Ya van quedando menos. Hace semana y media, si de algo podía presumir el Valencia era de tener una plantilla tan larga que era capaz de hacer dos equipos completos con sus suplentes y todo incluido. Braulio Vázquez tenía tela que cortar. Llegó la época del outlet y poco a poco se ha ido aligerando el barco. El último en salir ha sido Asier del Horno, un jugador que llegó del Chelsea al Valencia a cambio de 7,5 millones de euros en el verano de 2006, firmado por Carboni como responsable deportivo y con Juan Soler como presidente.
Por rendimiento y/o por lesiones, Del Horno nunca ha dado la talla en el Valencia y prueba de ello son las tres cesiones que durante toda su estancia aquí ha tenido: Athletic, Valladolid y Levante. Aunque tenía todavía aun año por delante, ayer llegó a un acuerdo para rescindir el contrato. El Valencia, eso sí, debe abonar aproximadamente la mitad de los 2,2 millones euros de brutos de ficha que debía percibir el lateral el próximo ejercicio, pero lo que considera el club provechoso es que se ha pactado un pago aplazado. Del mal, el menos.
Después de Del Horno, el siguiente que está a la espera de salir es Nacho González. El uruguayo se está ejercitando como uno más con Emery y el club, para que tenga más posibilidades de encontrar destino, hasta ha decidido que se incorpore también a la concentración en Austria. Cuantos más partidos juegue a más equipos puede atraer. De momento, el Xerez está interesado pero él prefiere actuar en Primera aunque tenga que salir de España.
Con Del Horno, los pretendientes no se han hecho esperar. Mientras que la concepción que tiene el Valencia sobre el defensa se presenta bastante negativa, el recuerdo que ha dejado el vasco en el Valladolid y el Levante es muy diferente. Tanto el conjunto blanquivioleta como el azulgrana le guardan un enorme cariño y respeto. Sólo salen palabras agradables desde estos dos puntos. Por ese motivo, ambos clubes no han tardado ni un minuto en fijar su mirada en el vasco.
De momento, ya se han producido conversaciones personales entre el presidente del Levante, Quico Catalán, y Asier del Horno. El equipo granota, que contó con el lateral la pasada temporada en calidad de cedido, se ha mostrado interesado en alargar la relación. Completó una gran campaña, haciendo gala de un compromiso indiscutible pese a las dolencia que le impidieron gozar de mayor continuidad. La única duda radica en el estado físico del jugador. A principios de mayo se vio obligado a operarse por segunda vez del tendón de Aquiles del pie izquierdo. El tratamiento conservador no había surtido efecto. De esta manera, se estipuló un periodo de baja de aproximadamente cuatro meses. El defensa, que permanece en Valencia recuperándose, estaría disponible aproximadamente en septiembre.
A sus 30 años, confía en rendir a un buen nivel durante tres o cuatro temporadas más. Y el Levante le abre la puerta. Su relación con Quico Catalán es muy cercana.
Pero también con el presidente y desde la semana pasada máximo accionista del Valladolid, Carlos Suárez. El club blanquivioleta sigue los pasos del Del Horno y parece que ha tomado la delantera. Sólo jugó en el José Zorrilla durante media campaña pero pese al descenso, destacó por sus actuaciones.
Del Horno siempre se ha mostrado tremendamente agradecido al Valladolid por la oportunidad que le ofreció en un momento delicado, pero al mismo tiempo ha vivido un año sensacional en Orriols. El Levante juega la baza de competir en Primera. Si acaba fructificando su regreso al conjunto azulgrana, presumiblemente impulsaría la llegada en calidad de préstamo de Pedro Botelho.
Y es que, el lateral izquierdo del Arsenal posee una vocación claramente ofensiva, por lo que la dirección deportiva deseaba contar aparte con un futbolista que reforzase el centro de la defensa y que en un momento dado pudiese asumir una función destructiva en la banda. Y Del Horno cumple con el perfil, ya que la campaña pasada demostró que se desenvolvía perfectamente como pareja de Ballesteros o Nano.
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