho cuatro goles.
Dicho así, suena muy mal y muy frío. La realidad para mi es diferente. Lo primero es que Negredo llegó lesionado y creo que en ningún momento de la temporada ha conseguido alcanzar ese puntito físico que te proporciona la pretemporada. Además, no estoy de acuerdo con aquellos que critican a Negredo por todo. Es cierto que no está teniendo suerte de cara al gol, pero no es menos cierto que cuando él está en el campo el equipo siempre lo nota. Su fútbol de espaldas, su juego de primeras y su presencia obliga a 
los rivales a fijar a dos defensas siempre cerca de él.
los rivales a fijar a dos defensas siempre cerca de él.
En todo caso, estando convencido de que Negredo no está teniendo una temporada tan mala como algunos dicen, entiendo a los que esperaban más de él. Yo también esperaba más goles. Pero ojo, la temporada no se ha acabado y el Tiburón tiene clase para aburrirse.
En el club están contentos con él. "Jugador franquicia" es como me lo definió una persona del club que decide. En la entidad están convencidos de la apuesta que hicieron el pasado verano y creen que está en la edad perfecta para ser el delantero Champions del Valencia CF.
La confianza en el vallecano sigue siendo total. El club confía en que con una buenas vacaciones que le hagan olvidar sus problemas personales, que no le han ayudado nada, y una buena y larga pretemporada, la próxima temporada el delantero será el gran referente de este equipo.
Yo confío plenamente en él. Me lo creo. Es un delantero que me gusta. Estoy convencido que no se le ha olvidado hacer goles. Y en el fútbol la calidad la tienes o no la tienes. Negredo, con 29 años, la calidad la lleva casi por castigo. Ahora falta que libere su cabeza y empiece a ver la portería tan grande como siempre la vio.
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