La venta del club y el frenesí de partidos entre Liga y Europa League que está afrontando el Valencia de Pizzi están tapando un hecho de mucha trascendencia para toda la Academia Gloval: el filial que formó Rufete el pasado verano y que entrena Nico Estévez se está muriendo muy lentamente y cada semana que pasa el asunto se complica un poco más.
Con la última derrota el pasado domingo en campo del Reus, el Valencia Mestalla sumó su quinta jornada consecutiva sin ganar, cosechando cuatro derrotas en esta penosa serie de resultados que le ha vuelto a colocar a las puertas de un abismo que pareció abandonar entre finales del pasado año y principios del actual. Los canteranos están enclavados en el playoff de descenso con sólo cuatro puntos de ventaja sobre el infierno, ocupado por el Levante B.
Precisamente, el filial ‘granota’ espera en Buñol dentro de once días para dirimir un choque agónico en pos de la salvación, estando de por medio la visita del líder Llagostera este mismo fin de semana en el Estadi Antonio Puchades. De aquí hasta el final, en los nueve partidos que restan, el conjunto dirigido por Nico Estévez posee un calendario muy complicado con salidas del calibre del Lleida, el Levante B, el segundo equipo del Villarreal así como el filial perico. Y cuidado, que en casa habrá que afrontar, además del mencionado choque contra el mejor equipo del Grupo III de Segunda B, a un filial del Elche que está arriba, al necesitado Huracán Valencia y a dos rivales directos por eludir el infierno como son el Prat y el Sant Andreu.
Las sensaciones que transmiten jugadores y cuerpo técnico valencianista son de desesperación por la falta de suerte y resultados, tratando de mostrar una seguridad de puertas para afuera que se desvanece en cuanto la pelota echa a rodar. ¿Causas? Muchas y variadas, comenzando por la labor el pasado verano del manager general deportivo Rufete y continuando con la mala suerte en forma de lesiones y una gestión a veces cuestionable del propio entrenador‘ché’.
FRACASO DE ALGUNOS DE LOS FICHAJES LLAMADOS A MARCAR LA DIFERENCIA EN LA CATEGORÍA
A Rufete, durante el período que estuvo al frente de la cantera en la Academia Gloval, se le criticó en su momento la decisión de dejar que los dos centrales titulares del filial fueran hombres que, por edad, no podían ayudar inmediatamente al primer equipo ante coyunturas como la que provocó el francés Rami con su ‘rajada’ contra Djukic y el vestuario. La normativa vigente lo impedía al tener los 23 años cumplidos en el inicio del curso como ocurría con Carlos Delgado y Quintanilla, quedando por detrás de ellos un inexperto Tendillo y un cedido por el Barça como Sergio Ayala al que no se quería promocionar demasiado.
Pero esto queda en el debe del de Benejúzar en lo referente a la compenetración entre ‘mayores’ y filial, pero sin una trascendencia directa sobre la marcha del segundo equipo, algo que no ocurre así cuando se echa un vistazo más de cerca a los fichajes que llegaron con buen cartel y que ahora no están contribuyendo a decantar la balanza del lado valencianista.
El primer fiasco llegó en la portería, donde Yeray venía cedido por el Mallorca para ser el portero titular y acabó volviendo a este equipo durante el mercado de invierno ante la falta de oportunidades. Jaume -éste sí que es una incorporación acertada, como Chumbi y Zahibo-, mostrando un nivel excelente de juego, le cerró la puerta de la titularidad y provocó la llegada de Álex Sánchez procedente del Badalona, aunque todavía no ha debutado. Una situación que entra dentro de lo posible, no así otras apuestas por Mario Marín, Lion Kaak o Hiroshi.
El primero, lateral derecho, he frenado la excelente progresión que llevaba Leuko y no está demostrando sobre el césped el nivel que se le presuponía cuando firmó tras militar en el Murcia. Ni es un seguro atrás ni marca diferencias cuando sube la banda, por mucho que Nico Estévez insista en ponerlo una y otra vez. El caso de Lion Kaak fue una opción que surgió después de estar a prueba una semana, pero ha sidootra incorporación sospechosa por su nula aportación al no contar para el joven técnico valenciano.
Y por último, el caso más sangrante es el de Hiroshi, el gigante japonés que ya debutó en Primera con el Sevilla y cuya figura, además de forzar la cesión de una promesa goleadora de la casa como Juan Delgado, se ha visto rodeada de la presión que conlleva tener un salario de súper estrella de la categoría. Aparte de una lesión, sólo seis goles hasta la fecha y tan sólo uno de ellos en la segunda vuelta, provocando que ya no tenga plaza fija en el once titular del Mestalla.
Para echar más leña al fuego, la planificación deportiva del segundo equipo del Valencia CF se ha visto acompañada de una cesión de Salva Ruiz al Tenerife para terminar regresando hace dos meses, el pase de Tendillo al Juvenil A de Baraja después de no contar para Nico y de que se formase un ‘pollo’ alrededor del chaval a causa de una renovación que finalmente no se produjo, y la promoción de un ‘Kaiser’ que después de un prometedor inicio se lesionó y ha dejado al Valencia Mestalla escaso de efectivos en el centro de una zaga que ya está sin un Quintanilla traspasado.
GRAN CANTIDAD DE LESIONES EN UN VESTUARIO DISTRAÍDO POR EL PRIMER EQUIPO
Carlos Delgado -baja para toda la temporada-, ‘Kaiser’, Mario Arques, Gayà, Robert, Hiroshi, Cedric… son algunos de los nombres que han caído presa de la plaga de lesiones, algo que ha dejado muy mermado al filial de Nico Estévez ante partidos decisivos del presente curso.
Pero claro, cuando todos han estado sanos el club ha detectado cierto egoísmo en algunos de los integrantes del Valencia Mestalla, atraídos por los focos de un primer equipo que ya ha tirado mano de un par de ellos -Gayà y Portu- en la presente campaña. El discurso de mejorar la Academia Gloval y fomentar a sus promesas para que nutran a los ‘mayores’ tiene mucho calado en el entorno, pero también está provocando que algunos de estos chavales pierdan la perspectiva de dónde están y traten de lucirse individualmente para acortar los plazos en la cantera.
Obviamente, el funcionamiento colectivo del Valencia Mestalla se resiente más de lo previsible, cuando su existencia ya de por sí se justifica como la de un refugio donde pueden pescar los ‘mayores, pero también afecta al ambiente de un vestuario donde hay casos de futbolistas que se sienten maltratados por el míster. Están faltos de los minutos que ni siquiera están obteniendo para actuar como revulsivos en la caída libre de un equipo que está siendo la nota negativa de la Academia.
Precisamente, en un año donde los juveniles y el resto de conjuntos están sobresaliendo en sus campeonatos. Así que, o Nico Estévez da con la tecla, o será difícil justificar que el club ejerza la opción para que continúe un año más al frente del filial.
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