Algunos accionistas intentan sin éxito que la Fundación no vote y se
amparan para ello en que no ha pagado el dinero que debe El finiquito
del exvicepresidente, de 1,3 millones, desata las iras
C. V. | VALENCIA..-
Manuel Llorente trató en su discurso final de dar algo de coherencia a la junta. Recurrió al tono pausado para tratar de despejar interrogantes, para argumentar actuaciones, para intentar amortiguar las críticas recibidas y hasta para asumir también algún error como el de no haber bajado de manera más drástica el precio de los pases, algo que prometió estudiar para el año próximo. Sin la desaforada intervención de Paco Roig la asamblea también hubiera tenido su miga porque el consejo encajó demasiados goles en contra. Fueron pocas las voces que salieron a respaldar la gestión de la directiva. Entre ellas por cierto destacó la del representante de la Curva Nord.
Los temas estrellas fueron los de siempre: Fundación, el sueldo de Llorente, la venta de jugadores, la disminución de futbolistas españoles en la plantilla, la falta de ilusión entre el aficionado, la ausencia de acciones de responsabilidad contra anteriores consejos por las chapuzas económicas o de Valencia Experience (Llorente confirmó que no se hará nada al no tener seguridad jurídica de salir airosos)... Pero también algún concepto nuevo, que se ha incorporado al debate con una fuerza inusitada: la salida de Javier Gómez y su indemnización.
Y eso que en la asamblea se iba a debatir las cuentas de la temporada pasada, el presupuesto de esta (103 millones de euros), la confirmación de Sesé como consejero y la reducción de capital social a la mitad, uno de los puntos que más agitación encontró. El consejo, lógicamente, defendió su gestión bajo el argumento de la considerable reducción de la deuda, recordando la herencia de 550 millones de euros y la situación actual con 377 millones pendientes de pago.
Se demostró con lo de ayer que la Fundación tiene el mando real pero no cuenta con el respaldo moral de los accionistas. A los socios les molesta estar bajo esa «dictadura» como se llegó a escuchar, planteándose incluso -como ocurriera en la asamblea pasada- que se mantuvieran al margen de la votación, ya que no hace frente a sus compromisos económicos.
A la mayoría de los que intervinieron les sigue molestando que la Fundación imposibilite con sus votos cualquier intento de sublevación. Se escucharon muchas voces de protesta por la forma en que se ha llevado toda la negociación con Newcoval. El presidente tuvo que escuchar en diversos momentos que se le tildara de falta de transparencia. En su turno de réplica final, Llorente quiso desgranar algún detalle jugoso al respecto después de recordar que había una cláusula de confidencialidad: «Entraban 492 millones de euros en el club de los cuales 160 irían destinados a terminar el estadio y el resto a la deuda. Todos los accionistas con los que me reuní me felicitaron por la operación menos Vicente Vallés».
En su discurso, el dirigente recordó sobre el viejo Mestalla que la empresa de tasación valoraba el solar antes de la Acción Territorial Estratégica (ATE) del Consell en 150 millones de euros y ahora en 229. Y aseguró que el ATE no peligra, pues el propio Valencia ha pagado el aval de 335.000 euros necesario para certificar la operación.
En lo que a cifras se refiere, la gente preguntó hasta la saciedad cuánto cobra y por qué no se rebaja el sueldo el presidente. Si en las anteriores asambleas no soltó prenda al respecto, ayer confesó que percibe 343.000 euros y que no tiene el contrato blindado. Fue, por cierto, el dinero que se llevó en el despido Javier Gómez lo que centró bastantes comentarios. Llorente desveló que su exvicepresidente percibió 1.343.000 euros incluido salario e indemnización. Hasta tal punto se cargó contra él que Eduardo Escartín solicitó la aplicación de una «ley de memoria para borrar los tres días en que fue presidente». Llorente recordó que él no firmó ese blindaje y que, de haberlo finiquitado más tarde, el desembolso habría sido aún mayor.
Andrés Sanchis apareció en el salón de actos y sorprendió a todos cuando pidió formalmente que se votara una acción de responsabilidad contra el administrador que firmó en su día el contrato a Gómez. No quedó otro remedio que casi a la una de la madrugada que poner en marcha de nuevo las urnas. Lo curioso es que a esas horas ni el mismo Sanchis permanecía en la sala. Quizás se temía el abusivo resultado: sólo un 0,04 % del accionariado presente respaldó la iniciativa.
Ríos Capapé insistió en que el consejo erró en el balance porque no recoge adecuadamente los 19 millones que el Valencia aún debe al Ayuntamiento por el solar del nuevo Mestalla. Llorente le recordó que no consta el pasivo porque tampoco figura el activo. Al final, una perla. El presidente recordó que mejor habría sido que sus antecesores cobraran más que él a cambio de no haber arruinado el club.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-11-10/clamor-contra-javier-gmez-20121110.html
C. V. | VALENCIA..-
Manuel Llorente trató en su discurso final de dar algo de coherencia a la junta. Recurrió al tono pausado para tratar de despejar interrogantes, para argumentar actuaciones, para intentar amortiguar las críticas recibidas y hasta para asumir también algún error como el de no haber bajado de manera más drástica el precio de los pases, algo que prometió estudiar para el año próximo. Sin la desaforada intervención de Paco Roig la asamblea también hubiera tenido su miga porque el consejo encajó demasiados goles en contra. Fueron pocas las voces que salieron a respaldar la gestión de la directiva. Entre ellas por cierto destacó la del representante de la Curva Nord.
Los temas estrellas fueron los de siempre: Fundación, el sueldo de Llorente, la venta de jugadores, la disminución de futbolistas españoles en la plantilla, la falta de ilusión entre el aficionado, la ausencia de acciones de responsabilidad contra anteriores consejos por las chapuzas económicas o de Valencia Experience (Llorente confirmó que no se hará nada al no tener seguridad jurídica de salir airosos)... Pero también algún concepto nuevo, que se ha incorporado al debate con una fuerza inusitada: la salida de Javier Gómez y su indemnización.
Y eso que en la asamblea se iba a debatir las cuentas de la temporada pasada, el presupuesto de esta (103 millones de euros), la confirmación de Sesé como consejero y la reducción de capital social a la mitad, uno de los puntos que más agitación encontró. El consejo, lógicamente, defendió su gestión bajo el argumento de la considerable reducción de la deuda, recordando la herencia de 550 millones de euros y la situación actual con 377 millones pendientes de pago.
Se demostró con lo de ayer que la Fundación tiene el mando real pero no cuenta con el respaldo moral de los accionistas. A los socios les molesta estar bajo esa «dictadura» como se llegó a escuchar, planteándose incluso -como ocurriera en la asamblea pasada- que se mantuvieran al margen de la votación, ya que no hace frente a sus compromisos económicos.
A la mayoría de los que intervinieron les sigue molestando que la Fundación imposibilite con sus votos cualquier intento de sublevación. Se escucharon muchas voces de protesta por la forma en que se ha llevado toda la negociación con Newcoval. El presidente tuvo que escuchar en diversos momentos que se le tildara de falta de transparencia. En su turno de réplica final, Llorente quiso desgranar algún detalle jugoso al respecto después de recordar que había una cláusula de confidencialidad: «Entraban 492 millones de euros en el club de los cuales 160 irían destinados a terminar el estadio y el resto a la deuda. Todos los accionistas con los que me reuní me felicitaron por la operación menos Vicente Vallés».
En su discurso, el dirigente recordó sobre el viejo Mestalla que la empresa de tasación valoraba el solar antes de la Acción Territorial Estratégica (ATE) del Consell en 150 millones de euros y ahora en 229. Y aseguró que el ATE no peligra, pues el propio Valencia ha pagado el aval de 335.000 euros necesario para certificar la operación.
En lo que a cifras se refiere, la gente preguntó hasta la saciedad cuánto cobra y por qué no se rebaja el sueldo el presidente. Si en las anteriores asambleas no soltó prenda al respecto, ayer confesó que percibe 343.000 euros y que no tiene el contrato blindado. Fue, por cierto, el dinero que se llevó en el despido Javier Gómez lo que centró bastantes comentarios. Llorente desveló que su exvicepresidente percibió 1.343.000 euros incluido salario e indemnización. Hasta tal punto se cargó contra él que Eduardo Escartín solicitó la aplicación de una «ley de memoria para borrar los tres días en que fue presidente». Llorente recordó que él no firmó ese blindaje y que, de haberlo finiquitado más tarde, el desembolso habría sido aún mayor.
Andrés Sanchis apareció en el salón de actos y sorprendió a todos cuando pidió formalmente que se votara una acción de responsabilidad contra el administrador que firmó en su día el contrato a Gómez. No quedó otro remedio que casi a la una de la madrugada que poner en marcha de nuevo las urnas. Lo curioso es que a esas horas ni el mismo Sanchis permanecía en la sala. Quizás se temía el abusivo resultado: sólo un 0,04 % del accionariado presente respaldó la iniciativa.
Ríos Capapé insistió en que el consejo erró en el balance porque no recoge adecuadamente los 19 millones que el Valencia aún debe al Ayuntamiento por el solar del nuevo Mestalla. Llorente le recordó que no consta el pasivo porque tampoco figura el activo. Al final, una perla. El presidente recordó que mejor habría sido que sus antecesores cobraran más que él a cambio de no haber arruinado el club.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-11-10/clamor-contra-javier-gmez-20121110.html
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