La derrota del Calderón ha distanciado más que nunca a Emery del Valencia. Tanto que ahora mismo se trata de una relación insalvable, rota. Tanto los jugadores como los directivos dan por hecho que el vasco no seguirá la próxima temporada. Pero es que hasta el propio entrenador se lo anunció ayer a la plantilla.
Los constantes traspiés del equipo, la irregularidad que demuestra y la ausencia de un patrón definido de juego hacen que nadie en la entidad confíe ya en el técnico. Los cambios bruscos de imagen de un partido al siguiente y la forma con la que se pierden algunos encuentros, como los dos últimos ante Espanyol y Atlético, donde el rival les pasó por encima por la falta de intensidad y de actitud de los futbolistas, han provocado una situación de no retorno con Emery.
Tanto es así que en la directiva valencianista ya no se descarta que si hay otro tropiezo sonado pueda ser destituido. Es decir, que si el Valencia cae de forma estruendosa ante el Betis mañana y Mestalla saca los pañuelos podría precipitar el fin de la era Emery. Y lo mismo el próximo jueves en la vuelta de las semifinales de la Europa League. A partir de ahora, en cada partido el equipo se la juega, y con él su entrenador.
La versión oficial del club, mientras tanto, es idéntica a la de antes de los partidos ante el AZ y el Bernabéu, cuando el crédito de Emery también estaba bajo mínimos. Se transmite un mensaje de tranquilidad al trabajo de un técnico que ha metido al equipo en dos semifinales y lo ha colocado tercero en la Liga. Lo que tienen claro en el palco de Mestalla es que tras cuatro años se ha acabado un ciclo. En opinión de algunos consejeros, aunque por objetivos el entrenador esté cumpliendo, en cuanto a sensaciones la situación es bastante peor que la temporada pasada.
Por eso el propio Unai tiene claro que no seguirá el 1 de julio. «Espero que consigamos un título y nos metamos en la Champions, aunque la próxima temporada yo no estaré aquí», dijo el técnico vasco ayer en la charla con la plantilla antes del entrenamiento, según informó la Cope. Es decir, que no renovará su contrato tal y como hizo el año pasado y el anterior.
Así se lo comunicó al vestuario durante una maratoniana charla previa al entrenamiento de ayer. Durante más de hora y media, el técnico y su plantilla analizaron los errores del Calderón. Parece por tanto claro que ni el club la va a poner encima de la mesa la posibilidad de renovar y probablemente él tampoco aceptase esa oferta. Al vasco no le faltan novias. El Olympiacos sigue insistiendo en hacerse con sus servicios este verano.
Ayer el presidente del club griego se reunió con Valverde, técnico del conjunto heleno y que ya ha hecho oficial que no continuará, para preguntarle expresamente por Emery. Es la primera opción para sustituir al extécnico del Villarreal. Y para Valverde, la del vasco sería la opción ideal. A principios de junio el Olympiacos quiere presentar ya a su próximo entrenador, y por eso va continuar apretando.
También la Real Sociedad se ha interesado por Unai, quien a su vez está pendiente de si le surge una oportunidad en Italia o Inglaterra, ligas que siempre le han atraído para dirigir a un equipo.
Y es que a pesar de estar tercero y con la posibilidad de llegar a la final de la Europa League, Emery no ha conseguido ni identificarse con la grada ni que su equipo lo consiga. Tras una mala segunda vuelta, en Mestalla se han visto varias veces evidentes muestras de desaprobación de los aficionados. Ayer en Paterna hubo otro episodio.
Un pequeño grupo de hinchas colocó en torno a las 10 de la mañana una pancarta que decía: «Representáis nuestros sueños, mercenarios». El cartel estaba situado en la zona de acceso a la ciudad deportiva, de forma que los jugadores lo pudieran ver cuando llegaran minutos después con sus vehículos para entrenar. Los seguidores que la hicieron se marcharon antes de que comenzase la sesión de trabajo, y la pancarta permaneció allí hasta que, cerca de las 15 horas, un empleado del club la retiró.
Antes, alrededor de una decena de valencianistas esperaban a los jugadores a la salida de Paterna. Lo que normalmente son fotos y autógrafos esta vez se vio acompañado de algún grito alusivo a la falta de intensidad mostrada el jueves. «Hay que correr más», le espetaron a varios jugadores como Soldado, Tino Costa o Topal, mientras que a Víctor Ruiz le preguntaron si había ido a cenar después con Adrián, delantero del Atlético. Curiosamente, las frases se oían después de hacerse la foto de rigor y cuando el coche del jugador ya arrancaba de nuevo para marcharse.
Parejo dijo ayer que entendía el enfado: «La afición manifiesta lo que siente, hay que aceptar las críticas, las buenas y las malas, ojalá el domingo podamos ganar al Betis y darle una alegría a la gente. Jugamos en casa y vamos a tratar de cambiar esta situación. Necesitamos el apoyo de la afición, que al final suma y nos ayuda».
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