Emery avisó que, esta temporada, no iba a permitir ningún acto de indisciplina. Y, como quien evita la tentación evita el peligro, empieza a atar en corto al grupo. Los jugadores, como si de la noche previa a un partido se tratara, se concentraron tras el entrenamiento vespertino en un hotel cercano a la Ciudad Deportiva. Hubo, utilizando términos militares, toque a retreta. Los futbolistas cenaron todos juntos, durmieron en habitaciones dobles y, está previsto que hoy tras desayunar, vuelvan a ejercitarse. La noche, en este caso, la pasaran en sus casas. Como la del jueves. El miércoles y el viernes, la plantilla volverá a cenar, dormir y desayunar junta —decisión que no ha gustado a los jugadores—. Y es que, Emery pretende rentabilizar al máximo la pretemporada y exprimir el esfuerzo que se haga en los entrenamientos. El domingo el equipo partirá rumbo a Austria dónde se realizará el tramo más exigente de la pretemporada.
Emery, que se siente fuerte tras comprobar cómo el club lo ha respaldado y se ha deshecho de los jugadores con los que él no contaba, también ha decidido cerrar las puertas de los entrenamientos a la prensa. Como hace el Real Madrid o el Barcelona, sólo se permitirá el acceso a los primeros quince minutos de cada entrenamiento y el resto se realizará a puerta cerrada. El técnico pretende dar privacidad al trabajo diario y que los jugadores no se sientan observados y examinados mientras se ejercitan —y, además, distancia a los jugadores de los periodistas—. Hasta el momento, sólo se limitaba el acceso a las sesiones previas a los partidos y a algún entrenamiento puntual. Este año, sin embargo, los aficionados sólo podrán ver cómo trabajan sus ídolo en ocasiones especiales. De momento, porque las normas pueden volver a cambiar en cualquier momento. Ayer, el grupo trabajó en doble sesión. Por la mañana, el grupo combinó el trabajo en el gimnasio con ejercicios de futvoley, y por la tarde, los jugadores tuvieron su primer contacto con el balón en una sesión táctica.
Emery, que se siente fuerte tras comprobar cómo el club lo ha respaldado y se ha deshecho de los jugadores con los que él no contaba, también ha decidido cerrar las puertas de los entrenamientos a la prensa. Como hace el Real Madrid o el Barcelona, sólo se permitirá el acceso a los primeros quince minutos de cada entrenamiento y el resto se realizará a puerta cerrada. El técnico pretende dar privacidad al trabajo diario y que los jugadores no se sientan observados y examinados mientras se ejercitan —y, además, distancia a los jugadores de los periodistas—. Hasta el momento, sólo se limitaba el acceso a las sesiones previas a los partidos y a algún entrenamiento puntual. Este año, sin embargo, los aficionados sólo podrán ver cómo trabajan sus ídolo en ocasiones especiales. De momento, porque las normas pueden volver a cambiar en cualquier momento. Ayer, el grupo trabajó en doble sesión. Por la mañana, el grupo combinó el trabajo en el gimnasio con ejercicios de futvoley, y por la tarde, los jugadores tuvieron su primer contacto con el balón en una sesión táctica.
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