«Pude salir adelante gracias a todos», reconoce el de Rosario que, si reaparece ante el Athletic, se habrá perdido 31 partidos El argentino se recupera tras ocho meses de lesión y su fútbol es vital para levantar al Valencia
JUAN CARLOS VILLENA | VALENCIA..-
JUAN CARLOS VILLENA | VALENCIA..-
Cuando sonó el teléfono móvil de Unai Emery en Barcelona el pasado 19 de febrero, nada más acabar la comida previa al partido que esa noche disputaban en el Nou Camp, el vasco nunca imaginó la noticia que le iban a dar. La lesión de Éver Banega, que se fracturó la tibia y el peroné de su pierna izquierda al ser atropellado por su propio coche al parar a repostar en una gasolinera, cayó como un jarro de agua fría en la concentración del Valencia. Lo único importante, en ese momento, era recuperar anímicamente al deportista, hundido por tamaña fatalidad.
Tras ocho meses de duro trabajo, donde la palabra vacaciones desapareció de su vocabulario, el de Rosario vuelve a estar disponible. Desde aquel maldito domingo, Éver fue descartado por molestias en la rodilla, han pasado muchas cosas en el club. La más importante, el cambio de entrenador. Si Pellegrino lo considera oportuno, el sábado 20 de octubre Banega disputará su primer partido a las órdenes de su compatriota. «Han pasado muchos meses y estoy con muchísimas ganas de jugar. Estoy muy feliz por recuperarme, por volver a estar dentro del grupo y esperando la oportunidad de volver a jugar», comentó ayer el futbolista en una entrevista concedida a la televisión oficial del club, 'VCFplay'.
Aunque su regreso llega en el mejor momento posible, con un Valencia anémico en la creación de juego en el centro del campo, Banega considera que hay que ir paso a paso «porque ahora, lo que tengo son ganas de volver para ayudar, estar con el equipo, tratar de jugar de la misma manera y poder conseguir los resultados». El argentino ha vivido los toros desde la barrera en los últimos 31 partidos oficiales del equipo, lo cual le permite tener un punto de vista interesante sobre las carencias y virtudes de sus compañeros en los últimos ocho meses, ya que ha podido disfrutar de los partidos, como conocedor del mundo del fútbol, desde el mismo ángulo que, por ejemplo, un director deportivo. «Creo que el equipo está muy bien, es cierto que los resultados son los que mandan pero el equipo está trabajando muy bien. Hay que seguir en la misma linea y conseguir los resultados, que al final es lo que sirve».
Tras su vuelta, en la enfermería del Valencia tan sólo queda su buen amigo Sergio Canales, aunque el cántabro nunca ha estado apartado del grupo pese a trabajar de forma individual. «Es lindo estar todos juntos y que nadie esté lesionado, aunque son cosas del fútbol que pasan. No hay que acusar las bajas sino hacer las cosas bien, y al que le toque jugar hacerlo de la mejor manera», reconoce Éver.
Una de las transiciones que ha seguido el mediocentro argentino desde su asiento en el palco VIP de Mestalla es la mutación del estadio con la creación de la Grada Jove, y el nacimiento de la Curva Nord. Banega quiso lanzar un mensaje a los aficionados que se encargan de la animación en el estadio, y hacerlo extensivo al resto de seguidores: «Quiero decirles que estén con el equipo a muerte porque nosotros somos los primeros que queremos ganar y no defraudarles. Ellos siempre están alentándonos».
El de Rosario no quiere echar la vista atrás, pero tiene claro que el episodio del 19 de febrero siempre formará parte de su vida. «Pasé por momentos muy malos y fue muy difícil. Espero que sea un mal recuerdo y volver a comenzar de la mejor manera, muy ilusionado, y con esta plantilla que tiene mucho para dar. Pude salir adelante gracias a todos y ahora estoy de vuelta en el Valencia y esperemos hacer las cosas bien». Banega está de vuelta, para alegría de Pellegrino.
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