Coqueteaba ya Manuel Llorente en otoño de 2009 con la opción de apostar en el futuro por un hombre del que todo el mundo hablaba maravillas, pero cuya experiencia como primer entrenador es todavía una incógnita. Hoy, dos años y medio después de que el presidente deslizara en una entrevista en Ràdio 9 que le encantaría algún día fichar a Mauricio Pellegrino, el consejo de administración dará oficialidad a la propuesta de la secretaría técnica de contratar al argentino como entrenador del Valencia para las dos próximas temporadas.
Poco ha durado el luto por Unai. A rey muerto, rey puesto. Horas después de que Emery formalizara su despedida de Mestalla, y a falta todavía del último partido oficial por disputar, la elección de Pellegrino se ha hecho plenamente visible, desplazando por diversas razones a las otras candidaturas que el club ha manejado y que con el paso del tiempo han ido perdiendo fuerza. Se han descabalgado los Pochettino, Luis Milla, Luis García, Miroslav Djukic y Joaquín Caparrós. Llorente quería un sargento para atar en corto a un vestuario tan díscolo como éste y se trae a uno de los soldados más serios y coherentes del mejor Valencia de la historia, el de Rafa Benítez.
Mauricio Pellegrino nació en Los Leones, provincia de Córdoba (Argentina), un 5 de octubre de 1971. 29 días más mayor que su antecesor en el cargo y con un currículo plagado de títulos (nueve con el Vélez, cinco con el Valencia, uno con el Barça y uno en el Inter), llega con ventaja respecto a Unai. Conoce todo lo que el vasco tuvo que aprender en un cursillo acelerado. Sabe qué quiere Mestalla y cuál es la línea de trabajo que espera de él Llorente. Aun así, Braulio Vázquez se citó con Pellegrino el pasado martes sin que de este encuentro saliera ninguna propuesta. El coordinador de la secretaría técnica quería tener contacto directo con el argentino, como antes lo tuvo con Djukic. Era lo más parecido a una entrevista de trabajo.
Al Pellegrino entrenador le avala, sobre todo, el Pellegrino jugador. Es una apuesta de riesgo, por lo que significa traer a un técnico que no ha tomado las riendas de ningún equipo de calibre y que ha estado casi al límite de fichar por el Estudiantes de La Plata. El histórico club argentino daba por hecho que el Flaco iba a sentarse en su banquillo después de haber rechazado otras propuestas.
Verón avalaba su contratación y los argumentos que precisamente empujaron al Estudiantes a fijarse en Pellegrino guardan cierto paralelismo con las exigencias que se ha manejado en el Valencia. «Me gusta y es una persona muy seria», opinaba Verón sobre él, respaldado por Lombardi, presidente del Estudiantes: «Estudió y se formó para ser técnico. Es una persona muy seria y capacitada». Ahora el Estudiantes apunta a Martín Palermo.
Serio y para la cantera
El Estudiantes lo quería porque se encuentra en dificultades económicas, porque ha visto cómo se le reducía sensiblemente su presupuesto y porque quería sacar jugo a su cantera. Cuestiones que más o menos también pueden extrapolarse a las necesidades del Valencia, marcado últimamente por la fuga de futbolistas de peso, por la ambición de la grada y por la carencia de un título que sacie el apetito de todos, incluidos directivos.
A Djukic, con quien también se reunió Braulio Vázquez, había que ficharlo pagando como cláusula los dos años que le quedan todavía de contrato en Valladolid; a Milla, convencerle de que se despegara de la selección sub-21 y de las Olimpiadas; a Caparrós, rebajarle sus altas pretensiones económicas y frenar su ímpetu de poder, y a Luis García, negociar con el siempre difícil Ángel Torres. De todos había buenos informes redactados por la secretaría técnica. Pero siempre ha estado el nombre de Pellegrino sobre la mesa, aunque el club prefirió apartar la atención sobre él.
De hecho, horas antes de que el Valencia jugase en Málaga, el mismo Manuel Llorente relajaba el interés de los periodistas por conocer cuándo se elegiría al entrenador señalando que no había prisa alguna, que lo primero era asegurar los objetivos. Ahora, con el bronce liguero garantizado, ha habido que acelerar. No contaba Llorente con que el Estudiantes de La Plata apretase y por eso desde hace muy pocos días el consejo ya sabía que lo del argentino tomaba cuerpo. El trámite de que la propuesta de Braulio Vázquez pase por el grupo rector será esta tarde, minutos antes de anunciar la renovación de Jinko Solar como patrocinador por las dos próximas temporadas, fruto del acuerdo que avanzó hace una semana LAS PROVINCIAS.
De Pellegrino se sabe que tiene suficientes conocimientos vividos en primera persona para acertar en el manejo del vestuario. Tras dejar el fútbol como jugador del Alavés, Rafa Benítez lo reconvirtió en fiel ayudante después de que durante dos años (de 2006 a 2008) trabajara en los equipos inferiores de la cantera blanquinegra. Es ese aroma a Benítez el que envuelve y marcará a Pellegrino. Yomus, en los dos últimos partidos disputados en Mestalla, se ha encargado de corear el nombre del legendario entrenador blanquinegro como candidato al banquillo sin saber que el Valencia ya tenía el lazo puesto en el argentino. Lo de Benítez es hoy por hoy inalcanzable por su tarifa.
Un poco más caro que Unai
Económicamente, Pellegrino viene a estar en la misma escala salarial que Emery (en torno a un millón de euros), aunque parece ser que el argentino se llevará un pellizco más alto que el de Hondarribia. No vendrá solo, por supuesto. Y eso es una de las cosas que también han pesado para tomar la decisión, ya que el club considera que su equipo de trabajo da buenas garantías. Al Flaco le esperaban en el Estudiantes con Carlos Compagnucci (fue ayudante de Carlos Bianchi en Boca) como segundo y con Gabriel Macaya como preparador físico. Es posible que en ésta su tercera etapa como blanquinegro tenga más gente a su alrededor.
Emery en el Valencia contaba con Juan Carlos Carcedo de segundo. Trajo este año a Julen Masach (el otro preparador físico, Torrijos, ya estaba en la casa) y como colaboradores a Juanjo Vila y a Mikel. Ochotorena, preparador de porteros, forma parte del organigrama.
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