Poco a poco se disipan los nubarrones y vuelve el buen tiempo. En lo deportivo el Valencia está haciendo los deberes. Va cumpliendo con la difícil tarea de dar salida a los jugadores que sobran y aportar savia nueva. Ahora aterriza Piatti y eso se refleja en la sentencia de Llorente durante la presentación de Parejo. Dijo que habrá un equipo más competitivo que el de la temporada anterior.
Aparte de que el presidente del Valencia trate de enardecer a los aficionados, conviene destacar que ha descendido de la nube porque agregó que tiene confianza en repetir tercera posición y estar en la Champions.
Manolo, en ocasiones tímido a veces visceral, probablemente ha hecho caso de sus asesores, porque esa intervención resulta más razonable que la exigencia que le espetó a Unai cuando le ofreció la continuidad. Entonces no se le ocurrió otra cosa que airear que había manejado más alternativas y además puntualizó que terminar en tercera posición no sería muestra de satisfacción del consejo. Si lo de haber sondeado a otros entrenadores fue una descortesía con su técnico, la imposición de mejorar la tercera plaza, con dos mega yates por delante, sonó a bravuconada.
Pero eso ya ha pasado y el Valencia va cumpliendo la hoja de ruta. A las salidas de Fernandes, Renan, Navarro (en las próximas horas se esperan las de Chori, Sunny y Míchel), necesariamente han de acompañarle algunas más para evitar malos rollos y aligerar nóminas bajo el criterio de mejor perder que más perder.
La llegada de Piatti, como esperado jugador de banda, ilusiona. Pero deberá complementarse con un refuerzo para el centro de la defensa, otro para el lateral derecho (a no ser que Unai tenga que tragarse con patatas a Miguel, que al final va a ser eso) y un tercero para suplir a Éver en el eje del equipo. La pretemporada arranca el jueves y falta mucho por hacer. Pero camino se hace al andar. Y el Valencia, por lo que estamos viendo, no se detiene.
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