El brasileño paga el feo gesto que tuvo al ser sustituido ante el Athletic
C. V. | SEVILLA..-
Bajó tranquilo del autobús para entrar en el estadio -él es un tipo bastante pausado-, pero por dentro iba sangrando. Jonas se ha convertido en protagonista curiosamente sin serlo. Justo cuando parecía que a Pellegrino se le había arreglado el panorama con la calma que siempre inyectan los buenos resultados (hasta el de ayer), en dos días se le revuelve el ambiente. Primero con la dichosa pugna deportiva entre los porteros y el morbo que genera, y segundo con la inhabitual decisión que ayer dejó a Jonas con un palmo de narices. Su cara antes del partido, mientras los compañeros calentaban, y luego en el viaje de regreso era todo un poema.
El brasileño, que parecía tocado por la varita mágica de la fortuna desde que aterrizó en Valencia con el ejercicio 2010-11 ya en pleno apogeo, salió esta vez de la convocatoria. Sólo una docena de veces en estas tres temporadas se había quedado a cero minutos (seis en la pasada y cinco en la primera). En realidad esta vez estaba en la lista, pero el técnico había optado el viernes por traerse hasta Sevilla a los 19 futbolistas que le quedaban sanos en la plantilla. Había pues que sacrificar a uno y el elegido fue Jonas.
La situación del mediapunta puede provocar la primera grieta de cierta consideración en la agitada paz que siempre suele haber en un vestuario de esta envergadura. Y no porque el carácter personal de Jonas invite a ello, pues es un futbolista que desde que llegó siempre se ha caracterizado por su agradable comportamiento y dócil personalidad. Nada de eso se podría poner en entredicho si no fuera precisamente por cómo le sentó al propio Jonas la decisión de cambiarlo a la hora de juego contra el Athletic en Mestalla, cuando el equipo más necesitaba la aportación del gol (en ese momento perdía 1-2).
A Jonas le sentó fatal que Pellegrino lo retirase y lanzó un botellín de bebida isotónica por los suelos en dirección al banquillo expresando su malestar. El gesto no pasó desapercibido para el cuerpo técnico, que tomó la matrícula al brasileño.
Pellegrino y sus ayudantes recibieron en ese momento el primer desaire de un miembro de su vestuario, algo que padeció en sus propias carnes y en demasiadas ocasiones Unai Emery. El viernes, en la rueda de prensa previa al partido de Sevilla, Pellegrino ya avisó de que Jonas no es el mismo de la pretemporada y puso un puyazo sobre la actitud: «Seguramente tiene que trabajar para volver a ese nivel. Con la actitud, recuperar el nivel que tiene». Un mensaje que cobra más significado tras su descarte ayer de la lista de convocados. Había sido hasta el Villamarín nueve veces titular en los once encuentros disputados, pero en los que lució la etiqueta de suplente siempre participó algunos minutos.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-10-28/severo-toque-atencion-jonas-20121028.html
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