El AZ Alkmaar ya es historia. El Valencia dio buena cuenta el pasado jueves de otro rival holandés, al que se impuso en el partido de vuelta por un contundente 4-0 con un Rami estelar, autor de los dos primeros tantos, con los que abrió las puertas de las semifinales. El equipo de Unai Emery sí que se mostró como tal en esta ocasión, a pesar de la falta de un futbolista organizador en el centro del campo y de que Roberto Soldado no acudiera a su cita con el gol. Los sirvió. Sin embargo, funcionó la estrategia, el laboratorio de Paterna, tarea en la que los valencianistas estuvieron muy acertados. Si a ello se une la debilidad del conjunto rival, se entiende la goleada obtenida que incluso pudo ser mayor, pues pasta hubo para ello.
El entrenador del Valencia, Unai Emery, mostró su satisfacción en su página oficial. «Ha sido una noche importante y sobre todo muy bonita porque entre todos los que estábamos en Mestalla, desde la afición hasta los jugadores, hemos conseguido ganar, pasar a las semifinales y disfrutar con un partido muy completo sintiéndonos cómodos en nuestro estadio».
Por lo que se refiere a la actuación de los suyos ante el AZ Alkmaar, Emery indicó que el partido fue completo debido a la constancia del equipo: «Tuvo llegada al área rival y la eficacia que otras veces no hemos tenido. Después, en defensa, les hemos sujetado bien, mejor que en la ida, y esa seguridad atrás nos ha ayudado en ataque».
La próxima cita en la competición continental serán las semifinales. El rival, el Atlético de Madrid, verdugo del Hannover 96, emparejamiento que ha puesto en alerta al valencianismo en general. Todavía permanece fresco en la memoria el desenlace de los cuartos de final de la Europa League que ambos disputaron en 2010, en la cual un árbitro alemán, Florian Meyer, se encargó de sellar el pasaporte de los rojiblancos a la semifinal.
Un agarrón descarado y prolongado al entonces valencianista Nikola Zigic, impidiéndole rematar, no fue señalado por el mencionado árbitro. El claro penalti, a escasos cuatro minutos para el final del encuentro, hubiera ofrecido al Valencia la oportunidad de eliminar al cuadro dirigido entonces por Quique Sánchez Flores. Al final, igualada sin goles, el serbio con un 'siete' espectacular en su camiseta, producto del agarrón y el equipo valenciano eliminado por el valor doble de los goles conseguidos a domicilio, ya que en la ida hubo empate a dos en Mestalla.
«Le tenían que haber roto la pierna a Zigic para que hubiera pitado penalti», manifestó el presidente valencianista, Manuel Llorente, al término del partido contra el AZ Alkmaar, cuando ya era un hecho el emparejamiento con el Atlético para las semifinales de la temporada actual.
Algunos de los jugadores del Valencia que participaron en aquella cita también han aludido en las últimas horas a lo que pasó en el Vicente Calderón. Pablo Hernández reconoció que lo tenía olvidado, pero al tener que repetirse la eliminatoria, ahora en semifinales, lo ha hecho recordar. «Espero que no se repita», aseguró.
Jordi Alba, que también fue protagonista hace dos años, señaló que no se lo toma ahora como una revancha. «Lo que queremos es pasar, llegar a la final, tratar de ganarla y, en la Liga, conseguir mantener la tercera posición hasta el final».
Unai Emery tampoco ha olvidado aquella afrenta. «Ahora la ilusión es mayor porque vemos un poco más cerca la final de Bucarest y, por supuesto, vamos a hacer un último gran esfuerzo contra el Atlético para estar el próximo 9 de mayo allí. Será una eliminatoria muy dura, igualada, exigente, pero iremos a por todas sabiendo que enfrente estará un rival al que le tenemos ganas por cómo nos eliminaron hace dos temporadas, sin olvidar que la vuelta la disputaremos en casa».
Madrid es la próxima estación. El destino de un Valencia que, a la largo de su trayectoria europea, ha salvado las siete semifinales que ha tenido que disputar, bien de la Copa de Ferias, Copa de la UEFA o Champions. Tres en la década de los sesenta; otra en 1980, en la desaparecida Recopa; las dos del inicio del siglo XXI y la de 2004. En todas ellas, el equipo blanquinegro alcanzó la final, con suerte diferente en la cita decisiva.
Caprichos del destino, el futuro del Valencia a corto plazo pasa por Madrid. En la competición continental con el Atlético como último obstáculo para estar en la ansiada final y, en la Liga, con la inmediata visita al Bernabéu, donde le aguarda un Real Madrid que no se puede permitir fallar, en su intento por destronar al Barcelona. Los de Emery tampoco quieren tropezar por el peligro que supondría de cara a mantener la tercera posición y, con ella, asegurarse el acceso directo a la Champions. En esta lucha, el equipo afronta una semana decisiva, al disputar tres jornadas en ocho días.
De momento, Unai recupera efectivos. Primero Canales y ahora Miguel, aunque el portugués no parecía ayer muy contento. Al preguntarle cuándo cree que volverá al equipo se limitó a remitirnos a Emery. «Preguntadle al entrenador». Él considera que está listo.
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