Asumen el rol de líderes, muestran la fe en el proyecto y subrayan su compromiso con el clubEl argentino pide paso y quiere jugar ya el sábado: «Echo de menos Mestalla sobre todas las cosas»
LOURDES MARTÍ | VALENCIA..-
LOURDES MARTÍ | VALENCIA..-
Los goles, ahora un tanto olvidados, convirtieron a Roberto Soldado en el líder del Valencia. Ya no está solo. Éver Banega confirmó ayer que ha vuelto, y además lo hace con la implicación exigible a quien aspira a ser cerebro de este equipo. Ambos futbolistas tomaron simultáneamente la palabra, el argentino en Paterna, el español en Madrid, para articular un discurso lleno de nexos: fe en el proyecto que comanda Pellegrino, identificación con el club que apostó por ellos.
No son palabras nuevas en la boca de Soldado, pero sí constituyen una grata noticia cuando las pronuncia Banega, jugador que ha pasado de descarte a convertirse poco menos que en un mesías para el valencianismo. Éver quiere reaparecer el sábado ante el Athletic. Se cumplirán entonces ocho meses y un día desde que fue atropellado por su propio coche. Aquel accidente pudo retirarle, pero él ha sabido sufrir. Vuelve a ser futbolista.
Banega ha visto el irregular inicio de su equipo desde la grada y está convencido de que la situación dará un giro de 180 grados: «Esto es largo, acaba de empezar el campeonato y quizá los resultados no son los que se esperaba. Hay que estar tranquilos y dar confianza a Pellegrino y al equipo, porque sacaremos esto adelante. Es cierto que dentro del terreno de juego a lo mejor no salen cosas, pero en los entrenamientos nos matamos y eso se debe notar. El Valencia es un equipo grande. Debe terminar arriba».
Paralelamente era Soldado quien, en una entrevista a la Liga BBVA, demostraba haber asimilado el tirón de orejas de su entrenador tras el derbi, cuando Pellegrino confesó que temió por la expulsión del ariete debido a sus roces con Ballesteros. «Saben que es impulsivo y van a buscarlo. Cuanto más hablan, menos juegan», dijo entonces el argentino. «Hay que hablar menos y trabajar más», admitió ayer Soldado en unas palabras que sonaban a acto de contrición.
Para el delantero, esa es el concepto que conducirá hacia los buenos resultados. El trabajo. 2012 no está siendo generoso con Soldado, y mucho menos con Banega. La llamada de Vicente del Bosque no oculta que la efectividad del delantero ha decrecido respecto a campañas anteriores. Lo certifican sus 11 goles en 38 partidos oficiales. Peor lo ha pasado Banega durante el mismo espacio de tiempo. Si el 19 de febrero se fracturó la tibia y el peroné en uno de los percances más desgraciados que se recuerdan en el mundo del fútbol, en agosto se llevó un gran susto cuando se le incendió el Ferrari camino de Paterna. Por suerte salió ileso.
Para el argentino han terminado las pesadillas. El sábado toca soñar ante el Athletic. Éver pide paso. «Estoy en condiciones de jugar. Siendo en nuestro campo y con mi vuelta, puede resultar un enfrentamiento muy bueno. Es el momento perfecto», comentó el futbolista de Rosario. «Lo que pasó, ya está. Fue un mal momento y doy gracias a todos los que estuvieron a mi lado, como familia, aficionados y cuerpo técnico».
Han sido ocho meses interminables. «Lo que ocurrió me produjo mucho dolor y sufrimiento. A veces parecía que no pasaba el tiempo, pero nunca pensé en dejar el fútbol. Tenía que ser positivo y llegó el día». Quizá ese calvario le ha servido para crecer. Ayer la sala de prensa de Paterna mostró a un Banega diferente, implicado y ávido de fútbol. Que sabe lo que más ha echado de menos: «Sin duda, Mestalla sobre todas las cosas por el calor de la gente, puesto que cuando entras al campo te da ganas de jugar».
La relación entre la grada y Banega no ha sido fácil, debido a la irregularidad sobre el césped y algunos desafortunados gestos de indisciplina lejos de éste. Pero la vida da al centrocampista otra oportunidad.
Por eso comprende lo que vive Dani Parejo, el hombre que trató de sustituirle sin éxito. El de Coslada desperdició su oportunidad y el exigente público valencianista se lo ha reprochado. Además, como en su día Banega, también ha tenido que pedir perdón en alguna ocasión por motivos extradeportivos. Cuando se le recuerdan los silbidos que Mestalla ha dedicado a Parejo, Banega pide paciencia: «Tiene que tratar de revertirlo y demostrar su fútbol en la cancha. Tiene muchísima calidad, le sobra para jugar en el Valencia y espero que pueda hacerlo bien y que Mestalla se lo reconozca».
A sus 24 años, Banega es con Albelda el jugador que más temporadas acumula defendiendo la elástica blanquinegra. Una condición que no pasa desapercibida para el rosarino: «Llevo muchos años en el club y me siento como de la casa. No experimento presión, al que le toque jugar debe hacerlo bien. Estamos empezando y esto es largo, hay que confiar en el equipo».
Cuestionado sobre la posibilidad de jugar junto a su compatriota Fernando Gago, Banega se mostró contundente: «Lo importante es el funcionamiento del equipo. Con él o con el que me toque jugar, o al que le toque estar sobre el césped, lo que importa es hacerlo de la mejor manera. Si me eligen para estar con Fernando, encantado, y si no, tranquilo, a esperar el momento».
La adaptación al medio es una de las premisas necesarias para la supervivencia. Y Banega parece tenerlo asumido. Por ello considera que el cambio de entrenador respecto a la temporada pasada no debe ser excusa. Tampoco cree que el tipo de juego que busca Pellegrino, con más posesión que en la etapa de Emery, le beneficie: «El año pasado se consiguió los objetivos con otro técnico. Hay que acostumbrarnos al nuevo y aprender de cada uno de ellos. Ya vendrán mejores momentos si estamos todos unidos».
El que estará seguro sobre el terreno de juego el sábado es Soldado, quien ayer reiteró, como Banega, su plena identificación con el Valencia. Ni hablar de un futuro lejos de casa... salvo que el equipo se lo pida. «Me ha costado llegar aquí y es donde quiero jugar. Hay un proyecto que me ilusiona y quiero estar mucho tiempo para hacer grandes cosas junto al resto de mis compañeros. Me iré cuando el Valencia me diga que tengo que salir porque necesita ese dinero».
Precisamente por la delicada situación económica que atraviesa el club pide Soldado que todos den un paso al frente: «Estar en la Champions es una obligación, es necesario para el Valencia. Queremos estar ahí arriba por eso. Nos gustaría ir mejor de lo que hemos empezado, pero tenemos que pelear».
Entre otras circunstancias, el delantero valenciano achaca el irregular inicio de temporada a las lesiones sufridas por futbolistas llamados a ser determinantes en este equipo: «Nos está costando bastante engancharnos, sobre todo porque ha habido muchas bajas desde el principio y poco a poco seguro que vamos a recuperar la forma y ganar partidos para estar arriba. Cuando va todo bien todo está más rodado, por eso ahora es el momento de trabajar mucho más y empezar a sumar».
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