El Valencia llenó ayer de simbolismo la presentación del que se espera sea su nuevo ídolo: Pablo Piatti. Por eso eligió el monasterio del Puig, donde la tradición atestigua que acampó el rey Jaume I antes de entrar a Valencia. Siglos después, un argentino conquistó las ilusiones y las esperanzas de los aficionados valencianistas. Piatti, descendiente de italianos del Piamonte asentados en la Córdoba argentina, agradeció el caluroso recibimiento, pero, ajeno a la carga histórica del momento, apenas se atrevió a prometer "sacrificio, humildad y trabajo" para devolver al club "su apuesta por mí", y recordó que llega a "una excelente plantilla" por lo que deberá esforzarse "el doble para conseguir un lugar", remarcó.
Menudo y atento, Piatti llegó acompañado de sus representantes y familiares ataviado con un ajustado traje azul rematado con una camisa blanca y unos zapatos negros relucientes. Broméo con Braulio Vázquez, el secretario técnico, con el que pareció tener una relación especial, y firmó todo lo que les puso a tiro. Y hubo mucho porque el Valencia trasladó hasta el Puig a los alumnos de sus campus veraniegos. El argentino notó a la afición "emocionada", dijo, aunque cree que "tiene motivos para estar así", aunque no teme la presión: "en absoluto, es al contrario: me motiva más. Tengo muchas ganas de jugar en Mestalla la Champions", insistió a preguntas de los periodistas.
El Valencia parece haber encontrado en Piatti ese futbolista con un relato adecuado tanto dentro como fuera del campo. Sus cualidades como jugador de desborde, rápido y listo en el área las ha desmostrado en sus cinco años como profesional en Argentina y España. Su modélico comportamiento lejos del césped es uno de los aspectos valorados por el club para su contratación después de casos fallidos como los del Domínguez o Fernandes: "Queremos buenos jugadores y mejores personas", recalcan desde el Valencia. Y ése parece ser el perfil de los reción llegados y de los que puedan venir, como se encargó de remarcar ayer el presidente del Valencia, Manuel Llorente, quien no desaprovechó la ocasión para recordar que jugadores como Kempes, "Piojo" López o Pablo Aimar procedían de la provincia de origen de Piatti, Córdoba, y que "tuvieron un gran paso, y él viene a seguir su estela", dijo.
La presencia de jugadores argentinos ha sido constante en la historia del Valencia. Para evidenciarlo, ayer se invitó al acto a Valdez y Felman, a quienes se les regaló la nueva camiseta de la senyera en presencia de Piatti, que se cambió el traje de bonito por el de trabajo y volvió a salir para regalar balones. Pero a partir de ahora le toca repartir alegrías.
El Valencia propició la salida de Joaquín
Lo que en un principio dio la impresión de ser una despedida forzada por el jugador, resultó ser, en realidad, el final de una estrategia bien diseñada por el club, han confirmado distintas fuentes. Para contratar a Piatti era imprescindible que antes saliera Joaquín, con quien Emery no contaba aunque se había cuidado de no manifestarlo en público para no afectar a su precio en el mercado. El entrenador, en realidad a quien quería tener en la plantilla era a Piatti. Todo se aceleró cuando el Málaga aceptó subir la puja y financiar así parte del fichaje del argentino del Almería. El Valencia se desprendió por 4,5 millones de Joaquín y se ahorró una ficha de más de tres millones de euros, justo lo que ha acabado costando Piatti. "Después de la marcha de Joaquín se habló bastante y en el momento en que me comentaron la posibilidad del Valencia no me lo pensé", reconoció ayer el nuevo jugador del Valencia.
http://www.levante-emv.com/deportes/2011/07/09/piatti-conquista-valencianismo-puig/822888.html
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