El técnico valencianista manda un mensaje claro a su plantilla: «Hay que dejar a un lado lo individual y pensar en el escudo que llevamos» Pellegrino y Simeone coincidieron hace 25 años en las filas de Vélez
JUAN CARLOS VILLENA | VALENCIA..-
En el verano de 1987 un espigado Mauricio Pellegrino llegaba a Buenos Aires para pasar una prueba, a sus quince años, con Vélez Sarsfield. En aquellos días no podía imaginar que 25 años después iba a sentarse en un banquillo de un equipo español... y que su oponente en uno de esos partidos iba a ser Diego Pablo Simeone, aquel futbolista que ese mismo verano subía del juvenil al primer equipo de Vélez, donde debutó el 13 de septiembre en la derrota 2-1 frente a Gimnasia La Plata. La oportunidad para el Flaco llegó más tarde... y por entonces el Cholo ya había emigrado a Europa seducido por las liras del Calcio. Hoy, Mauricio y Diego vuelven a cruzar sus caminos con Carlos Companucci de testigo. Ese chaval de 19 años que en aquellos meses del 87 compartía sueños de gloria con ellos en el barrio de Liniers de la capital bonaerense.
Como en aquella ocasión Simeone llega más 'cuajado' que Pellegrino, ya que afronta en el Atlético de Madrid su séptimo proyecto como técnico, desde que comenzara su andadura en los banquillos en el Racing de Avellaneda en el año 2006. Pero la experiencia le dice a Mauricio que el deporte es una carrera de fondo. El pase al fútbol europeo impidió a Diego saborear una de las épocas más gloriosas de Vélez, con los títulos del Apertura en el 95, el Clausura en el 93, 96 y 98 y la Libertadores y la Intercontinental en el 94. Un baño de gloria que sí que se dio el Flaco con Companucci.
Esa dosis de paciencia es la que está trasladando el Pellegrino jugador al Mauricio entrenador. Porque, además, fue protagonista directo de una de las grandes remontadas ligueras en la historia del Valencia. El conjunto valencianista no comenzaba con un tamiz tan gris una temporada, hoy afronta la décima jornada con 11 puntos, desde la temporada 1999-2000. En aquel curso el conjunto de Cúper ocupaba la decimocuarta plaza de la tabla con diez puntos, a cinco del descenso y a siete de la zona Champions. Con mucho esfuerzo el Valencia logró afrontar el final de temporada con opciones de entrar en la Liga de Campeones. En la última jornada recibía en Mestalla, el 19 de mayo, al Real Zaragoza, su gran rival por la tercera plaza. Un gol de Milosevic a los cinco minutos hizo temer lo peor a la afición valencianista... pero Pellegrino empató el encuentro en el 59, once minutos antes de que Claudio López llevara el éxtasis a las gradas con el tanto del triunfo. El listón de la exigencia del club ha subido mucho en las últimas temporadas, aquella tarde se celebró por todo lo alto la consecución de ese tercer puesto. Aunque la alegría duró muy poco ya que cinco días después el equipo perdía la final de la Champions en París.
Pellegrino, fiel a su discurso, dejó claro ayer que hoy en Mestalla no se juega un partido definitivo: «Estamos en la décima jornada y queda mucha tela que cortar, hay que esperar para valorar el rendimiento. Al final uno siempre termina donde se merece». Para el de Leones la receta para ganar al Atlético es muy 'sencilla': «Tenemos que jugar mejor que ellos, pelear mas que ellos y correr más que ellos. Y todo esto coordinado porque hay que tener eficacia y jugar bien. Jugar al fútbol es algo más que esforzarse». Mauricio lanzó un par de avisos a sus jugadores. El primero al colectivo «porque todos somos egoístas, y también pasa en los trabajos en equipo y en cualquier empresa. Hay que lograr que el beneficio personal y el colectivo se cojan de la mano. Hay que dejar a un lado lo individual y pensar en el escudo que llevamos». Y el segundo a sus porteros: «Sé que no es la situación idónea para ellos, pero tienen que convivir con ella».
Su rival, Simeone, tampoco llega confiado a Valencia «porque nos vamos a enfrentar a un gran rival, necesitado y con obligaciones, por historia, por cómo ha trabajado los últimos años, por el entrenador que tiene y por la capacidad de sus jugadores». El Cholo elogió a su antiguo compañero de vestuario, «Pellegrino está trabajando con mucho entusiasmo, es un chico muy inteligente y seguramente logrará con el equipo que tiene en Valencia hacer una gran temporada» antes de reconocer que, ahora, todos los rivales vuelven a mirar al Atlético como un aspirante a lo máximo: «Cuando uno va creciendo las expectativas van cambiando para los rivales. Hoy nos miran de una manera diferente». El Flaco y el Cholo vuelven a encontrarse 25 años después. Toda una vida.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-11-03/reencuentro-amigos-aada-20121103.html
JUAN CARLOS VILLENA | VALENCIA..-
En el verano de 1987 un espigado Mauricio Pellegrino llegaba a Buenos Aires para pasar una prueba, a sus quince años, con Vélez Sarsfield. En aquellos días no podía imaginar que 25 años después iba a sentarse en un banquillo de un equipo español... y que su oponente en uno de esos partidos iba a ser Diego Pablo Simeone, aquel futbolista que ese mismo verano subía del juvenil al primer equipo de Vélez, donde debutó el 13 de septiembre en la derrota 2-1 frente a Gimnasia La Plata. La oportunidad para el Flaco llegó más tarde... y por entonces el Cholo ya había emigrado a Europa seducido por las liras del Calcio. Hoy, Mauricio y Diego vuelven a cruzar sus caminos con Carlos Companucci de testigo. Ese chaval de 19 años que en aquellos meses del 87 compartía sueños de gloria con ellos en el barrio de Liniers de la capital bonaerense.
Como en aquella ocasión Simeone llega más 'cuajado' que Pellegrino, ya que afronta en el Atlético de Madrid su séptimo proyecto como técnico, desde que comenzara su andadura en los banquillos en el Racing de Avellaneda en el año 2006. Pero la experiencia le dice a Mauricio que el deporte es una carrera de fondo. El pase al fútbol europeo impidió a Diego saborear una de las épocas más gloriosas de Vélez, con los títulos del Apertura en el 95, el Clausura en el 93, 96 y 98 y la Libertadores y la Intercontinental en el 94. Un baño de gloria que sí que se dio el Flaco con Companucci.
Esa dosis de paciencia es la que está trasladando el Pellegrino jugador al Mauricio entrenador. Porque, además, fue protagonista directo de una de las grandes remontadas ligueras en la historia del Valencia. El conjunto valencianista no comenzaba con un tamiz tan gris una temporada, hoy afronta la décima jornada con 11 puntos, desde la temporada 1999-2000. En aquel curso el conjunto de Cúper ocupaba la decimocuarta plaza de la tabla con diez puntos, a cinco del descenso y a siete de la zona Champions. Con mucho esfuerzo el Valencia logró afrontar el final de temporada con opciones de entrar en la Liga de Campeones. En la última jornada recibía en Mestalla, el 19 de mayo, al Real Zaragoza, su gran rival por la tercera plaza. Un gol de Milosevic a los cinco minutos hizo temer lo peor a la afición valencianista... pero Pellegrino empató el encuentro en el 59, once minutos antes de que Claudio López llevara el éxtasis a las gradas con el tanto del triunfo. El listón de la exigencia del club ha subido mucho en las últimas temporadas, aquella tarde se celebró por todo lo alto la consecución de ese tercer puesto. Aunque la alegría duró muy poco ya que cinco días después el equipo perdía la final de la Champions en París.
Pellegrino, fiel a su discurso, dejó claro ayer que hoy en Mestalla no se juega un partido definitivo: «Estamos en la décima jornada y queda mucha tela que cortar, hay que esperar para valorar el rendimiento. Al final uno siempre termina donde se merece». Para el de Leones la receta para ganar al Atlético es muy 'sencilla': «Tenemos que jugar mejor que ellos, pelear mas que ellos y correr más que ellos. Y todo esto coordinado porque hay que tener eficacia y jugar bien. Jugar al fútbol es algo más que esforzarse». Mauricio lanzó un par de avisos a sus jugadores. El primero al colectivo «porque todos somos egoístas, y también pasa en los trabajos en equipo y en cualquier empresa. Hay que lograr que el beneficio personal y el colectivo se cojan de la mano. Hay que dejar a un lado lo individual y pensar en el escudo que llevamos». Y el segundo a sus porteros: «Sé que no es la situación idónea para ellos, pero tienen que convivir con ella».
Su rival, Simeone, tampoco llega confiado a Valencia «porque nos vamos a enfrentar a un gran rival, necesitado y con obligaciones, por historia, por cómo ha trabajado los últimos años, por el entrenador que tiene y por la capacidad de sus jugadores». El Cholo elogió a su antiguo compañero de vestuario, «Pellegrino está trabajando con mucho entusiasmo, es un chico muy inteligente y seguramente logrará con el equipo que tiene en Valencia hacer una gran temporada» antes de reconocer que, ahora, todos los rivales vuelven a mirar al Atlético como un aspirante a lo máximo: «Cuando uno va creciendo las expectativas van cambiando para los rivales. Hoy nos miran de una manera diferente». El Flaco y el Cholo vuelven a encontrarse 25 años después. Toda una vida.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2012-11-03/reencuentro-amigos-aada-20121103.html
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