La sanción al argentino evita la foto morbosa en este duelo matinal
frente a quien pudo ser técnico del Valencia
JUAN CARLOS VALLDECABRES ENVIADO ESPECIAL A VALLADOLID | .-
Atraviesa la sala de llegadas del pequeño aeropuerto de Valladolid con su zancada amplia de jugador de baloncesto pero con cadencia calmada. Pocos se le cruzan en el camino. Apenas hay una decena de aficionados a la caza del autógrafo. Mauricio Pellegrino discurre ajeno al bullicio que sí provocan sus pupilos. Al fin y al cabo, él no sale ovacionado de los campos aunque sí pasa exámenes prácticamente cada semana. Y el de hoy tiene su miga.
No porque el partido de esta dichosa mañana (las dos citas anteriores matinales acabaron con derrota: en Palma y en Orriols) deje en el aire un sí o un no al entrenador, ni tampoco por el desbordante potencial del equipo rival, ni tampoco por su atípica situación de estar condenado a la grada (cumplirá el primero de los dos partidos de castigo)... sino porque en el banquillo local tendrá de examinador a un tipo que además de excompañero 'luchó' desde la distancia por ocupar esta mañana precisamente el lado contrario de la batalla.
Hoy, Djukic contra Pellegrino. Serbio contra argentino. Exlíbero -cuando esa figura futbolística todavía palpitaba- contra excentral zurdo. Entrenador uno del Valladolid y otro del Valencia que, entre otras cosas en común, comparten la duración de sus respectivos contratos: junio de la temporada que viene. Eso sí, no habrá momento para la foto más esperada, la del saludo cordial entre ambos a pie de campo. Qué lástima. El abrazo entre ambos se producirá en el corazón de Zorrilla.
A Pellegrino le tocará vivir su primer partido como entrenador profesional sentado en el palco o en una cabina en compañía además de su segundo. Vía telefónica puede estar conectado con el banquillo. Al joven Javier Tamarit (30 años), un cualificado preparador físico valenciano que ya posee el título de nivel 3 (el máximo) le tocará vivir su papel de director de orquesta ficticio.
De viva voz repasaba ayer Pellegrino los años que ambos compartieron sacrificios en una de las etapas más vivas y satisfactorias del valencianismo. "A ver... 1999, 2000, 2001... fueron cinco años los que estuvimos juntos. Luego vino gente joven como Marchena. Él se marchó después al Tenerife". Le dio tiempo a Djukic a enganchar hasta tres títulos con el Valencia (Copa, Supercopa y Liga). El serbio se ha posado con fuerza en el Valladolid, hasta el punto de que nadie discute sus conocimientos. Ha devuelto al equipo de Pucela a Primera después de desarrollar el mejor fútbol de Segunda. Su Valladolid jugó igual de bien que el Celta de Paco Herrera y seguramente mejor que el Deportivo de Oltra (los tres que ascendieron).
Hasta tal punto fue acertada su labor que no pasó desapercibido su trabajo en el Valencia. Con Unai interpretando ya sus últimas partituras la temporada pasada para el club de Mestalla, el departamento técnico valencianista se puso a buscar un sustituto. Y, aunque siempre Pochettino -técnico del Espanyol- fue el que hombre por quien suspiró en gran medida Braulio Vázquez, cuando esta opción se fue descolocando, surgió el nombre de Miroslav Djukic (Sábac, 19-2-1966).
Joaquín Caparrós, Luis García y hasta Villas Boas se convirtieron cada uno en su momento en los otros candidatos; pero Djukic llegó al esprint final en una posición inmejorable. ¿Qué pasó para que al final no fichara? Eso es algo que Braulio Vázquez guarda con celo; aunque de sobra es conocido que a Llorente siempre le gustó nombrar al que fuera segundo de Rafa Benítez como el perfil idóneo.
Algo menos de un millón
Nunca se llegó a reunir Braulio Vázquez con Djukic. Pero el Valencia sabía que liberar a Djukic de los dos años que le quedaban entonces de contrato en Valladolid podía suponer un desembolso en concepto de indemnización de entre medio y un millón de euros. El destino quiso que la herencia de Emery recayera en Mauricio Pellegrino (Leones, 5-10-1971) y ese mismo destino ha provocado que a la undécima jornada llegara este partido con trampa. Y, por las circunstancias, ambos llegan empatados a puntos y sólo la diferencia de goles a favor permite a los pucelanos situarse una plaza por delante.
El presente está claro pero desde el club de Mestalla se sabe que el futuro puede caer del lado de Djukic. El serbio, después de trece años de futbolista en la liga española seis de los cuales como valencianista (los mismos que Pellegrino), no oculta su deseo de dirigir algún día al equipo blanquinegro. Incluso se pensó en él en anterior época para el Mestalla.
Ayer, cuando a Pellegrino se le preguntó en la rueda de prensa por ese cara a cara con Djukic, el argentino prefirió no alimentar con excesiva verborrea esta coincidencia. Apenas habló unos segundos del serbio, aunque sí admitió lo bien que juega su equipo. Se puede decir que Djukic ha encontrado este año su madurez como entrenador. Después de debutar con la selección serbia sub-21, pasar por el Partizán, por dirigir el combinado absoluto de su país, por experimentar con el Mouscron y por pelear por el ascenso con el Hércules, en el Valladolid ha impuesto un estilo correcto de juego. Lo mejor de este Valladolid es su fidelidad a una idea y su automatización de movimientos.
Quizás nada que ver con este Valencia que funciona a veces con demasiados impulsos pero que a fuerza de voluntad está enderezando su ritmo de competición. Pellegrino llega a este atípico examen habiendo mejorado sensiblemente el defectuoso inicio liguero. Si en los seis primeros partidos cosechó tres derrotas, dos empates y una victoria; en los siguientes nueve encuentros ha logrado casi el pleno: siete triunfos y dos derrotas.
El Valencia llega hoy a Pucela con una lista de 19 en la que está incluido Bernat después de tres citas quedándose en el olvido. Barragán, Jonathan Viera, Albelda y Tino Costa en la mediapunta (trivote) pueden ser las novedades.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-11-11/djukic-examina-pellegrino-20121111.html
JUAN CARLOS VALLDECABRES ENVIADO ESPECIAL A VALLADOLID | .-
Atraviesa la sala de llegadas del pequeño aeropuerto de Valladolid con su zancada amplia de jugador de baloncesto pero con cadencia calmada. Pocos se le cruzan en el camino. Apenas hay una decena de aficionados a la caza del autógrafo. Mauricio Pellegrino discurre ajeno al bullicio que sí provocan sus pupilos. Al fin y al cabo, él no sale ovacionado de los campos aunque sí pasa exámenes prácticamente cada semana. Y el de hoy tiene su miga.
No porque el partido de esta dichosa mañana (las dos citas anteriores matinales acabaron con derrota: en Palma y en Orriols) deje en el aire un sí o un no al entrenador, ni tampoco por el desbordante potencial del equipo rival, ni tampoco por su atípica situación de estar condenado a la grada (cumplirá el primero de los dos partidos de castigo)... sino porque en el banquillo local tendrá de examinador a un tipo que además de excompañero 'luchó' desde la distancia por ocupar esta mañana precisamente el lado contrario de la batalla.
Hoy, Djukic contra Pellegrino. Serbio contra argentino. Exlíbero -cuando esa figura futbolística todavía palpitaba- contra excentral zurdo. Entrenador uno del Valladolid y otro del Valencia que, entre otras cosas en común, comparten la duración de sus respectivos contratos: junio de la temporada que viene. Eso sí, no habrá momento para la foto más esperada, la del saludo cordial entre ambos a pie de campo. Qué lástima. El abrazo entre ambos se producirá en el corazón de Zorrilla.
A Pellegrino le tocará vivir su primer partido como entrenador profesional sentado en el palco o en una cabina en compañía además de su segundo. Vía telefónica puede estar conectado con el banquillo. Al joven Javier Tamarit (30 años), un cualificado preparador físico valenciano que ya posee el título de nivel 3 (el máximo) le tocará vivir su papel de director de orquesta ficticio.
De viva voz repasaba ayer Pellegrino los años que ambos compartieron sacrificios en una de las etapas más vivas y satisfactorias del valencianismo. "A ver... 1999, 2000, 2001... fueron cinco años los que estuvimos juntos. Luego vino gente joven como Marchena. Él se marchó después al Tenerife". Le dio tiempo a Djukic a enganchar hasta tres títulos con el Valencia (Copa, Supercopa y Liga). El serbio se ha posado con fuerza en el Valladolid, hasta el punto de que nadie discute sus conocimientos. Ha devuelto al equipo de Pucela a Primera después de desarrollar el mejor fútbol de Segunda. Su Valladolid jugó igual de bien que el Celta de Paco Herrera y seguramente mejor que el Deportivo de Oltra (los tres que ascendieron).
Hasta tal punto fue acertada su labor que no pasó desapercibido su trabajo en el Valencia. Con Unai interpretando ya sus últimas partituras la temporada pasada para el club de Mestalla, el departamento técnico valencianista se puso a buscar un sustituto. Y, aunque siempre Pochettino -técnico del Espanyol- fue el que hombre por quien suspiró en gran medida Braulio Vázquez, cuando esta opción se fue descolocando, surgió el nombre de Miroslav Djukic (Sábac, 19-2-1966).
Joaquín Caparrós, Luis García y hasta Villas Boas se convirtieron cada uno en su momento en los otros candidatos; pero Djukic llegó al esprint final en una posición inmejorable. ¿Qué pasó para que al final no fichara? Eso es algo que Braulio Vázquez guarda con celo; aunque de sobra es conocido que a Llorente siempre le gustó nombrar al que fuera segundo de Rafa Benítez como el perfil idóneo.
Algo menos de un millón
Nunca se llegó a reunir Braulio Vázquez con Djukic. Pero el Valencia sabía que liberar a Djukic de los dos años que le quedaban entonces de contrato en Valladolid podía suponer un desembolso en concepto de indemnización de entre medio y un millón de euros. El destino quiso que la herencia de Emery recayera en Mauricio Pellegrino (Leones, 5-10-1971) y ese mismo destino ha provocado que a la undécima jornada llegara este partido con trampa. Y, por las circunstancias, ambos llegan empatados a puntos y sólo la diferencia de goles a favor permite a los pucelanos situarse una plaza por delante.
El presente está claro pero desde el club de Mestalla se sabe que el futuro puede caer del lado de Djukic. El serbio, después de trece años de futbolista en la liga española seis de los cuales como valencianista (los mismos que Pellegrino), no oculta su deseo de dirigir algún día al equipo blanquinegro. Incluso se pensó en él en anterior época para el Mestalla.
Ayer, cuando a Pellegrino se le preguntó en la rueda de prensa por ese cara a cara con Djukic, el argentino prefirió no alimentar con excesiva verborrea esta coincidencia. Apenas habló unos segundos del serbio, aunque sí admitió lo bien que juega su equipo. Se puede decir que Djukic ha encontrado este año su madurez como entrenador. Después de debutar con la selección serbia sub-21, pasar por el Partizán, por dirigir el combinado absoluto de su país, por experimentar con el Mouscron y por pelear por el ascenso con el Hércules, en el Valladolid ha impuesto un estilo correcto de juego. Lo mejor de este Valladolid es su fidelidad a una idea y su automatización de movimientos.
Quizás nada que ver con este Valencia que funciona a veces con demasiados impulsos pero que a fuerza de voluntad está enderezando su ritmo de competición. Pellegrino llega a este atípico examen habiendo mejorado sensiblemente el defectuoso inicio liguero. Si en los seis primeros partidos cosechó tres derrotas, dos empates y una victoria; en los siguientes nueve encuentros ha logrado casi el pleno: siete triunfos y dos derrotas.
El Valencia llega hoy a Pucela con una lista de 19 en la que está incluido Bernat después de tres citas quedándose en el olvido. Barragán, Jonathan Viera, Albelda y Tino Costa en la mediapunta (trivote) pueden ser las novedades.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-11-11/djukic-examina-pellegrino-20121111.html
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