De la venta de esas acciones debe salir el dinero con el que la Fundación pagará parte de los seis millones de euros del préstamo de Bankia
VALENCIA. La Fundación Valencia CF está convencida de que hasta finales de agosto o más bien hasta principios de septiembre, no podrá vender el paquete de acciones de 2.5 millones de euros que permite la ley sin tener que pedir permiso a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Esas acciones saldrán a la venta con un público objetivo que será el pequeño accionista. Es decir, se intentará que esos 2.5 millones de euros sean vendidos a abonados que necesiten comprar acciones sueltas para poder sumar las 11 que dan derecho al descuento anual del abono, o simplemente para aficionados que quieran comprar acciones de manera sentimental. Estas acciones tendrán un precio de60.50 euros cada una y cada aficionado podrá comprar desde una y hasta un máximo de 500.
La venta de ese paquete accionarial se decidió el pasado 11 de junio en la Junta General Ordinaria que llevó a cabo la Fundación en su sede de la Avenida Suecia. Allí, los patronos asistentes aprobaron por mayoría absoluta que la venta de acciones era la manera más apropiada para recaudar los 5.6 millones de euros que deben pagar a Bankia el próximo 30 de agosto. Este pago será en concepto de uno de los plazos por el préstamo de 75 millones que la entidad bancaria les concedió en 2009 para que compraran las acciones del Valencia en la ampliación de capital.
Según explicó el presidente de la Fundación, Társilo Piles, aquel lunes 11 de junio, ese paquete de acciones de 2.5 millones de euros tratarían de sacarlo a la venta lo antes posible, asegurando además que ya se habían iniciado los trámites con Bankia para poder iniciar el proceso de venta de títulos. Esos trámites sin embargo, se están retrasando muchísimo, tanto que más de un mes después en la Fundación piensan que antes de septiembre será muy complicado poder vender acciones.
Esa lentitud del proceso se achaca desde la organización valencianista a los múltiples cambios que ha habido en los últimos tiempos en la entidad bancaria. Esto según ellos, ha provocado que los interlocutores de Bankia con los que siempre había trabajado la Fundación la venta de acciones, tanto en la ampliación de 2009, como en la venta de un paquete menor a finales de 2010, ahora no ocupen sus cargos y eso hace más lento el proceso.
Esto es otro serio contratiempo para la Fundación. De hecho, la fecha en la que deberían de hacer frente a la devolución de los 5.6 millones de euros a Bankia, más los 400.000 euros que percibe el avalista del préstamo que es el Instituto Valenciano de Finanzas, es el 30 de agosto.
La Fundación diseñó una estrategia para poder recaudar ese dinero a través de la venta de acciones. La idea es vender 2.5 millones entre el pequeño accionista y los otros 3.1 que faltarían para poder pagar al banco se tendrían que vender en paquetes que fueran como mínimo de 50.000 euros.
Esa estrategia sigue su curso y la intención de la Fundación sigue siendo vender esas acciones. Sin embargo, desde la propia organización reconocen que deberán apresurarse en el tiempo para vender a partir de septiembre y que por supuesto, tendrán que hacer uso de la ‘mora' de 3 meses que el banco les concede para poder devolver el dinero y que se alargará en el tiempo hasta el próximo 30 de noviembre. Esa será la fecha tope en la que la Fundación tendrá que hacer frente a esos 5.6 millones de euros que le debe a Bankia.
Además de esos 5.6 millones a Bankia, la Fundación debería provisionar otros 400.000 euros para pagarle a su avalista, el Instituto Valenciano de Finanzas al que a día de hoy ya le debe esa misma cantidad de los intereses correspondientes a 2011.
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