J. V. Aleixandre
Desde hoy y hasta el domingo, semana grande de fútbol, con partidos que van a determinar el sentido final de la temporada. Para empezar, semifinales de la Liga de Campeones. Esta misma noche, el Madrid se ve las caras con una de sus bestias negras en Europa: el Bayern de Múnich, un cuadro que casi siempre le ha sacado de quicio. A su leyenda de equipo referente del indomable fútbol alemán, dotado siempre de futbolistas de alto nivel, desde los tiempos del mítico Franz Beckenbauer hasta hoy que lo lidera esa especie de pirata de los mares que es Ribery, se añade esta vez un plus de motivación: la gran final de la Champions se va a disputar en su majestuoso estadio muniqués y la cita se le presenta ineludible. Será como un choque en pleno océano entre transatlánticos equipados con material de última generación. Para quienes contemplan el fútbol como un deporte más atlético que estético, el partido les ofrece un amplio muestrario de músculos potentes y afilados, con jugadores de fortaleza física exuberante y dotados de recursos futbolísticos de primer nivel. Sin pronóstico claro.
Los que acostumbran a ligar el fútbol al arte más que a la fuerza, mañana tienen un menú exquisito con el envite entre el siempre refinado Chelsea de Mata y el glamuroso Barça de Messi. Una semifinal apasionante aunque de tintes más definidos si nos atenemos a la trayectoria de ambos equipos en la temporada: muy irregular la de los ingleses, casi impecable la de los catalanes. Imprescindible, que decía la Turia en sus buenos tiempos.
Para el jueves se anuncia otra doble confrontación. Por un lado, el equipo de moda en Europa, el Athletic, frente al Sporting de Portugal, con claro color vasco. Y en el Manzanares, ¡tachín-tachán!, tendremos la oportunidad de comprobar si en Cornellà, el Valencia perdió de manera circunstancial o, por el contrario, se reencontró definitivamente consigo mismo. Máximo interés. Para el fin de semana se anuncia una nueva edición del partido del siglo, o sea otro Barça-Madrid, nada menos. Más emociones, imposible. No se quejen.
Los que acostumbran a ligar el fútbol al arte más que a la fuerza, mañana tienen un menú exquisito con el envite entre el siempre refinado Chelsea de Mata y el glamuroso Barça de Messi. Una semifinal apasionante aunque de tintes más definidos si nos atenemos a la trayectoria de ambos equipos en la temporada: muy irregular la de los ingleses, casi impecable la de los catalanes. Imprescindible, que decía la Turia en sus buenos tiempos.
Para el jueves se anuncia otra doble confrontación. Por un lado, el equipo de moda en Europa, el Athletic, frente al Sporting de Portugal, con claro color vasco. Y en el Manzanares, ¡tachín-tachán!, tendremos la oportunidad de comprobar si en Cornellà, el Valencia perdió de manera circunstancial o, por el contrario, se reencontró definitivamente consigo mismo. Máximo interés. Para el fin de semana se anuncia una nueva edición del partido del siglo, o sea otro Barça-Madrid, nada menos. Más emociones, imposible. No se quejen.
http://www.levante-emv.com/deportes/2012/04/17/semana-enorme/897814.html
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