REDACCIÓN | VALENCIA..-
Más descarado y más fuerza ya no puede hacer. Guillherme Siqueira está trabajando con la camiseta del Granada pero lo hace echando miradas al retrovisor en el que tiene dibujado el escudo del Valencia. El brasileño pasó ayer el reconocimiento médico con el club andaluz pero aprovechó para hacer la labor de desgaste que se suele hacer en estos casos por parte de los protagonistas. No hay nada extraño, porque se hace constantemente, que lanzar elogios al equipo que lo pretende pero afirmar al mismo tiempo que se encuentra a gusto en su actual club.
Es la norma y Siqueira cumple con la tradición: «El Valencia es el tercer mejor equipo de España. Pregúntale a cualquier jugador si quiere ir al Valencia y casi todos te dirán que sí», afirmaba ayer.
El gran problema es que el Granada quiere hacerse fuerte y no ceder en su precio. Por eso el Valencia mantiene abiertos los frentes de Dídac y José Ángel como alternativas viables para ocupar el vacío de Jordi Alba. «Si yo pudiera ir a un equipo como el Valencia pues bien, pero te digo que soy jugador del Granada. La realidad es ésa y a ver lo que va a pasar», concluía le futbolista.
Siquiera, por cierto, recibió ayer el indulto por parte de la Federación de los tres partidos de castigo que arrastraba de la temporada pasada y podrá comenzar la Liga. La duda es si lo hará con la camiseta del Granada o la valencianista, como quiere él, el propio Valencia y quizás hasta un Quique Pina -presidente andaluz- que empezó diciendo que el lateral no se vendía y que con el paso de los días ha moldeado un poco su discurso. Aún así, su postura está tan endurecida que el Valencia ha optado por desgastarla con el paso de los días.
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